

La aerolínea de bajo coste Ryanair anunció que abandonará los aeropuertos de Bergerac, Brive y Estrasburgo a partir de la temporada de invierno, junto con la eliminación de 25 rutas en Francia.
La decisión se produce tras el fuerte incremento de las tasas al transporte aéreo implementadas por el Gobierno francés, una medida que, según la compañía, vuelve inviables muchas conexiones desde aeropuertos regionales.
En total, la reducción afectará a unas 750.000 plazas de avión, lo que representa un 13% de la oferta total de Ryanair en Francia, según precisó este miércoles la empresa en un comunicado. La medida también tendrá impacto en otros aeropuertos como Paris-Beauvais (-8% de capacidad), Marsella (-9%) y Toulouse (-4%).
La compañía irlandesa responsabiliza directamente al Ejecutivo francés, al afirmar que la retirada se debe al "excesivo aumento del impuesto sobre el transporte aéreo, que se ha incrementado un 180% en marzo de 2025".

La aerolínea acusa al Gobierno francés por el "gravamen astronómico"
Ryanair fue tajante en su posicionamiento. A través de su comunicado oficial, la empresa aseguró que reduce su actividad en Francia "tras numerosas advertencias" dirigidas al Gobierno sobre las consecuencias económicas que tendría este nuevo impuesto.
Según la low cost, el incremento fiscal afectará particularmente a los aeropuertos regionales y a la conectividad durante los meses de menor demanda.
La aerolínea calificó la subida como un "gravamen astronómico" y advirtió que esta política hace que "Francia sea menos competitiva que otros países de la Unión Europea". Además, pronosticó que "la pérdida de conexiones será desastrosa para la conexión de las regiones de Francia, el empleo y el turismo".
Subida del impuesto aéreo: de 2,63 a 15 euros en clase turista
El detonante de la decisión empresarial fue el aumento de la llamada tasa de solidaridad sobre los billetes de avión, también conocida como tasa Chirac, impulsada originalmente en 2005 para financiar proyectos de la organización sanitaria internacional Unitaid.
Desde 2019, Francia la aplica también como una contribución ecológica destinada a apoyar iniciativas de transporte público. Pero en 2025, en el contexto de los presupuestos de austeridad, el Gobierno decidió multiplicar estas tarifas para reducir el déficit público:
En clase turista, en vuelos nacionales y dentro de la UE, la tasa subió de 2,63 a 7,40 euros.
En clase ejecutiva, pasó de 20,27 a 30 euros.
En vuelos de distancia intermedia (menos de 5.500 km), la tasa ascendió hasta 15 euros.
En trayectos de larga distancia, la tarifa se disparó hasta 40 euros, frente a los 7,51 anteriores.
Impacto en el turismo y el empleo regional
Ryanair advierte que la decisión tendrá graves consecuencias para las regiones afectadas. Al suprimir las operaciones en Bergerac, Brive y Estrasburgo, se reducirán también las oportunidades laborales directas e indirectas relacionadas con el transporte aéreo, la hotelería y los servicios turísticos.
La compañía sostiene que estas medidas fiscales terminan castigando a los consumidores y a las economías locales, especialmente en destinos menos centralizados, y que esta pérdida de conectividad podría tener efectos duraderos en el desarrollo económico de estas regiones.
Una nueva fase de tensión entre aerolíneas y gobiernos europeos
La situación en Francia pone nuevamente sobre la mesa el conflicto entre sostenibilidad fiscal y competitividad aérea. Ryanair, la aerolínea low cost más grande de Europa, ya había protagonizado otras disputas similares en países donde los costes operativos se han incrementado por decisiones fiscales o regulatorias.
Este nuevo episodio podría replicarse en otras naciones de la UE si avanzan políticas similares de impuestos verdes sobre el transporte aéreo, en un contexto de presión por equilibrar las cuentas públicas tras años de crisis económica y climática.
Por ahora, Ryanair deja claro su mensaje: el modelo low cost necesita un marco fiscal previsible y competitivo, o de lo contrario, dejará de operar allí donde los números no cierren. Y eso, esta vez, ocurre en Francia.



