

La tasa de participación de la población adulta española -de 25 a 54 años- en la educación formal y no formal se sitúa en el 18%, superando la media europea (14%) y distanciándose de Suecia (39%), Dinamarca (30%), Países Bajos (29%) y Finlandia (29%).
El Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales establece como objetivo para 2030 que al menos el 60 % de las personas adultas participen en actividades de formación todos los años, recuerda hoy miércoles en un comunicado este laboratorio de ideas.

La educación como herramienta en el desempleo
La educación de adultos reviste una importancia particular para la población desempleada, ya que representa una oportunidad de reinserción laboral. En la mayoría de los países europeos, las tasas de participación en programas educativos son significativamente más elevadas entre los desempleados en comparación con los ocupados.
Suecia lidera este ámbito tanto para los trabajadores como para los desempleados, con tasas del 37% y del 52%, respectivamente. Le siguen de cerca los Países Bajos, Dinamarca y Finlandia en lo que respecta a la población empleada, aunque se observan diferencias significativas en las cifras de desempleados.
En España, la participación en actividades formativas entre los desempleados (20%) supera la media de la UE27 (14%), aunque sigue siendo considerablemente inferior a la de los países nórdicos.

Creciente interés por el aprendizaje permanente
En todos los países europeos se evidencia una tendencia clara: las personas con estudios superiores participan en mayor medida en iniciativas de aprendizaje permanente. En otras palabras, la formación crea un círculo virtuoso que fomenta la adquisición de conocimientos adicionales.
Las disparidades educativas en el aprendizaje de adultos en España son considerables: la proporción de individuos con educación universitaria que se involucran en el aprendizaje de adultos (26%) casi cuadruplica la de aquellos con niveles de Educación Secundaria Obligatoria o inferiores (7%).
Esto implica que las personas con mayor riesgo de desempleo apenas participan en el aprendizaje permanente, lo que resalta un problema que debe abordarse para evitar el aumento de las diferencias educativas y de cualificación entre la mano de obra, con el consiguiente incremento de las desigualdades sociales, como señala Funcas.
Fuente: EFE




