En esta noticia

"¡$ 7.500 todo esto! ¡Es una locura! ¿De dónde sacaron este precio?", fue la reacción de un usuario de Instagram tras disfrutar una abundante variedad de platos fríos y calientes en un restaurante ubicado a pocos metros del Obelisco porteño. Y como si fuera poco, agregó: "¡Esperá, porque eso no es todo! Si llegás con más hambre, hay sushi libre".

La propuesta corresponde a las sucursales de Mikhuna Nikkei, situadas en Av. de Mayo 933 y Maipú 710, y está disponible todos los mediodías de agosto. El menú incluye:

  • Entrada.

  • Vino libre.

  • Sushi libre.

Todo por $ 30.000 por persona.

Buenos Aires y su identidad gastronómica

La Ciudad de Buenos Airesno deja de sorprender, tanto a vecinos como a turistas. Su diversidad no solo es cultural: también ofrece una amplísima variedad de cartas con menús de todo el mundo.

Desde desayunos clásicos hasta cenas gourmet, pasando por colaciones rápidas, la capital argentina cuenta con espacios para sumergirse en un universo culinario donde conviven tradición e innovación. Los bodegones con décadas de historia sirven milanesas gigantes y guisos humeantes, mientras que los restaurantes de autor reinventan la cocina porteña con técnicas modernas. Las parrillas son un emblema indiscutido, pero también destacan:

Las parrillas son un emblema indiscutido. (fuente: archivo)
Las parrillas son un emblema indiscutido. (fuente: archivo)
  • Pizzerías al molde.

  • Heladerías artesanales.

  • Cafeterías.

Cada barrio, una experiencia distinta

En Buenos Aires, cada barrio imprime su sello gastronómico. San Telmo cautiva con ferias, mercados y una atmósfera bohemia, Palermo concentra la movida foodie y bares de autor y La Boca combina su estética colorida con platos típicos para acompañar el paseo.

En este contexto, también hay opciones que sorprenden por su accesibilidad: en pleno microcentro porteño existe un restaurante donde se puede comer entrada, plato principal y bebida por menos de $10.000.

Con propuestas que van desde lo más económico hasta lo más sofisticado, la gastronomía porteña confirma por qué comer en la ciudad es una experiencia que fusiona cultura, historia y placer en cada bocado.