

El presidente Mauricio Macri participó esta mañana de la puesta en marcha de la tunelera que construirá el emisario submarino de 12 kilómetros de la planta depuradora de Dock Sud, en el municipio de Avellaneda, y que forma parte del Sistema Matanza-Riachuelo, una de las obras más grandes de los últimos 60 años en materia de saneamiento que beneficiará a más de 4 millones de habitantes.
La obra, que lleva adelante Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), bajo la órbita del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda y la subsecretaría de Recursos Hídricos bajo el Plan Nacional del Agua, demandará cinco años e implicará la construcción de más de 40 kilómetros de túneles que correrán por la margen izquierda del Riachuelo para terminar en la planta de tratamiento de efluentes Dock Sud.
Las obras comenzaron en 2016 con una inversión total de u$s 1200 millones, financiada en su mayoría por el Banco Mundial (u$s 840 M) y por el Poder Ejecutivo (u$s 360 M). Casi como un mantra, funcionarios y voceros repiten con orgullo: “Es la obra de infraestructura más grande que está financiando el Banco Mundial .
La obra fue dividida en tres contratos, cada uno adjudicado por licitación a una UTE (Unión Transitoria de Empresas) diferente. Detrás de la obra más importante del Banco Mundial aparecen nombres conocidos, como los del del primo del presidente, Ángelo Calcaterra, Cristóbal López o Carlos Wagner.
Una obra de túneles
El Sistema Riachuelo prevé la realización de 46 kilómetros de túneles divididos en tres partes que mejorarán el transporte de efluentes y cumplirán con el mandato de la Corte Suprema de Justicia en la denominada “Causa Mendoza respecto al saneamiento de la cuenca Matanza Riachuelo.
La primera etapa consiste en la construcción del denominado Colector Margen Izquierda, que transportará efluentes porteños y captará los caudales en tiempo seco de los aliviadores pluviales y arroyos porteños, y el enlace de la 2° y 3° Cloaca Máxima para derivar parte del caudal a la Planta de Pretratamietno Riachuelo, cuya construcción será parte de la segunda etapa de la obra.
El primer tramo fue adjudicado a la UTE compuesta por el consorcio CMI Ghella- IECSA. Ghella, de capitales italianos, sea asoció en 2007 a IECSA, hasta hace días la empresa constructora del primo hermano de Macri, Ángelo Calcaterra y que ahora pasó a manos del titular de Edenor y Pampa Energía, Marcelo Mindlin. Ambas tuvieron a cargo la obra del túnel Maldonado y actualmente trabajan en el soterramiento del tren Sarmiento y las obras del Paseo del Bajo porteño.

El segundo tramo del Sistema Riachuelo, el único íntegramente financiado por el Poder Ejecutivo, fue para la UTE ESUCO-JCR-CPC-C&E. ESUCO, del empresario Carlos Wagner, figuraba como la séptima empresa con mayores adjudicaciones de obra pública, según el listado que divulgó en 2015 el entonces ministro de Planificación Julio De Vido; participó en la construcción de la Estación Espacial China en Neuquén y en el Centro Cultural Kirchner, además de en proyectos en Santa Cruz y el resto de las provincias. Su nombre apareció mencionado en el escándalo de los Panamá Papers vinculado a cuentas off shore en el Caribe.
JCR es la empresa del fallecido empresario Juan Carlos Relats. Además de la construcción, pisa fuerte en los rubros agropecuario, petrolero y hotelero. Este último lo vincula estrechamente con los Kirchner: la empresa Panatel, de su propiedad y que entre otros lleva adelante el Hotel Panamericano, administró durante diez años el hotel Los sauces en El Calafate.
La constructora CPC, de larga trayectoria en el rubro, pertenece al holding Indalo de Cristóbal López. El empresario la adquirió en 2009. Ha construido numerosas rutas en Santa Cruz, en Tucumán y en Formosa, por nombrar algunas provincias.
C&E, la tercera empresa de la UTE que lleva adelante la segunda etapa del Sistema Riachuelo, fue aceptada como proveedora estatal de la Provincia en 2009 y, según información del Banco Central, tiene deudas ínfimas por $ 89.648 con diversas entidades financieras, lo que la ubica en una situación crediticia “Normal . Su base está en ubicada en Tigre y participó de sendas licitaciones viales y de obras hídricas. En el mundo de la construcción, hay quienes la vinculan al sindicato de Obras Sanitarias.
La tercera parte del Sistema Riachuelo consiste en la construcción de un emisario que transportara los efluentes desde la planta de tratamiento hacia 12 km adentro del río para allí depositarlos. La obra está financiada en parte por el BM y en parte por el Ejecutivo y fue adjudicada a la UTE Salini Impregilo-Healy-Chediack.
Al igual que Ghelli, Salini Impregilo es una constructora italiana con extensa trayectoria en más de 50 países del mundo. Ha intervenido en las hidroeléctricas de Yacyretá y Piedra del Águila, en la construcción del aeropuerto de Ushuaia, en la construcción de varias autopistas y en obras en la cárcel de Ezeiza, entre otras. Es una de las empresas que aún mantiene una demanda en el CIADI contra la Argentina. Healy, de capitales estadounidenses, es socia de Salini Impregilo desde 1982.
La tercera pata de la UTE la conforma la constructora argentina Chediack, de Juan Chediack, actual vicepresidente 1° de la Cámara Argentina de la Construcción. Tras conocerse el escándalo por los bolsos del exsecretario de Obra Pública José López, fue uno de los que aseguró que Cristina Kirchner sabía que se privilegiaba a unas empresas sobre otras.


