Un curioso comportamiento se está observando dentro de los mercados emergentes: las alzas de las últimas semanas se están materializando principalmente en los bonos de los países de alto riesgo.

Las tasas en Estados Unidos siempre son el semáforo financiero pero la luz verde durante junio desató una disparidad de rendimientos llamativa entre el club de los emergentes.

Un artículo publicado por la agencia Bloomberg y firmado por María Elena Vizcaino y Selcuk Gokoluk describe este fenómeno. "Bonos en el borde premian a los inversores en mercados emergentes con rendimientos de dos dígitos", destaca en su título, para referirse luego a los casos de Pakistán, Sri Lanka y Zambia con ganancias que llegan al 25% en junio.

Los países arriba mencionados y también Argentina poseen un "alto Beta", es decir que tienen una mayor volatilidad que el índice propio de los emergentes. Pero,aun así, las variaciones no se justifican por esa varianza elevada, sino que hubo noticias puntuales sobre cada uno de ellos que alentaron ese despegue.

Zambia, por ejemplo, logró un acuerdo con acreedores, tras tres años en los que se había trabado por la postura de China. Se convirtió en el primer país en hacerlo bajo una nueva iniciativa del G-20 "para dar igual tratamiento a los prestamistas", destaca Bloomberg.

Pakistán logró un acuerdo con el FMI con u$s 3.000 millones en préstamos. Sri Lanka también obtuvo un paquete de ayuda del FMI que derivó en un descenso de la inflación y ahora se halla en un proceso de reducción de las tasas de interés.

La Argentina se encuentra en otra categoría aún dentro de estos países que están "en el borde". Las negociaciones con el FMI están estancadas y sólo China es la rendija que le queda abierta al Gobierno para evitar un histórico default con el organismo internacional.

A fin de mes vencen u$s 2.700 millones y debería haber un acuerdo previo que habilite desembolsos y al mismo tiempo permita pagar esa deuda. Las diferencias siguen siendo amplias y el tiempo se agota. Ayer nuevamente Sergio Massa habló de posturas "muy cercanas" con el FMI e inmediatamente circularon versiones de viajes de funcionarios argentinos a Washington.

"Esperamos que el deterioro de la cuenta corriente continúe", destaca el último informe del JP Morgan sobre la Argentina en relación a un indicador clave para las reservas del BCRA. "En todo el 2023 el pronóstico del déficit de cuenta corriente fue revisado a los u$s18.000 millones, o 3% del PBI" agrega esa entidad financiera. Las reservas van camino entonces a ser aún más negativas.

Pero el flujo de fondos a bonos argentinos se mantiene. No es que el corto plazo no preocupe, sino que los precios siguen de remate.

El AL30 ayer subió a u$s 29,30 con una ganancia de 4% en el día. Aún con subas cercanas al 35% en dólares en un mes, el retorno prometido por este papel es de 43% anual en dólares, siempre y cuando paguen puntualmente todos los vencimientos hasta el 2030.

El "borde" está de fiesta aún.