

El verano ha llegado con fuerza a España, acompañado de la primera gran ola de calor que se hace sentir tanto de día como de noche. En esta temporada, millones de personas aprovechan para disfrutar de sus vacaciones, pero también deben enfrentarse a temperaturas con ventiladores y aires acondicionados.
Sin embargo, frente al uso tradicional del aire acondicionado, una práctica sencilla y económica utilizada en Alemania empieza a ganar protagonismo.
Aire acondicionado y energía eléctrica: una alternativa casera con ahorro
Mientras el aire acondicionado continúa siendo una de las opciones más extendidas para combatir el calor, su uso constante tiene implicaciones tanto en el consumo de energía eléctrica como en el bolsillo. En este contexto, muchos hogares buscan métodos alternativos que permitan refrescar el ambiente sin incurrir en altos costes ni perjudicar al medioambiente.

Una de estas soluciones proviene de Alemania y ha sido difundida por el portal Bayern Shop, que describe un truco casero cada vez más utilizado en los meses estivales. El método no requiere instalaciones ni aparatos eléctricos: basta con una simple botella de plástico -preferentemente de gran tamaño para mayor duración- que se llena casi por completo con agua y se congela durante varias horas.
Una vez congelada, la botella se coloca en una posición elevada dentro de la habitación, como una estantería o la parte superior de un armario. Este gesto sencillo permite que, al comenzar el deshielo, se libere aire frío, contribuyendo a reducir la temperatura del entorno. Se recomienda colocar debajo un recipiente que recoja el agua generada por la condensación, evitando así cualquier posible desperfecto.
El truco de la botella: alivio contra el calor nocturno
Este método, aunque de efecto limitado, ofrece un alivio real en los espacios donde el calor se hace especialmente difícil de sobrellevar, como en los dormitorios durante las noches tropicales. A diferencia de un ventilador o un aparato de aire acondicionado, no emite ruido ni consume energía eléctrica, lo que lo convierte en una alternativa sostenible y silenciosa.

Tal como señalan desde Bayern Shop, este recurso casero "lo emplean muchos alemanes para refrigerar sus habitaciones durante los cálidos días de verano". Aunque no sustituye por completo a los sistemas tradicionales de refrigeración, sí representa un recurso eficaz para lograr un ahorro energético y ganar algo de confort en las noches más calurosas.
La técnica puede ser especialmente útil en momentos en los que se pretende evitar el uso de aparatos eléctricos durante la noche, ya sea por razones de salud, economía o sostenibilidad. En un contexto en el que las temperaturas extremas se vuelven más frecuentes, soluciones simples como esta pueden marcar la diferencia.


