

El6,7% de inflación de marzo sumó un récord mensual que hace dos décadas no se veía, y los argentinos lo sienten en el bolsillo: "Está todo muy caro", es el dicho más escuchado en boca de todos.
La inflación es hoy el principal problema de la población argentina: según la última encuesta de opinión pública realizada por Fixer, un 63% de los individuos la presentaron como su más grande preocupación. Esta traba resulta cada día más asfixiante, especialmente para los sectores más pobres.
Como contraparte, el Gobierno sostiene una fallida "guerra" contra la inflación que por lo pronto espera ganar con precios regulados. Además, las negociaciones paritarias de más de un sector se están adelantando a pedido del Ministerio de Trabajo y este jueves el gremio de los comerciantes -el más grande de los privados- abrió el camino al acordar un incremento salarial del 59,5% en siete tramos para los próximos meses.
Este número, el cual los principales gremios de la CGT intentarán replicar en las próximos semanas, pone en evidencia un indicador que el Gobierno teme pero que se observa cada día más factible: cerrar el año con una inflación en torno al 60%, o incluso más. Con un 16% de suba de precios acumulado, el primer trimestre del año no augura números positivos para el resto del 2022.
Otra de las caras de la alta inflación que los argentinos sienten a diario es la distorsión de los precios: mientras que el aumento de los precios interanual de ciertos sectores supera el promedio inflacionario, otros quedan muy por detrás, con diferencias que impactan.

Este fenómeno se puede observar simplemente analizando el último informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que el INDEC publicó para marzo: mientras que en los últimos doce meses sectores como Restaurantes y hoteles, Prendas de vestir y calzado o Alimentos y bebidas no alcohólicas marcaron incrementos por encima del nivel general del 55%, con 67,8%, 67,3 y 59,7% respectivamente, otros -más que nada los regulados- corren muy por detrás: entre marzo del 2021 y marzo del 2022, el rubro Comunicación aumentó un 30%, Vivienda, agua, electricidad y gas lo hizo un 38,3% y Recreación y cultura un 43,4%.
Estas diferencias en los aumentos de los rubros en un país con una inflación endémica a la larga generan distorsiones de precios: como ejemplo, llama la atención ver tapados a $30.000 o más cuando también existen alquileres que rondan este valor.
Esto mismo remarcó un indignado usuario de Twitter hace pocos días, quién publicó dos fotos que contrastan por sus valores: la primera muestra un par de zapatillas marca Nike publicado en Mercado Libre por $35.7000; la segunda, el alquiler de un monoambiente en Palermo por $35.000 más $10.000 más de expensas.
"La distorsión es total", se quejó el usuario Pregonero al mostrar que alquilar un departamento en pleno Palermo -de las zonas más caras de CABA- cuesta lo mismo que un par de zapatillas, o unos $10.000 más si se consideran las expensas.
A su denuncia, este disparó: "Díganle gracias al 35% de derechos de importación más cupos limitados, más cerrados que la Unión Soviética", criticó el usuario de Twitter.
Además, también agregó un comentario sobre las expensas, indicando que "de los $10.000 el encargado se lleva en promedio el 50". Esta última afirmación levantó también un debate entre los comentarios que defienden el oficio contra los que consideran que no es preciso sostener a un encargado a costa de expensas más altas.
Hace pocos días, otra publicación similar se viralizó en redes: se trata de un productor agropecuario que denunció que cada una de las gomas que precisa su tractor para funcionar cuestan alrededor de $110.000, un valor no muy alejado de un Gol 2015 usado.
Aunque los alquileres también sostienen subas que corren junto a la inflación -en marzo tuvieron un alza interanual del 53%- hay sectores en los que contrasta aún más la distorsión de precios, e indumentaria es uno de los favoritos del público para emitir quejas: mientras que en las marcas más reconocidas los sweaters oscilan entre los $8000 y los $25.000, los tapados y las camperas de abrigo ya resultan imposibles de comprar, con valores que en ciertos casos pueden superar los $50.000.


