

El verano es una época del año en la que las rutinas alimenticias de los niños pueden verse alteradas. Sin embargo, es posible mantener una dieta equilibrada. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los padres pueden seguir algunos trucos sencillos para garantizar que los niños mantengan una alimentación saludable.
En esta temporada, en la que se comparten más momentos familiares y el tiempo es más relajado, los hábitos alimentarios pueden mejorar significativamente si se aprovechan las oportunidades para incluir a los niños en la preparación de las comidas.

La importancia del ejemplo de los padres en la alimentación de los niños
Uno de los principales consejos de la OCU es que los padres lleven una dieta variada y equilibrada. Esto sirve como modelo para los niños. Si los padres consumen una amplia gama de alimentos saludables, los niños tienden a imitar esos hábitos. En verano, cuando la familia pasa más tiempo junta, es el momento ideal para reforzar este comportamiento positivo.
Además, involucrar a los niños en la preparación de las comidas puede tener un impacto muy positivo. Ya sea ayudando a hacer una ensalada, aliñando el pescado para la parrilla o colaborando en la organización del picnic para el día de playa, los pequeños aprenderán a valorar los ingredientes frescos y a sentirse responsables de su alimentación.
Consejos de la OCU: fomentar el consumo de frutas y verduras
Una de las claves para mantener una alimentación saludable en los niños durante el verano es asegurarse de que consuman suficiente cantidad de frutas y verduras.
Durante esta estación, las opciones son múltiples y deliciosas, por lo que no hay excusa para no incluirlas en todas las comidas. De hecho, en lugar de optar por postres azucarados o helados, la OCU recomienda aprovechar la abundancia de frutas de temporada como sandías, melones, cerezas o duraznos, que son deliciosas, refrescantes e hidratantes.

Consejos para la alimentación saludable en verano
Hidratación: el agua debe ser la principal fuente de hidratación. También son buenas opciones las aguas de limón, zumos naturales y cremas frías.
No obligar a comer: en días calurosos, los niños pueden perder el apetito, así que es importante ofrecerles comidas ligeras y completas sin forzarlos.
Comidas pequeñas y frecuentes: organizar varias comidas al día, con opciones saludables como frutas troceadas, yogures o leche, ayuda a mantener la energía sin recurrir a productos procesados.
Diversificación de la dieta: en las barbacoas, en lugar de recurrir solo a carnes procesadas, se pueden incluir pescados azules, mariscos y verduras, lo que permite una dieta más equilibrada.
Evitar los refrescos y alimentos ultraprocesados
Aunque los refrescos y batidos suelen ser opciones tentadoras, la OCU advierte que no son ideales para los niños. El alto contenido de azúcar y aditivos hace que estos productos no sean la mejor opción para mantener una alimentación saludable.
Optar por alternativas caseras como los zumos naturales es mucho más beneficioso para la salud infantil.
Cuidar la higiene y conservación de los alimentos
El verano es también una época del año en la que se incrementan los riesgos de intoxicaciones alimentarias. Por lo tanto, es esencial mantener una correcta higiene en la preparación de los alimentos y conservarlos adecuadamente, especialmente cuando se hacen parrilladas o picnics al aire libre.
Los padres deben asegurarse de que los niños se lavan las manos antes de comer y que los alimentos se mantienen a temperaturas seguras.


