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Durante una entrevista concedida en mayo de 2025 al medio español HispaOK, el músico argentino Fito Páez lanzó una declaración que generó amplio eco en redes sociales y portales culturales: "El piano tiene 88 notas; tocan una sola". Lejos de referirse a un estilo musical específico, el artista apuntó contra una forma de ver el mundo que reduce toda experiencia a una lógica económica.

La frase surgió en el marco de una reflexión más amplia sobre los discursos dominantes en la sociedad actual. Según Páez, hay una tendencia creciente a "hablar solamente de dinero", una repetición que, en sus palabras, empobrece el debate cultural y social. Con la metáfora del piano, sintetizó su crítica hacia quienes insisten en ver la vida solo desde la rentabilidad, sin detenerse a pensar en el valor simbólico, emocional o artístico de las cosas.

La metáfora del piano y su nueva reaparición pública

La declaración fue realizada durante una conversación con el periodista Gonzalo Oliveros, emitida por la emisora y plataforma HispaOK. Allí, Páez habló sobre su nuevo disco Novela, pero también se permitió momentos de reflexión más filosófica. Uno de ellos surgió al ser consultado por su mirada sobre el presente político y cultural. Fue entonces cuando lanzó: "El piano tiene 88 notas. Tocan una sola. Y esa nota es el dinero".

No es la primera vez que el artista recurre a esa metáfora. Ya en 2019, en una entrevista con Clarín, Páez había dicho: "El reggaetón es una música de una sola nota" y criticó a quienes lo bailaban de forma acrítica, cuestionando su compatibilidad con el discurso del movimiento feminista. En ese momento, sus declaraciones también generaron controversia, al cruzar debates culturales con posicionamientos sociales.

Qué quiso decir Fito Páez con "tocan una sola nota"

La metáfora del piano hace referencia a la diversidad de experiencias, lenguajes y valores que puede ofrecer la vida en sociedad. Desde la música hasta la política, pasando por el arte, el amor o la espiritualidad. Para Páez, limitar todo análisis a una sola dimensión -la económica- es perder la riqueza que ofrece la complejidad humana.

El músico advirtió sobre el riesgo de que el discurso económico se vuelva totalizante: "Cuando todo se vuelve número, rentabilidad, transacción, hay un riesgo de que desaparezcan otros modos de vincularnos con el mundo". Según él, esa mirada termina por reducir también al arte a una mercancía.

Repercusiones en redes sociales y medios culturales

Tras la publicación de la entrevista, el fragmento donde Páez lanza la frase fue compartido por la cuenta oficial de HispaOK en X (antes Twitter), desde donde se viralizó. Usuarios y usuarias retomaron la cita tanto en clave de crítica como de celebración. Algunos la interpretaron como un llamado a recuperar el sentido cultural de la creación artística; otros la leyeron como una crítica indirecta a ciertos sectores del mercado cultural.

La frase también fue replicada por medios especializados en música y cultura de España, Argentina y México. En varios artículos se destacó que Páez no criticó estilos musicales ni prácticas artísticas particulares, sino que cuestionó una actitud extendida: hablar del arte solo en términos de rendimiento económico o éxito comercial.

Una trayectoria coherente con el pensamiento del artista

Fito Páez, de 61 años, viene desarrollando desde hace décadas una carrera donde combina el éxito comercial con un posicionamiento crítico frente a los mecanismos de la industria. Su nuevo trabajo, Novela, fue presentado en el marco de una gira internacional que incluyó una actuación especial en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, donde también reflexionó sobre la importancia de preservar la identidad cultural latinoamericana.

Fito Páez, músico argentino, sobre los que hablan únicamente de dinero: "El piano tiene 88 notas; tocan una sola" (Imagen: archivo)
Fito Páez, músico argentino, sobre los que hablan únicamente de dinero: "El piano tiene 88 notas; tocan una sola" (Imagen: archivo)

A lo largo de su carrera, Páez ha sido una voz activa en debates culturales, sociales y políticos. En esta ocasión, su frase se transformó en una consigna compartida que abrió un nuevo eje de discusión: ¿qué lugar ocupa el arte en una época donde todo parece medirse en términos de mercado?