La nutria más pequeña del mundo —que no se veía en Nepal desde mediados del siglo XIX— ha reaparecido tras casi 200 años sin avistamientos oficiales. El descubrimiento ocurrió en noviembre de 2024, cuando funcionarios forestales encontraron un ejemplar juvenil débil, herido y frágil a la orilla de un río en el oeste del país. Lo excepcional es que, tras casi dos siglos de ausencia en registros científicos, se confirmó que se trataba de la especie más diminuta entre todas las nutrias conocidas.

El hallazgo tuvo lugar en la confluencia de los ríos Rangun Khola y Puntara Khola, en el distrito de Dadeldhura, una zona fluvial que está siendo profundamente alterada por actividades humanas como la extracción de arena, la pesca y el lavado de ropa a orillas del cauce. Los oficiales, al ver al animal en mal estado, decidieron alimentarlo y cuidarlo mientras gestionaban consultas con expertos.

Un equipo forestal descubrió al pequeño mamífero en una zona fluvial alterada por actividades humanas.
Un equipo forestal descubrió al pequeño mamífero en una zona fluvial alterada por actividades humanas.© 2019 Paul Korecky

La nutría más pequeña del mundo reaparece tras más de 200 años: “está frágil y herida”

Tras compartir fotografías del animal con especialistas en fauna silvestre, se confirmó que se trataba de la nutria asiática de garras cortas (Aonyx cinereus), la nutria más pequeña que existe en el mundo. Estos mamíferos, que miden entre 70 y 95 centímetros y pesan hasta unos 3,5 kilos, tienen unas garras tan cortas que no sobresalen de las almohadillas de sus patas palmeadas, lo que les da una destreza única para capturar pequeños invertebrados y peces en aguas poco profundas.

Aunque la especie todavía existe en otras partes de Asia, no había registros comprobados de su presencia en Nepal desde 1839, lo que llevó a muchos a temer que se hubiera extinguido localmente.

Pese a la euforia inicial, los expertos advierten que la situación de la nutria no deja de ser delicada. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasifica a la nutria asiática de garras cortas como vulnerable a la extinción, y su población global enfrenta amenazas graves como la contaminación del agua, la pérdida de hábitat y prácticas humanas insostenibles en los ríos. El hecho de encontrar un ejemplar frágil y herido resalta estas presiones sobre la especie.

Este suceso ha generado un renovado llamado a la acción por parte de científicos y conservacionistas: urge realizar estudios detallados para evaluar el estado real de las poblaciones de nutrias en Nepal, así como implementar iniciativas de conservación y protección de los ecosistemas fluviales.

Más allá del avistamiento de un solo ejemplar, este descubrimiento abre preguntas sobre la distribución real de la especie y si otras poblaciones no detectadas siguen existiendo en ríos menos explorados.