El fuerte respaldo financiero de los Estados Unidos al Gobierno de Javier Milei, concretado el jueves al comprar pesos y defender la estabilidad cambiaria en la Argentina, compró tiempo para llegar hasta las elecciones del 26 de octubre con el dólar contenido, las reservas del Banco Central fortalecidas por el swap de u$s 20.000, y un riesgo país en descenso.
Ahora el equipo económico apuesta a torcerle la mano al mercado, que consideraba que el esquema cambiario era insostenible, y cambiar las expectativas de los inversores.
Si bien la "pax cambiaria americana" contribuirá a esos objetivos, el escenario puede revertirse si La Libertad Avanza sufre un traspié en las legislativas, el próximo catalizador para el tipo de cambio y los activos argentinos. Los comicios son un test clave: pueden consolidar el programa económico o reavivar la incertidumbre del mercado.
Fernando Marengo, economista jefe de BlackToro, sostiene que la intervención del Tesoro es "inédita", ayuda a que el tipo de cambio se estabilice, y que el precio de los activos se recupere en los próximos días. "Están fortaleciendo las reservas con el swap, ayudando en el mercado de cambios al afirmar que la banda es consistente y, al mismo tiempo, dicen que harán lo que sea necesario. Con esto debería empezar a calmarse el mercado de cambios", confía a El Cronista.
La consultora LCG coincide en que la intervención de Estados Unidos "seguramente tenga algún efecto disuasorio en las compras netas de dólares de inversores", por lo que el volumen de compra de pesos se mantendrá bajo.
A esa munición se le suma el swap con la Reserva Federal, que sumará u$s 20.000 a las reservas brutas del Banco Central. "Aumentar de esta forma la liquidez del BCRA resuelve un problema no menor: la credibilidad de la banda superior. Es difícil creer que, con semejante munición, el Gobierno se va a dejar correr en el mercado de cambios. Esto por supuesto impacta en las expectativas: comprar dólares cerca de la banda superior pierde sentido", afirma Federico Machado, economista del OPEN.
Sin embargo, Machado advierte que hay dos problemas que la asistencia no resuelve: la calibración del programa, en caso que la banda superior sea demasiado baja, y los pagos de deuda en pesos del Tesoro.
Alejandro Fagan, estratega en Balanz, sostiene que el acuerdo con EE.UU. garantiza los pagos de deuda soberana y, por lo tanto, "aumenta las probabilidades de que el tipo de cambio no se tenga que depreciar tanto en el futuro". "Quizá el apetito por cobertura sea menor, aunque ante la cercanía de la elección seguramente siga presente. Por otra parte, dado que la devaluación esperada es menor, las tasas comprimirán y eso ayudará a facilitar el rollover del Tesoro", asegura, ante la inminencia de una nueva licitación este miércoles.
Para Auxtin Maqueira, de Sailing Investments, la asistencia de Estados Unidos "implica un apoyo directo y explícito a la estabilidad financiera del país". "Este tipo de respaldo no sólo tiene un impacto financiero, por la mejora en expectativas de rollover y acceso a divisas, sino también un efecto psicológico profundo: podría modificar la tendencia y el humor de los inversores", considera.
A diez ruedas de las elecciones, Scott Bessent jugó una carta fuerte, pero la partida se definirá el 26 de octubre.



