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Cuando la misión OSIRIS-REx de la NASAregresó a la Tierra con una valiosa "taza" de material recogido del asteroide Bennu, los científicos enfrentaron un desafío técnico complicado: necesitaban medir la densidad y porosidad de las muestras sin contaminarlas.

El problema era que los picnómetros -dispositivos estándar para estos análisis- no cumplían con las estrictas especificaciones de la misión. Ahí intervino el hermano Robert "Bob" Macke, astrónomo jesuita del Observatorio Vaticano y destacado experto en meteoritos.

La respuesta del Hermano Macke al problema de la NASA

Durante más de dos años, Macke diseñó y fabricó un picnómetro a medida, completamente libre de componentes que pudieran poner en riesgo la pureza del material, como motores, circuitos o contaminación externa.

Finalmente, con el aparato ya en manos del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, Macke se encargó además del software necesario para medir la porosidad y densidad de las muestras.

El astrónomo del Papa, Bob Macke, ayudó a la NASA a resolver un misterio que los tenía atorados. (Imagen: www.vaticanobservatory.org)
El astrónomo del Papa, Bob Macke, ayudó a la NASA a resolver un misterio que los tenía atorados. (Imagen: www.vaticanobservatory.org)

Estos datos iniciales permitirán a los investigadores seleccionar las muestras más representativas para su análisis detallado en laboratorios de todo el mundo.

El Hermano Macke es muy conocido para la comunidad científica

El Hermano Macke no es un desconocido en la comunidad científica: es doctor en física por la Universidad de Notre Dame y ha colaborado con múltiples instituciones en el análisis de meteoritos y muestras planetarias.

Su rol en el Observatorio Vaticano -uno de los más antiguos del mundo, fundado en 1582- demuestra que la ciencia y la fe no son necesariamente opuestas, sino que pueden coexistir en el afán por comprender el universo.

En declaraciones recogidas por The New Yorker, el Hermano Robert Macke destacó que su colaboración con la NASA refleja cómo la ciencia puede unir a instituciones diversas en torno a un objetivo común: ampliar el conocimiento sobre el universo.

Cuando la misión OSIRIS-REx de la NASA regresó a la Tierra con una valiosa "taza" de material recogido del asteroide Bennu, los científicos enfrentaron un desafío técnico complicado: necesitaban medir la densidad y porosidad de las muestras sin contaminarlas. (Imagen: archivo)
Cuando la misión OSIRIS-REx de la NASA regresó a la Tierra con una valiosa "taza" de material recogido del asteroide Bennu, los científicos enfrentaron un desafío técnico complicado: necesitaban medir la densidad y porosidad de las muestras sin contaminarlas. (Imagen: archivo)

Aunque es jesuita y forma parte del Observatorio Vaticano, su trabajo se desarrolla dentro de los estándares científicos internacionales y en colaboración con agencias como la NASA. Macke también ha participado activamente en actividades de divulgación científica, acercando la astronomía tanto a públicos académicos como religiosos.

Como parte de su misión en el Observatorio Vaticano, ha defendido la compatibilidad entre la investigación científica rigurosa y una visión espiritual del cosmos, sin que ello implique mezclar fe y método científico.

Esta colaboración también reavivó el interés por el papel del Vaticano en la ciencia contemporánea. El Observatorio cuenta con sedes en Castel Gandolfo (Italia) y en Tucson (Estados Unidos), y realiza investigaciones punteras en cosmología, física estelar y meteorítica.