

La inflación en España parece no tener un freno, poniendo a las familias de bajos ingresos en una situación cada vez más precaria. En el mes de junio, el índice subyacente tuvo una variación mensual del 0,5%, mientras que la interanual se ubicó en 5,9%.
A pesar de que el Gobierno intenta mejorar el panorama antes de las Elecciones Generales, la realidad es que el panorama no parece mostrarse de esa manera. Y un reciente informe del Banco de España (BDE) habría revelado que ya se están viviendo momentos de incertidumbre en una parte de la población.
Qué revela el informe del Banco de España
Según el "Informe de la situación financiera de los hogares y las empresas", publicado por el BDE el pasado jueves, una de cada diez familias carece de ingresos adecuados incluso para cubrir sus necesidades básicas.
"El incremento del costo de la cesta de compra y del servicio de la deuda daría lugar a un crecimiento en el número de hogares cuyos ingresos no cubren el gasto esencial", detalla la entidad. "En 2020, el 7% de los hogares no cubría los gastos esenciales con su renta bruta total, porcentaje que ascendería al 9% en 2022, dada la inflación y la subida de los tipos de interés observadas".

Según la institución financiera, el gasto esencial se define como "la suma de los gastos en alimentación, suministros, alquiler de la vivienda principal y servicio de la deuda". Por otro lado, la renta bruta total es, previo al descuento de impuestos, "la suma de todas las rentas recibidas por todos los miembros del hogar incluyendo rentas laborales, rentas de capital y rentas por ayudas o prestaciones públicas u otras".
Esto quiere decir que ni siquiera considerando todos sus ingresos más las posibles ayudas son capaces de cubrir los gastos derivados de alimentación, pagar el agua o la luz, el alquiler de su vivienda y el desembolso que deban hacer para enfrentar posibles deudas bancarias.
"El porcentaje de hogares en una situación especialmente vulnerable, definidos como aquellos que no pueden cubrir el gasto esencial ni con su renta ni con sus depósitos a la vista durante más de un mes, aumentaría del 3,4% al 4,1%", introduce el documento.
"Estos porcentajes son considerablemente más altos en el primer quintil de la renta, donde los hogares en esta situación representaban el 14,6% en 2020 y habrían pasado a ser el 17% en 2022", concluye.

Hay esperanzas de recuperación
A pesar de esto, el informe del BdE también refleja una cierta mejora en la situación global de las familias. Según la institución, se ha producido "una recuperación gradual del poder adquisitivo perdido desde 2021". Este progreso "se apoyó, principalmente, en la mejora del empleo, el aumento de los salarios nominales y la menor inflación de los precios al consumo".
Además, la tasa de ahorro de las familias "ha abandonado la tendencia descendente observada tras alcanzar niveles históricamente altos durante la pandemia". Este cambio se debe a esa ganancia en el poder adquisitivo de los hogares, y también por la "contracción del consumo".
Finalmente, el estudio del BdE evidencia que, como consecuencia del incremento de los tipos, no solo se ha encarecido el crédito, sino que también se ha restringido notablemente.
El Banco señala "una contracción de la demanda de crédito de los hogares desde mediados de 2022, que se habría intensificado en el primer trimestre de 2023, con un descenso más pronunciado en las solicitudes de préstamos destinados a la adquisición de vivienda".


