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En un mes, los bonaerenses votarán en la elección provincial. Será, tal vez, la última escala de una carrera de obstáculos que enfrenta el equipo económico antes de que todo el país vote, en octubre, lo que se presume será algo parecido a un plebiscito sobre el rumbo económico que eligió Javier Milei en diciembre de 2023, y quiere profundizar a partir del 10 de diciembre.
Pero en los 30 días que van desde ahora hasta el domingo 6 de septiembre el Gobierno deberá superar algunos test de suma importancia.
La agenda arranca la semana que viene, con la mega licitación de deuda en pesos que pondrá a prueba la capacidad de refinanciar vencimientos por cerca de $ 15 billones que vencen el 13 de agosto, y otros tantos dos semanas después.
El cambio de LEFI por Lecap dejó como saldo un notable incremento de la tasa de interés que se vio obligado a pagar el Tesoro en julio. Para plazos más cortos, la tasa, que estaba en torno al 28% anual antes del cambio de régimen monetario,se ubica hoy encima del 40 por ciento.
Ese incremento de la tasa de interés le va a comer una porción mayor al superávit fiscal acumulado en el año. Sobre este punto, la oposición buscó hacerse fuerte en estos días, cuestionando el incremento en el costo de la deuda en pesos, contraponiéndolo con el incremento del gasto que el Gobierno se niega a aceptar, que deriva de los diversos proyectos de ley que se están discutiendo en el Congreso, y que Milei promete vetar, aunque el resultado efectivo de esos vetos es cada vez más incierto.
Parece más que evidente que Economía privilegió mantener a raya el tipo de cambio para que se acerque lo menos posible al techo de la banda cambiaria. "Con dólar atrasado se ganan elecciones", es una frase que ya se ha convertido en lugar común a la hora de combinar mercado cambiario con expectativas electorales.
La cuestión de la tasa de interés fue abordada en el último informe de la consultora que dirige Carlos Melconian.
"El dilema para el Tesoro será cómo renovar el cien por ciento de su deuda en pesos de corto plazo (con vencimientos quincenales abultados) a tasas de interés más bajas. Ofrecer tasas más bajas conlleva el riesgo endógeno de renovar sólo parcialmente los vencimientos y tener que cancelar el porcentaje no renovado con pesos depositados en el BCRA (emisión monetaria). Está el riesgo de que parte de esos pesos terminen presionando el mercado cambiario. No será sencillo para el BCRA ni para el Tesoro retornar en el corto plazo a un escenario de tasas de interés sostenidamente más bajas".
EL ENFRIAMIENTO
Las tasas de interés altas no solo tienen impacto en el frente fiscal. Dinero más caro también significa un enfriamiento de la actividad económica en general, del consumo y especialmente, del consumo masivo.
Los analistas consideran que la famosa "ve corta" de rebote de la economía ya está bien aplanada. Y el consumo, otro tanto. Los informes del INDEC y de fuentes privadas hablan de un achatamiento. ¿Esto puede influir en el ánimo del votante?. Sí, pero por ahora no mucho, dicen las encuestas pre electorales.
Esto dice Melconian: "Como efecto no deseado de la suba de las tasas de Lecap, se encarecen en paralelo las tasas de interés activas de los bancos. Dado que uno los factores que vienen empujando la recuperación del nivel de actividad ha sido las ventas a crédito (autos, electrodomésticos, bienes de consumo durable en general), aparece el riesgo de que esta suba de tasas de interés impacte y frene crédito y consumo".
TIPO DE CAMBIO A RAYA
Parece más que evidente que Economía privilegió mantener a raya el tipo de cambio para que se acerque lo menos posible al techo de la banda cambiaria. "Con dólar atrasado se ganan elecciones", es una frase que ya se ha convertido en lugar común a la hora de combinar mercado cambiario con expectativas electorales.
Entre volatilidad cambiaria y de tasas de interés, el Gobierno prefiere evitar la primera. Después de todo, parecería preferible evitar que el dólar aparezca en las tapas de los diarios, aunque eso implique la posibilidad de tasas más altas. La calma de las tasas, dicen en una Alyc de las más importantes del mercado, podrá llegar, resultado electoral mediante a favor del Gobierno, después de las elecciones.
Justamente, el impacto de los proyectos que avanzan en el Congreso -aumento de jubilaciones, del bono que cobran los beneficiarios del haber mínimo, más fondos para hospitales pediátricos, para el área de discapacidad, además de los fondos que pelean directamente las provincias por transferencias y combustibles- captó la atención de los inversores, que siguen de cerca la pelea que puede cambiar el tamaño del superávit fiscal.
Entre volatilidad cambiaria y de tasas de interés, el Gobierno prefiere evitar la primera. Después de todo, parecería preferible evitar que el dólar aparezca en las tapas de los diarios, aunque eso implique la posibilidad de tasas más altas.
Los cálculos son diferentes según quien los hace. El Gobierno asegura que con el veto busca resguardar dos puntos del PBI. En la oposición dicen que es menos: por el bono se iría un 0,41% del PBI este año, 0,79 % en términos anualizados; por la emergencia en discapacidad 0,28 % este año y 0,51 % anualizado; la moratoria previsional tendría un impacto cercano al 0,09 % en 2025 y 0,19 %, mientras que el reparto con las provincias de los Aportes del Tesoro Nacional y del Impuesto a los Combustibles sumaría entre 0,03 y 0,08% del PBI.
El total del incremento del gasto rondaría entre el 08% este año y 1,5% del PBI para un año completo. El Gobierno se fijó una meta de superávit fiscal para este año del 1,6% del PBI, monto superior al 1,3% con el que se conformaba el FMI.
La sesión de Diputados del miércoles resultó una derrota en toda la línea para el oficialismo. Lo reconoció el propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien de todas maneras insistió en que se buscará vetar todo lo que sea posible vetar.
Los analistas financieros hoy creen que el Gobierno deberá entregar algo (¿fondos a los gobernadores?) como una suerte de control de daños.
Ofrecer tasas más bajas conlleva el riesgo endógeno de renovar sólo parcialmente los vencimientos y tener que cancelar el porcentaje no renovado con pesos depositados en el BCRA (emisión monetaria).
La cuestión electoral, pensando en el resultado de la elección para ocupar bancas en la legislatura de la Provincia de Buenos Aires y en los concejos municipales, también capta la atención. La disputa por "la tercera" sección electoral es la más mirada. Se habla de que el Gobierno viene corriendo de atrás en el territorio K por excelencia.
No en vano el oficialismo inauguró allí su campaña electoral con la foto que muestra a Milei, su hermana, y los candidatos de LLA y Pro, en un baldío de VIlla Celina.
El encuestador Lucas Romero (Synopsis) cree que LLA está bien perfilada en "la tercera" ("pierde por poco") y ve ganador al oficialismo en el resto de las secciones electorales, lo que le permitiría cantar victoria en la noche del seis de septiembre.
¿Será este escenario el que gatilló el interesante salto que dieron las acciones y los bonos de la deuda en los últimos días?




