

"Es un día de profundo dolor compartido y de una gran indignación. Hago mías las palabras del presidente de la AMIA, cuando planteaba que no hay Democracia sin Justicia, y efectivamente no la hay", consideró Macri, quien compartió, previo al acto, un encuentro con autoridades de la AMIA donde reafirmó la importancia de mantener un fuerte lazo de cooperación y apoyo.
Tras esa reunión, el ministro de Gobierno participó del acto central que comenzó con el sonido de una sirena que se escuchó a las 9:53, momento exacto en el que ocurrió el ataque aquel 18 de julio de 1994 a partir de la explosión de un coche bomba.
"Sostener la memoria y el reclamo de Justicia vivos, no sólo por el atentado a la AMIA, la Embajada de Israel, el asesinato del fiscal Nisman, son absolutamente imprescindibles. La política tiene una deuda profunda y seria, sobre todo en algunos sectores, no sólo con esta causa sino con la de la paz en Argentina", agregó Macri.
Lalo Mir fue el primero en tomar la palabra sobre el escenario y allí solicitó un minuto de silencio en memoria de las víctimas para luego convocar a familiares y encender una vela por cada fallecido, mencionados con nombre y apellido, como en cada aniversario.
"No podía no estar acompañando una vez más en un día de la relevancia que tiene éste. A 40 años de la Democracia que sigamos teniendo esta deuda con la verdad y la Justicia en Argentina es imperdonable", cerró el ministro de Gobierno.
Amos Linetzky, presidente de la AMIA, y Gustavo Montanini, amigo de Diego De Pirro, una de las víctimas, fueron los oradores principales del acto, que finalizó con la proyección de videos conmemorativos.


