

Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, los mosquitos vuelven a convertirse en un quebradero de cabeza en muchos hogares. Las condiciones de calor y humedad propician su reproducción y actividad, especialmente al atardecer.
Frente al uso de productos químicos, cada vez gana más terreno el interés por alternativas naturales que, además de efectivas, sean seguras para el entorno familiar y respetuosas con el medio ambiente.
Repelente natural y eficaz: la citronela y sus propiedades
Entre las soluciones caseras más valoradas se encuentra una planta de origen tropical conocida por su capacidad para actuar como repelente natural: la citronela.
Esta especie, utilizada ampliamente en jardinería y en la fabricación de velas, aceites esenciales y sprays naturales, contiene compuestos como el citronelol y el geraniol. Estas sustancias actúan interfiriendo en el sistema olfativo de los mosquitos, dificultando que localicen a sus víctimas por el olor corporal.

El cultivo de la citronela no presenta grandes complicaciones siempre que se respeten ciertas condiciones básicas. Requiere buena exposición solar y un riego moderado, evitando el exceso de agua que podría dañar sus raíces. Además de su eficacia para repeler insectos, esta planta aromática ofrece un agradable perfume cítrico que refresca los espacios interiores y exteriores.
Más plantas que ayudan a combatir los mosquitos
Aunque la citronela es la más conocida, no es la única opción vegetal para mantener a raya a los mosquitos. Existen otras plantas con propiedades similares que, además, aportan un valor decorativo y aromático a terrazas, patios y balcones.

El geranio con aroma a limón, por ejemplo, emite una fragancia intensa que resulta molesta para los mosquitos. La lavanda, además de su reconocida utilidad en aromaterapia, actúa como repelente gracias a su aceite esencial.
La albahaca, el romero y la menta también forman parte de esta lista verde de aliados naturales. Estas plantas, comunes en muchas cocinas, pueden colocarse en macetas cerca de ventanas o zonas de paso para reforzar la protección contra los insectos voladores.
Aunque no eliminan completamente su presencia, sí logran reducirla de manera notable sin recurrir a productos químicos ni comprometer la salud del hogar.


