Diego Santilli dormitaba en el auto que lo traía de regreso desde Paraná a Buenos Aires cuando recibió el primer llamado. Había pasado ya una semana del inesperado triunfo electoral en la provincia en las elecciones de medio término, pero su cuerpo todavía le cobraba la extenuante recta final de la campaña, aquella que lo había obligado a salir a recorrer los enclaves olvidados en septiembre para torcer el impacto del escándalo de José Luis Espert.

Por eso no percibió las múltiples llamadas perdidas hasta que se despertó. Pese al cansancio, Santilli había decidido acompañar a su hijo Nicanor, corredor de TC Pista, en su prueba entrerriana. Cuando consiguió enfocar la vista en la pantalla del celular, advirtió varios mensajes de un mismo remitente. Era el presidente Javier Milei, con un texto críptico.

La relación entre Santilli y Mauricio Macri hace tiempo que se volvió distante. Apenas lo necesario. Sin embargo, “El Colo” siempre le cumplió: “esa es su función”, bromean cerca suyo. Quizás por eso lo llamó recién en tercer lugar para darle la novedad.

“¿Le avisaste a Mauricio?”, le preguntó Cristian Ritondo, al otro lado de la línea. Era la segunda persona a la que le contaba el ofrecimiento del mandatario. La primera había sido su esposa, Analía.

“No…”, se lamentó Santilli.“Ya está circulando en redes…”, lo apuró Ritondo.“¡Cómo se va a enojar El Calabrés!”, se resignó “El Colo”, mientras contemplaba el paisaje desde la ventanilla. ¿Lo pensó o lo dijo en voz alta?

En la reconstrucción que hicieron los propios protagonistas, el remate fue en tono de chanza. La anécdota se escuchó esta semana en la cena que Santilli y Ritondo compartieron con otros referentes del PRO en el búnker principal del partido, a escasas cuadras de la Casa Rosada. Macri no participó.

Aliado a La Libertad Avanza, el PRO renovó las tres bancas porteñas que ponía en juego, aunque una de ellas ya la perdió: Sabrina Ajmechet mutó del amarillo al violeta. También lo hicieron otros cuatro diputados del ala bullrichista, con Damián Arabia a la cabeza, quebrando la facción porteña del bloque.

Patricia Bullrich jugó fuerte para romper filas y apuntó hacia los que no concluyen mandato en diciembre. Ella misma levantó el teléfono para convencer, con dispar resultado, a enojados y desilusionados con la estrategia pendular de Macri. Confían en sumar algunos más. En la web de Diputados se apuraron a migrarlos de bloque y ya figuran como parte de LLA: Arabia, primer referente de la ministra, ya había cursado la notificación formal el viernes previo a hacer pública la decisión. En el Senado, aún no.

A Mauricio le ganó la emocionalidad. No tuvo unas buenas semanas con sus declaraciones. Aunque es cierto que desde el Gobierno lo maltratan por demás”, interpretó una alta fuente del espacio a la luz de la sangría que era un secreto a voces sujeto al resultado del domingo 26.

En Buenos Aires, la reválida amarilla fue mucho más magra: solo cuatro de los seis lugares que tenían. Y uno de ellos, el de Santilli, pasará a manos de LLA el 10 de diciembre. Aunque todavía no juró, el diputado ya presentó su renuncia el último viernes y ya empezó a moverse como ministro. Aseguran en su entorno que tiene un primer poroteo de votos para las leyes que Milei le encargó sacar. Por lo pronto, agendó reuniones con varios gobernadores y, como contó El Cronista, planea visitarlos en sus provincias.

Cuando miré el mensaje de Milei diciendo que necesitaba hablar conmigo porque me quería hacer una propuesta, pensé: ‘zas, ahora me invita a escuchar ópera’ y yo así, sin dormir hace días”, bromeó “El Colo” en la sobremesa de la cena PRO, ante un auditorio que no disimuló las risas.

Prensa Casa Rosada

Santilli lo llamó desde la ruta y escuchó lo que el líder libertario tenía para decirle. Para su tranquilidad, no implicaba ni a Verdi ni a Puccini. Solo debía reemplazar a Lisandro Catalán y ponerse al frente de las negociaciones con gobernadores tan sorprendidos como el propio círculo presidencial con el resultado del 26 de octubre.

Un dato lo demuestra: en un “prode” que circuló por Whatsapp hasta el sábado previo entre miembros de Las Fuerzas del Cielo, hasta los más optimistas se quedaron cortos con el pronóstico de bancas. El lunes arrancó otro gobierno”, reconoció un hombre de la Rosada con alivio, en un café a pocas cuadras de Balcarce 50. “Uno en el que el PRO va a pasar a tener el peso de la Coalición Cívica”, agregó, con una sonrisa.

Qué lugar tendrá el PRO en la próxima etapa de gobierno de Javier Milei

Cuatro días después del anuncio del nuevo ministro del Interior y de la seguidilla de pases a LLA esta semana, un mensaje urgente sacudió el jueves los WhatsApp del Consejo Nacional del PRO: convocatoria para el miércoles a las 10 en la sede de Balcarce 412. La batiseñal partió del núcleo duro del macrismo.

Hay mucha preocupación. Está todo muy jodido”, comentó un dirigente con acceso a la cúpula amarilla. “El grupo quedó muy chico y temen que se achique más. Lo único que mantiene unido al PRO es el engrudo que fabrica Cristian para pegarlo, porque el partido es un desastre. Macri lanza un tuit y nadie lo baja en una directiva orgánica. Nos tenemos que juntar a interpretarlo”, se quejó.

En las dos reuniones que los libertarios programaron en Casa Rosada con sus futuros bloques en Diputados y el Senado entre martes y miércoles, primero Karina Milei y luego el propio Javier marcaron las pautas operativas y dogmáticas para la nueva etapa. Buscaron ordenar la línea política del bloque: sellar las leyes que el Ejecutivo envíe al Congreso. De allí surgió la confirmación que Bullrich liderará la tropa de la cámara Alta.

Prensa LLA

LLA acorraló al PRO. Cualquier intento de negociar votos en las extraordinarias podría significar más fugas amarillas si buscan presionar con cambios o cargos. Así lo interpretan desde el propio bloque, donde siguen con atención los movimientos para decidir si saltan o no del barco.

“El PRO no puede convertirse en un partido de extorsión”, subrayó a El Cronista uno de los legisladores que se resiste a dar el salto. En Gobierno confían, no obstante, en que al final los amarillos priorizarán “las ideas” y se ordenarán detrás de LLA, incluso los más díscolos y desconfiados.

Otro dato, que llamó la atención y abona a esta hipótesis en lo alto del Ejecutivo: en la Casa Rosada, Ritondo no estuvo solo; Silvia Lospennato lo acompañó a las reuniones con la cúpula libertaria. “Creo que se deben estar alineando otra vez”, arriesgó un referente libertario que tomó nota de su presencia.

Prensa Casa Rosada

A nadie escapa cuán enojada quedó la secretaria parlamentaria que juntó votos para la Ley Bases pero luego quedó expuesta tras la sesión frustrada de Ficha Limpia —y los rumores de un pacto entre LLA y el kirchnerismo— y la derrota en la campaña porteña frente a Manuel Adorni.

En LLA anticipan un Congreso “mucho más compacto y reformista”. Hablan en redes del regreso de la “escribanía”. “Nos faltan 20 votos —enfatizan—, el menos ducho de los negociadores puede conseguirlos”. No solo eso: ya pidieron a sus legisladores electos que elijan las comisiones donde se sentirán más cómodos. Buscan controlar las de peso estratégico.

¿Qué le queda al PRO? Algunos impulsan un interbloque con parte del radicalismo para sumar volumen y retener influencia, si sigue perdiendo fuerza frente a un bloque violeta cada vez más homogéneo. Otros plantean una refundación profunda, incluso abandonar el color amarillo y la marca misma. “En el último de los casos, es una decisión partidaria”, explican.

La fuga hacia LLA solo acrecienta la desorientación macrista. La falta de horizonte claro abre la puerta a más incertidumbre sobre el desenlace de una fuerza que saltó de la esfera municipal a la nacional sin escalas, pero que ahora pone en juego su cuna política. Tan espasmódica es la política.

Después de todo, ninguno de los lugares conquistados desde diciembre de 2023 representó una cuota real de poder en el esquema libertario. No fueron concesiones, sino cooptación de cuadros. Primero Bullrich; ahora, Santilli.

En la cena del PRO, un intercambio a modo de broma dejó a más de uno pensando en el futuro del partido. Mientras “El Colo” relataba cómo el Presidente le había ofrecido el cargo, Ritondo lo interrumpió: “Ahora vas a poder meter un ministerio bien amarillo, ¿no?”Santilli lo miró: “Sí, claro…” Su interlocutor no pareció creerle del todo:“¿Estás seguro?”, insistió. Santilli sonrió: “Bueno, dejame que le pregunte a Karina”.