

El método se presenta como un secreto. En realidad, es un protocolo de corto plazo que combina déficit calórico, recorte de carbohidratos, agua y movimiento diario, tal como respaldan guías de salud públicas.
Así funciona el "truco" que todos comentan
El núcleo es simple: generar un balance energético negativo (gastas más de lo que comes). Este principio aparece en materiales de nutrición usados en España y la OMS/FEN lo define como equilibrio entre ingesta y gasto.
Segundo paso: reducir durante 7 días los hidratos de carbono y la sal. Al bajar el glucógeno, el cuerpo libera agua asociada y la báscula cae con rapidez; es un efecto descrito por la Mayo Clinic y por su guía sobre dietas bajas en carbohidratos. En paralelo, la OMS recomienda menos de 5 g de sal al día.

Qué comer y cómo moverte 7 días
El plato tipo: verduras en volumen, proteína magra (pescado, pollo, legumbres) y grasas saludables en poca cantidad. Evita ultraprocesados y pan, pasta, dulces y alcohol estos 7 días. Bebe agua y puedes tomar un vaso antes de las comidas; hay evidencia modesta de que ayuda a comer menos, según Harvard Health.
Movimiento: acumula 150 minutos semanales de actividad moderada (caminar a ritmo vivo, bici) y dos días de fuerza. Es la pauta del NHS británico. Reparte en 20-30 minutos diarios.
Lo que debes vigilar en un plan exprés
Este enfoque es corto y no sustituye cambios estables. Mantén ingesta de sal baja y prioriza comida real; si tienes patologías o tomas fármacos, consulta con tu médico. Las pérdidas muy rápidas pueden revertirse si vuelves de golpe a los ultraprocesados.

Al finalizar los 7 días, reintroduce carbohidratos integrales de forma gradual y mantén actividad física regular. Esa transición ayuda a conservar parte del progreso y evita picos de hambre o fatiga.






