

El contratista de defensa militar de Estados Unidos, AeroVironment, ha presentado un nuevo dron de ataque unidireccional llamado Red Dragon que la compañía ha diseñado para operar con una "interacción del usuario muy limitada". Este dron suicida es el primero de una "nueva generación de sistemas autónomos" preparados para ser resilientes a los medios de guerra electrónica y puede operar en entornos sin acceso a GPS o con comunicaciones degradadas.
El dron ha sido diseñado para despliegues rápidos y operaciones tácticas flexibles. Puede ser lanzado desde cualquier lugar por pequeñas unidades de infantería y tiene capacidad para atacar objetos en el aire, mar o tierra. La empresa asegura que el sistema está pensado para una producción en masa, ya que usa componentes disponibles comercialmente y, según informan, ya ha sido empleado en combate por al menos un cliente no especificado.
En su sitio web, AeroVironment afirma que el dron Red Dragon representa "un avance significativo en la letalidad autónoma", que emplea un sistema de navegación visual y un buscador óptico autónomos para hacer frente a los sistemas de guerra electrónica enemigos.
Aunque forma parte de una nueva generación de drones de ataques que serán fundamentales para las guerras tecnológicas del futuro, Red Dragon aprovecha tecnologías ya existentes. El dron integra la arquitectura de software AVACORE; el sistema SPORT-Edge para la detección de objetivos y su categorización automática a través de una biblioteca de datos integrada; y un sistema de radio DDIL para comunicarse con su operador.

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El sistema de radio DDIL (Denied, Degraded, Intermittent, or Limited communications) integrado en el dron Red Dragon está diseñado para funcionar en entornos donde las comunicaciones son interrumpidas y permite que el dron mantenga capacidades operativas con las comunicaciones tradicionales bloqueadas. Este punto es clave para entender el rol de esta herramienta en los campos de guerra con tecnología avanzada.
Red Dragon pesa 20 kg, tiene una envergadura de 3,6 metros y una longitud de 2 metros. Su velocidad crucero es de hasta 101 km/h y puede alcanzar, al momento del ataque, una velocidad terminal cercana a los 160 km/h.
Su capacidad es de entre 5 y 6 horas de autonomía con una extensión de hasta 400 kilómetros. A su vez, el dron Red Dragon puede transportar una carga útil de aproximadamente 10 kg. La carga estándar es una ojiva de tipo EFP, un penetrador de carga conformada por explosión, lo que le confiere cierto grado de capacidad antiblindaje.

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Michael Bigney, director de programas de AeroVironment, ha explicado al medio The War Zone que el dron Red Dragon está diseñado con el objetivo de que el control humano sea mínimo y su funcionamiento sea altamente automatizado. "La interacción del usuario es limitada. Se basa en nuestra navegación visual patentada, la coincidencia de escenas digitales y el GPS reforzado para llegar desde el lanzamiento hasta el objetivo, y luego se basa en el reconocimiento automático de objetivos con nuestra línea de productos para identificar e interrogar objetivos", explicó Bigney.
Cuando Red Dragon identifica un objetivo, envía una señal al operador para que decida si se lleva a cabo el ataque o no. Sin embargo, desde AeroVironment no han precisado cómo se comporta el dron si pierde la conexión con el operador y si lleva a cabo el ataque o no.
Según la empresa, un sistema de lanzamiento desde una catapulta en tierra permitiría poner en el aire hasta cinco unidades por minuto. Además, según especifican, el dron es extremadamente silencioso, lo que facilitaría ataques sorpresa.




