

En medio de rumores que aseguran que Mauricio Macri está de salida de la conducción del PRO, enfáticamente desmentidos por su entorno, el Consejo Nacional del partido amarillo se reunió en la sede de Balcarce, el edificio que compró hace diez años el exsenador José Torello. En ese entonces, el amigo del expresidente se mostraba tan confiado como exultante: “Vinimos para quedarnos”.
“El PRO tiene una concepción liberal en el más alto sentido de la palabra, de respeto por las reglas de fuego y por la libertad de expresión”, dijo el diputado nacional electo Fernando De Andreis al salir de la reunión del consejo nacional ampliado que sesionó en la sede partidaria. Su crítica velada es oficial.
Hubo dos definiciones concretas: el PRO buscará mantener su identidad y su independencia como bloque a partir del 10 de diciembre y no renuncia a la idea de competir con un candidato propio en las elecciones de 2027. Macri lo había anticipado desde un evento en Chile y sus palabras tuvieron eco de este lado de la cordillera la semana pasada.
“Mauricio dice que el PRO va a tener un candidato a Presidente y seguramente lo tendremos, pero todavía falta mucho para pensar en elecciones, lo importante es que estamos aquí los que queremos estar”, declaró por su lado María Eugenia Vidal, actual diputada y -probablemente- la nueva presidenta del PRO, si hay un recambio de autoridades.
En un intento por definir el nuevo espíritu amarillo después de las elecciones, la definición sobre Diego Santilli dejó claro que no echarán a nadie que no quiera irse, pero tampoco harán propia conductas no discutidas en el partido. “Nos alegra su designación y sigue siendo del PRO, pero queremos dejar claro que su decisión fue individual”, precisaron los dirigentes.

Vidal y De Andreis fueron las caras elegidas para dar la posición oficial de los amarillos, lo que en el lenguaje interno puede interpretarse como los herederos principales de quienes fundaron el partido, allá por el 2003.
El encuentro arrancó, puntual, a las 10 de la mañana, y Macri estuvo rodeado por la vicepresidenta e intendenta de Vicente López, Soledad Martínez y su primo Jorge, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Santilli no fue, pero sí el diputado Cristian Ritondo y el intendente de General Pueyrredón y senador provincial electo Guillermo Montenegro, dos fuertes aliados del “Colo”.
Entre otros, se pudo ver a diputados de la provincia de Buenos Aires como Martín Yeza; de Corrientes, como Sofía Brambilla; de Santa Fe, como Gisela Scaglia y de La Pampa, como Martín Ardohain. También estuvo el legislador porteño Darío Nieto, mano derecha de Mauricio. La prioridad, según se dijo, será trabajar en los distritos donde se tienen intendentes o forman parte del gobierno, como es el caso de Santa Fe, Corrientes y Jujuy.
Pero quizás la presencia más significativa en términos políticos fue la de Matías López, referenciado en Santilli. Se trata del presidente de la Legislatura de la Ciudad y seguirá en esa posición si lo vota el recinto, lo que demuestra que el “santillismo” sigue adentro del PRO.
“Tenemos el desafío de volver a ser una alternativa. ¿Por qué no podemos hacerlo? Soy optimista y es un camino que ya lo conocemos. La identidad del PRO está”, dijo Soledad Martínez en la reunión durante su presentación.

A su turno, Guillermo Dietrich aseguró que desde el inicio el propósito del PRO “nunca estuvo en duda”. “Nunca nos preguntábamos qué éramos, lo único que importaba era transformar la vida de la gente. Ese es nuestro ADN y lo único que nos reconocen”, indicó el exfuncionario de transporte.
El encuentro arrancó a las 10, con medialunas de Atalaya sobre la gran mesa cuadrada, donde se han discutido a fondo los difíciles posicionamientos de este tiempo, con sus dirigentes divididos ante LLA, el partido que los quiere, pero “arrodillados” y de a uno. Era una reunión presencial, la primera desde las elecciones del 26 de octubre, y la última del año.
La asunción de Diego Santilli como ministro del Interior es una prueba de la fractura dentro del PRO. No estuvieron en la ceremonia ni Macri ni María Eugenia Vidal. En realidad, nadie los invitó. Se trató de una ceremonia para los familiares y amigos, donde por lo visto no califican. En cambio, sí dijeron presente todos los intendentes bonaerenses del PRO, incluso Diego Valenzuela, que ya se hizo violeta. Al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, no se lo vio, ni a nadie de CABA.

“No hubiera estado mal que Mauricio asistiera. Lo habría incomodado al Colo pero también a (Javier) Milei, pero Mauricio no va donde no es bienvenido, no juega con esas cartas”, dijo un viejo amigo, consultado por El Cronista.
Hay algunos asuntos que requieren cierta urgencia como la situación del distrito de Córdoba, que fue intervenido por la conducción nacional, pero su titular, Oscar Agost Carreño, logró resistir con el respaldo de la justicia cordobesa. Su mala perfomance electoral lo deja ahora muy debilitado.
En general no le fue bien al PRO en los distritos donde no fue en alianza con LLA, como el caso de Chubut y Río Negro. Pero salió airoso por ejemplo en CABA y Entre Ríos, lo que asegura que la nueva política de alianzas que empezará a discutirse se teñirá de violeta.
Por estatuto, las autoridades nacionales tienen cuatro años de mandato. La actual conducción lleva dos años, y aunque son muchos los que ven a un Macri sin ganas de continuar al frente del partido que fundó y lidera, es difícil -por personalidad- que tome la decisión de dar un paso al costado.
Del encuentro participó, además de los mencionados, el secretario general Facundo Pérez Carletti, y otros dirigentes del interior como Juan Martín (Río Negro), Humberto Schiavoni (Misiones), Gabriel Pradines (Mendoza), Julio Sahad (La Rioja), Adela Arming y Soher el Sukaria (Córdoba)
A contramano, llamó la atención la ausencia de dos diputados del bloque con buen vínculo con el Gobierno, que habían sido invitados. Se trata de Alejandro Bongiovanni y Daiana Fernández Molero que se vienen mostrando alineados con la Casa Rosada en sus proyectos.



