

"El desencuentro entre política y economía. Bases para la recuperación del crecimiento con equidad distributiva". Con esas dos frases como título de un documento recientemente publicado, el ex ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, llamó a la reflexión en medio de datos, preguntas y conclusiones sobre "cómo llegamos a la situación actual y qué debemos hacer al respecto".
Casi como si fuera un recorrido por las raíces de los problemas que azotan a la Argentina desde hace décadas, el economista compartió su análisis en el quedio una o, mejor dicho, varias respuestas acerca de "por qué en 37 años de democracia hemos crecido tan poco".
En primer lugar, el especialista se refirió a sus "consideraciones preliminares sobre el fracaso económico y social de nuestra democracia".
Según su punto de vista, unos pocos datos son suficientes como para demostrar las dificultades que enfrenta la Argentina en la economía y en las condiciones sociales desde 1983:
- Se crece muy poco: solo 1,6 % anual (0,7 % per cápita), y de manera muy volátil ( hubo 21 años de crecimiento y 16 de caída). Se creció menos que América Latina (excepto Venezuela) y que el resto del mundo. El crecimiento acumulado fue de 80 % mientras que en Chile fue de 350%. Solo hubo dos períodos de expansión continuada: 1991/1997 y 2002/2008.
- La inflación es elevadísima: la acumulada en 37 años resultó la más alta del mundo (excepto Venezuela): 20.000.000.000 %. Se quitaron 7 ceros y el promedio anual fue de 58%.
- La pobreza aumenta: en 1983 era de 16% y a fin de 2020 superó el 40%, cuando en América Latina y en el mundo se redujo. Además, se contrajo la clase media y se fueron perdiendo las posibilidades de ascenso social.
- El país es poco competitivo (puesto 81/86 según el WEF), la productividad es baja (30% de la de los países avanzados) y no crece desde 2000. El Estado no brinda buenos servicios, la presión tributaria es insostenible, el elevado déficit fiscal provoca el aumento de la deuda, la tasa de ahorro e inversión son muy bajas, la Justicia no funciona adecuadamente, la educación perdió calidad y cobertura, y las reglas de juego cambian de forma permanente generando inestabilidad e incertidumbre.
"La sociedad ha ido perdiendo su confianza en las instituciones de la república y en sus representantes. Se habla, no sin razón, de crisis de representación y de incapacidad de los gobiernos para gestionar las demandas insatisfechas de amplios sectores sociales, cuyo nivel de vida se fue deteriorando en comparación con otros países que hace algunas décadas eran parecidos o de menor desarrollo que la Argentina", indica Remes.
De acuerdo con sus impresiones, encontrar caminos es una tarea políticamente compleja y requiere de sólidos conocimientos, disciplina y sentido común. Y, según su opinión, "esos tres elementos han faltado en nuestra dirigencia; de allí la frustración de la sociedad".
Acuerdo político, social y económico
"Dada la complejidad de la situación y los limitados instrumentos disponibles,es necesario llegar a un acuerdo, primero entre las distintas fuerzas políticas y luego con los sectores socioeconómicos", puntualiza Remes. Esto les permitirá a los gobiernos sucesivos "implementar las medidas necesarias" de modo que sean "sustentables en el tiempo y permitan ganar credibilidad, y reducir la conflictividad social. En síntesis: consolidar la gobernabilidad".
El economista asegura que en este tipo de acuerdos es tan importante el contenido como el espíritu y voluntad de cumplir lo pactado. Implica alcanzar el mayor consenso posible sobre el origen de los problemas, objetivos y las medidas que se deben adoptar.
Según considera, en un comienzo este acuerdo social, político y económico debería poner el foco en el corto plazo ya que "es lo más urgente"; y posteriormente se debería preparar otro de largo plazo, "que diseñe la estrategia de desarrollo".
"Una cuestión central es definir con quiénes se hace el acuerdo (...) No es sencillo, pero tampoco lo es la situación del país", reconoce. Y en ese renglón plantea que "La política es la que debe dar el primer paso porque ese es su rol; son los dirigentes políticos los únicos que tienen los instrumentos para hacerlo, primero entre ellos y luego con los distintos sectores. Muchos otros países lo hicieron y están progresando", señala.
Los dirigentes pregonan permanentemente la necesidad de hacer acuerdos, pero ¿por qué no los hacen? -se pregunta el ex funcionario- ¿Por qué nunca pasan de la primera reunión? ¿Por qué no se prepara una agenda y se comienza a trabajar tema por tema hasta llegar a un resultado?"
Conclusiones
Como conclusión, Remes resalta que "La mayor responsabilidad de los destinos del país está en manos de los dirigentes políticos", ya que son quienes "definen lo que se puede y no se puede hacer; establecen los límites, las posibilidades y los tiempos".
A modo de cierre, el economista hizo hincapié en que "es imprescindible tomar conciencia de la profundidad de los problemas y de la necesidad de alcanzar algún tipo de acuerdo". Si bien reconoce que la tarea por encarar es "compleja, difícil y conflictiva", advierte que es "necesaria para salir del estancamiento".
"Si se sigue haciendo lo mismo en un mundo que avanza y cambia aceleradamente, nos seguiremos hundiendo en la decadencia. Habrá que afrontar costos, pero éstos serán considerablemente menores al costo de no hacer nada. De cómo asumamos el desafío dependerá el futuro de la Argentina. No se puede hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes", finalizó.


