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El electorado del PRO quedó en estado de shock cuando Florencia Arietto cuestionó los dos operativos fatales que comandó Patricia Bullrich cuando era Ministra de Seguridad. Los casos en los que, con protagonismo de la Gendarmería y de la Prefectura en la Patagonia, perdieron la vida Santiago Maldonado y Rafael Nahuel.

En las redes sociales la declaración de Arietto explotó. Los kirchneristas la aprovecharon para azuzar las internas macristas. Los opositores la destrozaron. Muchos de sus propios compañeros la criticaron en público (pero aún más en privado), y ella terminó pidiendo disculpas por Twitter. Después se llamó a silencio.

La abogada empezó haciendo política en el kirchnerismo, luego pasó al Frente Renovador, tuvo un paso por la Coalición Cívica para estacionarse varios años en el Ministerio de Seguridad (del que salió como parte del equipo de la actual presidenta del PRO), para recalar en los últimos tiempos como asesora de Diego Santilli, precandidato a gobernador a propuesta de Horacio Rodríguez Larreta.

Florencia Arietto cuando militaba con Bullrich. Atrás, Maximiliano Guerra.
Florencia Arietto cuando militaba con Bullrich. Atrás, Maximiliano Guerra.

Por eso se supone que cuando cuestionó a Bullrich ("dobla todas las curvas a 180 kilómetros por hora", le dijo), lo hizo para desgastar a la precandidata a presidente. Justo en el momento en que algunas encuestas muestran que Bullrich supera a Larreta. "Fue un regalito para sus nuevos amigos", dicen en el bullrichismo. ¿Pero no hay nada más?

La presidenta del PRO ya criticaba duramente la "mano blanda" de la Policía de la Ciudad durante la gestión de Mauricio Macri, cuando ella era ministra nacional y Rodríguez Larreta gobernaba la Capital.

Ofreció apoyo al Gobierno porteño para sacar a los piqueteros de la 9 de Julio, pero Rodríguez Larreta, a través de Santilli y Marcelo D'Alessandro (Ministro y Secretario de Seguridad de CABA), se negaron enfáticamente.

Patricia nunca les perdonó, además, que haya dejado que les tiraran piedras a la policía porteña cuando la izquierda tiró las 14 toneladas frente al Congreso, dejando heridos a decenas de efectivos que debieron retirar a la fuerza.

Ya en la lucha electoral interna, Bullrich criticó públicamente los operativos de la Policía de la Ciudad frente al domicilio de Cristina Fernández de Kirchner, cuando los efectivos se corrieron de la escena para no enfrentarse con la militancia de La Cámpora. Y criticó duramente a Larreta por suspender a D'alessandro ante el episodio del espionaje ilegal sobre su teléfono. "Si hizo algo mal, lo tiene que echar. Si estuvo bien, lo tiene que bancar", dijo.

El método Larreta es muy distinto. Está convencido de que es mejor usar menos fuerza que más, que es preferible dejar avanzar a los violentos a que pierda la vida un manifestante. "Si usás mano dura, te terminan criticando por tener el gatillo fácil. Preferimos lo menos que lo más", aseguran en voz muy baja, sabiendo que el electorado duro no votará a ninguna paloma. Santilli, consultado por El Cronista, no quiso opinar.

SEGURIDAD Y PIQUETEROS: DOS GRANDES DIFERENCIAS

Algo parecido sucede en el tema social. Una subsecretaria del área cultural, Viviana Cantoni, salió a criticar en un preciso hilo de tuits a Bullrich por sus dichos contra la política que desplegó Mauricio Macri en la materia, a cargo del ministerio de Carolina Stanley.

Rodríguez Larreta acompañado por María Eugenia Vidal, Carolina Stanley y María Migliore, entre otros funcionarios.
Rodríguez Larreta acompañado por María Eugenia Vidal, Carolina Stanley y María Migliore, entre otros funcionarios.

La ex ministra de Desarrollo Social, de perfil muy bajo, acompañó hoy a Rodríguez Larreta en la conferencia de prensa que brindó para anunciar un importante logro de su gestión, que redujo de 7,9 por cada mil de niños nacidos fallecidos al nacer que había en 2019 a 4.4 por mil, un indicador de desarrollo humano que solo es posible con una política sostenida a lo largo de los años.

"Hoy la Ciudad tiene la tasa de mortalidad infantil más baja de la historia. Esto es gracias al trabajo de todo un equipo comprometido con el acopañamiento de las madres durante el embarazo y los cuidados post-natales", dijo. "Con planificación, con trabajo serio y con esfuerzo, los resultados llegan", insistió en una frase nada inocente, perfectamente dirigida a Bullrich, criticada en distintos ámbitos por la falta de organización que tiene en su equipo.

Es que Rodríguez Larreta apunta a recolectar votos por fuera de Juntos por el Cambio, hacia sectores progresistas, peronistas democráticos o hasta filo-kirchneristas que está seguro de captar en su carrera a la Presidencia. La presidenta del PRO, en cambio, tiene una estrategia muy distinta, enfocada en el núcleo duro y basada en el diagnóstico de que la sociedad está virando a una derecha enojada, que si no logra captar la coalición opositora se terminarán yendo con Javier Milei.

Claro que juegan las personalidades y las historias políticas de cada uno. "Yo a éstos los conozco (los peronistas), a mí no me van a engañar", suele decir Patricia de los ultrakirchneristas que la corren con su pasado de izquierda. "No solo se trata de ganar, sino de tener el 70% de respaldo de la población si de verdad queremos una sociedad distinta", insiste Horacio.

Los radicales comparten mayoritariamente la línea Larreta. Salvo unos pocos, como el mendocino Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés o Rodrigo de Loredo, la UCR es un partido cuyos dirigentes temen ser tildados "de derecha". No así su electorado, que en general se siente mejor representado por Bullrich. Bajo ese esquema, es probable que le sea más fácil a la presidenta del PRO ganar las PASO y al Jefe de Gobierno porteño ganar la general.

Eso, claro, si Mauricio Macri no se presenta. Ahí juega otra historia.