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Durante siglos, la muerte de Tutankamón fue una incógnita rodeada de teorías, mitos y especulaciones. Fallecido en el año 1323 a.C., con solo 18 años, el joven faraón dejó tras de sí un legado inmortal. Con el correr de los años, una prueba de ADN logró revelar la posible causa de su muerte.

En 1922, el arqueólogo británico Howard Carter descubrió la tumba sellada del faraón en el Valle de los Reyes. Este hallazgo sin precedentes permitió acceder a sus restos momificados, aunque las condiciones del cuerpo dificultaron, durante décadas, conocer con certeza qué lo había matado.

Tutankamón murió a los 18 años, pero su causa de muerte fue un misterio durante más de tres milenios. (Foto: Freepik)
Tutankamón murió a los 18 años, pero su causa de muerte fue un misterio durante más de tres milenios. (Foto: Freepik)

El ADN, clave para resolver el misterio de la muerte de Tutankamón

En 2010, la Universidad de El Cairo, a través de su Centro Nacional de Investigación, puso en marcha un ambicioso estudio genético sobre los restos de Tutankamón. La técnica de análisis de ADN permitió acceder a información genética que arrojó luz sobre su linaje y su estado de salud.

La investigación reveló que Tutankamón padecía múltiples enfermedades, entre ellas malaria, una afección infecciosa causada por un parásito que se transmite a través de la picadura de mosquitos. Esta enfermedad, común y letal en el Antiguo Egipto, habría sido un factor clave en su muerte.

Según el estudio encabezado por Tim Batty, las pruebas de ADN detectaron la presencia del Plasmodium falciparum, el parásito responsable de la forma más grave de malaria. Batty explicó: "Las pruebas muestran que Tutankamón estaba infectado con malaria que pudo haberlo matado".

Otro posible motivo de la muerte de Tuntakamón

Además de esta infección, los análisis genéticos arrojaron información sobre otros trastornos de salud que afectaban al joven faraón.

Entre ellos, se confirmó que sufría la enfermedad de Köhler, un problema óseo infantil que impide el correcto flujo sanguíneo al hueso y provoca necrosis en los tejidos del pie.