El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, acusó a China de intentar perjudicar la economía mundial después de que Beijing impusiera amplios controles a la exportación de tierras raras y minerales críticos, afectando gravemente las cadenas de suministro globales.
Bessent afirma a Financial Times que la introducción de estos controles por parte de China -tres semanas antes de la reunión prevista entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, en Corea del Sur- refleja los problemas de su propia economía.
"Esto es una señal de la debilidad de su economía, y quieren arrastrar a todos los demás con ellos", sostiene Bessent.
"Quizás exista algún modelo de negocio leninista según el cual perjudicar a tus clientes sea una buena idea, pero son el mayor proveedor del mundo", añade. "Si quieren ralentizar la economía global, serán los más perjudicados".
Bessent señala: "Están en medio de una recesión/depresión y están intentando salir de ella exportando. El problema es que están complicando su posición en el mundo".
El secretario del Tesoro de EE.UU. habla con FT días después de que China revelase restricciones expansivas sobre el suministro de tierras raras y minerales críticos, lo que llevó a Trump a amenazar con un arancel adicional del 100% a las importaciones procedentes de China a partir del 1 de noviembre.
Los futuros que replican el S&P 500 cayeron un 1,3% el martes, mientras que los del Nasdaq bajaron un 1,6%. Los mercados mundiales han experimentado fluctuaciones en los últimos días después de que el estallido de tensión entre EE.UU. y China reavivara los temores de un regreso a la guerra comercial global que sacudió los mercados a principios de este año.
Una persona familiarizada con la situación afirma que EE.UU. elaboró contramedidas que adoptará si ambas partes no llegan a un acuerdo. Esta persona añade que EE.UU. priorizará esta cuestión cuando los ministros del G7 se vean en Washington esta semana para las reuniones del Banco Mundial y el FMI.

Otras dos personas familiarizadas con la situación indican que EE.UU. está considerando exigir a las empresas que exportaran software a China que obtengan una licencia, lo que podría tener un impacto drástico en las industrias chinas.
Los funcionarios estadounidenses se vieron sorprendidos por lo que consideran una medida desproporcionada de China para restringir los suministros de minerales críticos, antes de la cumbre de Corea del Sur durante la reunión de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se celebra a finales de octubre.
Pero afirman que Li Chenggang, el principal negociador comercial del viceprimer ministro He Lifeng, el homólogo de Bessent, amenazó a Washington durante el verano.
"En agosto, Li Chenggang anticipó muchas de las líneas de ataque actuales de China que se escenificaron durante la última semana", explica un alto funcionario estadounidense. "Se mostró bastante desquiciado y muy agresivo al afirmar que EE.UU. se enfrentaría a un 'infierno' si las cosas no salían como él quería".
Li no mencionó específicamente las tierras raras, pero dijo que "tomaremos represalias que superarán todas las expectativas", añade el funcionario. "China está intentando satisfacer una narrativa cuando, de hecho, Li la anticipó hace meses".
Previamente el lunes, Bessent había afirmado que era posible que Xi desconociera el anuncio sobre las tierras raras. El alto funcionario estadounidense asegura que hay una disputa entre agencias gubernamentales en Beijing que está afectando las negociaciones entre EE.UU. y China.
"Creemos que existe una dinámica interna entre el Ministerio de Finanzas y el Ministerio de Comercio. Su departamento de Comercio, incluido Li, es mucho más provocador", explica el alto funcionario.
"Los que muestran una línea dura son el Ministerio de Comercio y el Ministerio de Seguridad del Estado, y este último ha asumido un papel mucho más importante en la economía", añade el funcionario.
China culpó a Washington de la escalada. El domingo, citó medidas recientes de EE.UU., como la inclusión por parte del Departamento de Comercio de miles de filiales de empresas chinas en una lista negra comercial.
Un segundo alto funcionario estadounidense afirma que Beijing está utilizando la medida del Departamento de Comercio, introducida a finales de septiembre, como un "pretexto total" para proceder con una política que llevaba tiempo gestándose.
"No pudieron orquestar algo tan elaborado en dos semanas", sostiene, refiriéndose a los controles de exportación de tierras raras de Beijing. "Lo sorprendente es que hicieran algo tan desproporcionado. Nosotros intentamos mantener la proporcionalidad. Ellos no".
El primer funcionario estadounidense explica que Trump decidió criticar públicamente a China el viernes después de que Beijing se negase a dialogar.
"Básicamente, tuvimos un período de 36 horas tras la publicación del informe en el que expresamos nuestro interés en hablar con ellos. Pero no quisieron hablar, así que lo hicimos público, y de repente quisieron hablar", señala el primer funcionario estadounidense.
Funcionarios estadounidenses y chinos se reunieron en Washington el lunes tras lo que Bessent describió como una "comunicación sustancial" entre ambos países durante el fin de semana.
Bessent espera reunirse con He una vez más antes de que Trump y Xi se vean en Corea del Sur el 29 de octubre.
Una persona familiarizada con la situación explica que China inicialmente quería que la reunión entre Bessent y He se celebrara después de la APEC. Sin embargo, añade que Beijing ha "cambiado de tono" y quiere que ambos funcionarios se reúnan antes de que lo hagan Trump y Xi.
El segundo funcionario estadounidense afirma que la Administración no teme que los nuevos aranceles propuestos por Trump a China puedan desencadenar las mismas turbulencias en el mercado que tras su drástica escalada de los gravámenes al 145% en abril.
"Ahora nos encontramos en una situación mucho más estable con el resto del mundo, y además nuestro déficit comercial con China ya se ha reducido un 25% este año", explica el funcionario. "También tenemos mucha más influencia en términos de unidad con las democracias occidentales y asiáticas".
El domingo, Trump publicó en Truth Social que Xi estaba atravesando un "mal momento" y que EE.UU. quería ayudar a China. Algunos observadores interpretaron la publicación como una suavización del tono de Trump. Sin embargo, una persona familiarizada con el asunto afirmó que estaba "troleando" al líder chino.
El martes, China adoptó un tono más conciliador, instando a EE.UU. a "tomar medidas para la cooperación" con Beijing, y señaló que ambas partes mantuvieron conversaciones el lunes.



