

A medida que se envejece, es normal experimentar ciertos despistes ocasionales: olvidar el nombre de un actor, perder momentáneamente las llaves o tener que releer un mensaje para entenderlo. Estos olvidos, aunque frustrantes, suelen formar parte del envejecimiento natural del cerebro. Sin embargo, cuando estas fallas comienzan a interferir en la vida cotidiana o se vuelven repetitivas, pueden estar anticipando un problema mayor.
El cerebro, responsable de nuestras funciones más complejas -desde hablar y recordar hasta bailar o soñar- también es susceptible al desgaste del tiempo. Y dentro de este sistema, la memoria ocupa un rol fundamental. Por eso, los expertos insisten en la necesidad de prestar atención a los cambios que puedan surgir, sobre todo en personas mayores de 60 años.
Según la neuróloga Sharon Sha, de la Universidad de Stanford es esperable una leve disminución de la memoria con la edad, pero cuando esa pérdida interfiere con tareas diarias o se acompaña de otros síntomas, debe evaluarse en profundidad.
Estudios como Demencia y Trastornos Cognitivos Geriátricos, impulsado por los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU., demuestran queel deterioro cognitivo puede comenzar lentamente desde los 30 años, aunque suele acelerarse después de los 60.

¿Cuándo preocuparse? Señales de alerta en la memoria
No todos los olvidos son motivo de alarma. Pero cuando los fallos se vuelven persistentes o afectan el desenvolvimiento diario, conviene consultar a un profesional. Algunos de los signos que pueden indicar un problema de memoria patológico, como el Alzheimer, incluyen:
Dificultad para aprender cosas nuevas.
Problemas para comprender o hacer actividades que antes resultaban fáciles.
Olvidar conversaciones que ocurrieron recientemente.
Desorientarse en lugares familiares.
Repetir historias o preguntas con frecuencia.
Que personas cercanas notifiquen cambios preocupantes en la conducta o el recuerdo.
Es el entorno cercano suele ser el primero en notar que algo no va bien. Prestar atención a esos comentarios puede ser clave para una detección precoz.
¿Por qué se pierde la memoria con la edad?
La pérdida de memoria está influenciada por diversos factores. Si bien el estrés, la ansiedad o la falta de sueño pueden afectar la concentración y la capacidad de recordar, la edad sigue siendo el principal condicionante.
El envejecimiento cerebral afecta especialmente la memoria a corto plazo, que es precisamente una de las primeras funciones deterioradas en pacientes con Alzheimer.
A los 60 años, la memoria de una persona no funciona igual que la de un adulto joven, y eso es natural. Lo que no lo es son los olvidos que dificultan la independencia o generan conflictos cotidianos.






