

Una caja de sorpresas que nacen de sus impulsos incontrolables, su narcisismo imbatible". Con estas palabras describe Marina Aizen a Donald Trump, el empresario que ha dado que hablar desde su asunción, en enero último, a la presidencia de los Estados Unidos.
Tras vivir en Nueva York durante más de una década, y pasar parte de 2016 recorriendo el país nórdico de este a oeste, estudiando el fenómeno protagonizado por quien supo liderar (de 2004 a 2015) el reality El Aprendiz, la periodista conoce mejor que muchos a este personaje. Trumplandia (ver aparte) da cuenta de ello.
A días de la salida estadounidense del Acuerdo de París sobre cambio climático, El Cronista conversó con Aizen para intentar comenzar a despejar las incógnitas que circundan a esta figura y, en particular, su política energética.
- ¿Qué se esconde detrás de la política (anti)climática de Trump?
Pura ignorancia: así de simple. El presidente de los Estados Unidos forma sus opiniones a partir de lo que su instinto le indica. Nunca toma decisiones a raíz de un análisis minucioso que haga sobre hechos reales. Le molesta leer, no tiene ni siquiera paciencia para escuchar los partes de inteligencia o entender los detalles de un proyecto de ley. Él había dicho desde el principio que no le gustaba el Acuerdo de París. Y una razón clave es que lo negoció su predecesor, Barack Obama, a quien detesta epitelialmente. Desde que ganó las elecciones hubo una especie de pantomima de que él estaba escuchando distintas opiniones. Hasta Al Gore y Leonardo DiCaprio lo fueron a ver. Pero, por el contenido del discurso que dio cuando anunció su salida del Acuerdo de París, quedó claro que no había absorbido ni siquiera un detalle sobre la peligrosidad que representa el cambio climático. Y que lo hacía porque se le daba la gana.
- ¿Qué muestra Trump de la sociedad estadounidense? ¿Qué factores incidieron en que fuera elegido presidente?
Trump representa lo más retrógrado de la sociedad estadounidense. Es un personaje mezquino, arrogante, al que le gusta humillar, sentirse poderoso, respaldándose en el poder de su dinero. Pero esto no representa a todos los Estados Unidos, sino a una parte. Y esto lo quiero dejar bien en claro. Su elección fue posible por una tormenta perfecta, en la que ningún candidato resultaba lo suficientemente atractivo, los rusos conspiraron, Hillary Clinton no tuvo una campaña que estuviera a la altura de los ataques que recibió, los medios se divirtieron todo lo que pudieron con un candidato bizarro, un sector del país lo abrazó porque es un ídolo de la televisión... En fin, y lo que no es menos: en los Estados Unidos hay una sostenida decadencia económica y social, que hunde sus raíces lejos en el tiempo, desde que Ronald Reagan cambió las reglas de juego en la sociedad. Un largo declive que hoy se traduce en bronca.
- ¿Cómo se explica que los Estados Unidos vire de Obama a Trump como su máximo representante político?
La noche del resultado electoral, un comentarista negro de la CNN dijo: "Esto es un latigazo blanco". Y hay algo de eso. La otra cosa es que los Estados Unidos vienen buscando outsiders desde hace mucho tiempo. Primero, ese outsider fue Barack Obama. Ahora, le tocó el turno a Trump. La idea de que el establishment de Washington está podrido es una especie de "que se vayan todos" sostenido en el tiempo. Aquí, sus
resultados.
- ¿Cuál es la política energética de Trump?
Como todo con Trump, es difícil saber cuál es su política real, porque lo suyo es más declamativo que una cosa estudiada. Por ejemplo, el diche y machaca es que quiere poner a trabajar otra vez a los mineros del carbón y levanta todas las regulaciones que puede (algunas, las va a tener que discutir ante la Justicia) para que esto sea posible. Pero, luego, uno de sus asesores más importantes confiesa que el carbón no tiene ningún futuro. Entonces, ¿cuál es la política oficial? Bueno, no se sabe. Trump tiene una idea de desarrollo muy de los años 70, que corresponde a las industrias fósiles. Lo más moderno que se le escucha decir es que ama el "carbón limpio", algo que aún no existe en escala comercial. Mientras tanto, están cerrando grandes centrales que funcionan a carbón. El mismo día que anunció el retiro de los Estados Unidos del Acuerdo de París, cerró la más grande de la costa Este, en Massachusetts.
- ¿Por qué la vuelta al carbón?
No hay vuelta al carbón, simplemente porque el gas natural, producto de la revolución que causó el fracking, lo desplazó económicamente. Hoy, en los Estados Unidos, hay más gente que trabaja en lavaderos de autos que en la industria carbonífera.
- ¿Ha cambiado algo -en términos energéticos- desde que asumió en enero?
Como te decía antes, cerraron más plantas térmicas que funcionan a carbón. La otra es que ordenó la construcción de dos gasoductos enormes que Obama había parado. Pero, ciertos tramos de estos ductos siguen teniendo resistencia en algunas localidades. Trump articula una visión energética que está lejos de la realidad del mercado, que ya está fuertemente influido por el desarrollo de las renovables, porque esta es una de las industrias que más está creando empleos. A los farmers de Iowa les conviene ganar dinero dejando instalar aerogeneradores en sus campos; a los usuarios de California les conviene la generación solar; incluso en estados como Texas, la capital nacional del petróleo, la importancia del viento es indiscutible. No hay vuelta atrás en esto. En una de esas, Trump termina siendo un presidente totalmente intrascendente. Al menos, en materia energética.
Una guía para entender...
Si bien amateur en el escenario político, Donald Trump dejó de ser un desconocido hace décadas en la vida estadounidense. Fue en 1997, en ocasión de una recorrida para la prensa por el proyecto de un edificio en 1 Columbus Circle (Nueva York), que Marina Aizen tuvo oportunidad de conocerlo.
"Nos saludó con carisma a cada uno de nosotros y salió. Quedé con la sensación de haberle dado la mano -por lo grasa- a una porción de pizza", cuenta la periodista en Trumplandia, el libro que publicó hace pocos meses, el cual se erige como una suerte de guía para entender a los Estados Unidos y por qué la voz de Trump -hasta entonces, mejor conocido por sus escándalos conyugales y estar al frente de un reality show- resonó en tantas personas.
Para ello, Aizen aborda tópicos cruciales de la realidad estadounidense, como cuestiones de índole económica, la migración indocumentada, el papel de las armas en la sociedad y el Obamacare, entre otros.


