

A solo una hora y media de la capital se encuentra uno de los destinos más encantadores y desconocidos de la Sierra Norte de Madrid. Entre montes, robles y abedules se encuentra un paisaje otoñal que sorprende a muchos viajeros. Este rincón, declarado Reserva de la Biosfera, es perfecto para quienes buscan desconectar del ritmo urbano y perderse entre la tranquilidad de los bosques.
Durante siglos, este espacio estuvo aislado, por lo que se conservó la esencia rural que aún mantiene hasta hoy. Las casas de piedra se agrupan en calles estrechas que se abren a huertas, prados y campos de frutales, donde cada rincón respira historia. Se trata de La Hiruela, un tesoro escondido entre los montes de la Sierra del Rincón.
Los primeros asentamientos datan de tiempos posteriores a la Reconquista y, gracias a su independencia de otros municipios, el lugar llegó a contar con su propio fuero y una cañada real para el paso del ganado. Ese respeto por las tradiciones se mantiene vivo en su museo etnológico y su molino harinero, características de una vida ligada al campo y al trabajo artesanal.
Las mejores actividades en La Hiruela
Para quienes disfrutan del senderismo sin grandes exigencias, La Hiruela ofrece varias rutas accesibles y llenas de encanto. Una de las más populares es la ruta de Las Eras y el Pilar del Riego, que en unas dos horas permite recorrer antiguos caminos agrícolas y disfrutar de miradores con vistas panorámicas del valle.
También destaca el camino De Molino a Molino, un recorrido junto al río Jarama que invita a descubrir los molinos tradicionales entre sauces, álamos y fresnos. Los que prefieren un paseo más corto pueden seguir la Senda de la Fuente Lugar, un túnel natural cubierto de abedules, cerezos y manzanos silvestres que, en otoño, regala un espectáculo de colores imposibles.
Otro de los grandes atractivos se encuentra a 20 minutos en coche y se trata del Hayedo de Montejo, uno de los más meridionales de Europa. Sus hayas se tiñen de dorado y cobre cada otoño, lo que crea un paisaje de cuento y un microclima único en la región.

La gastronomía de La Hiruela
La cocina local de La Hiruela es uno de los puntos más destacables del destino turístico. Muchos de sus platos tradicionales se mantienen intactos, con miel artesanal, guisos de caza, setas de temporada y hortalizas recién recolectadas.
El restaurante Casa Albada es uno de los más destacados ubicado en una antigua casona de piedra con chimenea. Allí, se puede respirar el espíritu acogedor que caracteriza al pueblo. Su carta apuesta por recetas de mercado con toques personales, como los platos de cuchara o los postres caseros, ideales para reponer fuerzas tras una jornada de caminata.
En otoño, La Hiruela se convierte en uno de los mejores destinos de la Comunidad de Madrid para quienes buscan un refugio natural. Es por eso que noviembre puede ser uno de los meses ideales para visitar un destino vistoso, alegre y natural.






