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El Gobierno llega a las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires con una apuesta de polarización, difícil de replicar para los comicios de octubre. La mira está puesta en la reacción del lunes siguiente del dólar, las tasas, y el apoyo para las reformas.

La provincia llega a sus comicios con una caída de la actividad económica del 1,4% en agosto y una baja del 9% del gasto de consumo de las familias en julio, según analizó el Banco Provincia.

Las elecciones llegan además con un "enrarecido clima político" por las iniciativas del Congreso y las denuncias de corrupción, "que aumenta la percepción de riesgo sobre resultado que el proceso electoral pudiera tener sobre el respaldo social con el que cuenta el actual Gobierno y, en consecuencia, la viabilidad de continuar y profundizar las reformas iniciadas en este año y medio de gestión", observaron desde PWC.

Esto derivó en que se adelantara la típica dolarización de carteras previa a las elecciones.

El oficialismo señala a las elecciones por la volatilidad del tipo de cambio y anunció intervenciones del Tesoro para "contribuir a la liquidez del mercado cambiario y su normal funcionamiento". Los empresarios sostienen que, a raíz de esta decisión, el mercado va a testear al Tesoro, en especial después de los resultados del domingo, a ver cuál es el poder de fuego del Ministerio de Economía.

Limitada relevancia, pero sobrevendida

Desde el equipo de Research del Banco Comafi consideran que la elección de este domingo tiene "limitada relevancia para la continuidad del programa económico", pero evalúan que "el mercado reflejó un elevado nerviosismo".

En su escenario, descuentan una derrota del oficialismo por 5 puntos porcentuales pero mantienen una posición cauta "hasta no ver una mejora en ciertos factores estructurales".

"A partir de la última semana de agosto se aceleró la caída de la deuda soberana, lo cual consideramos que se podría revertir en caso de un resultado favorable para el gobierno. No obstante, la frágil situación de las reservas dificulta la compresión del riesgo soberano", agregaron.

Tipo de cambio y tasas

En materia de resultados, para Comafi, una derrota del oficialismo por una diferencia mayor a la esperada podría derivar en una nueva corrección, aunque sería limitada. Una victoria ajustada podría mejorar la paridad de la deuda soberana, aunque recortada por el bajo nivel de reservas.

Para LCG, el resultado no tendrá influencia sobre las tasas y esperan que se mantengan hasta octubre. Sin embargo, observan que "en caso de que el Gobierno obtenga un resultado favorable, podría fortalecerse temporalmente el vínculo entre los plazos fijos y la tasa de interés observado en agosto, lo que sostendría el incremento de los depósitos en pesos. Por el contrario, si el resultado electoral fuera negativo para el Gobierno, este canal podría debilitarse, lo que podría generar un aumento en los depósitos en dólares en detrimento de los de pesos".

Una dinámica similar esperan para los créditos, que experimentaron en agosto el menor aumento (1,3%) registrado desde su recuperación en mayo del 2024.

"Un resultado favorable a la continuidad de las políticas económicas actuales podría marcar el inicio de un ciclo de mayor certidumbre, con efectos positivos sobre las expectativas económicas", observaron desde PWC, que agregó que se abre un escenario de mayor apetito por instrumentos en pesos, menor volatilidad financiera y baja de tasas.

Si el resultado es desfavorable para La Libertad Avanza, la incertidumbre podría intensificarse y seguir hasta octubre.

Un desafío que presenta la posible recuperación de la demanda de pesos es que el Gobierno "puso la vara muy alta en lo que respecta a "obtener un buen resultado en PBA", señalaron desde PxQ.

"De manera innecesaria el gobierno transformó el 8 de septiembre en el "día D" o, mejor, en el "día K", por el así denominado ‘riesgo kuka'", agregaron desde la consultora que dirige Emmanuel Álvarez Agis. Una estrategia que evaluaron riesgosa desde lo económico, porque una derrota podría implicar presión en el mercado de cambios que empuje al dólar al techo de la banda y fuerce la intervención del Central así como un aumento de la probabilidad de una derrota en octubre.

A ello, agregaron que en las semanas posteriores hay vencimientos de deuda cuya renovación será analizada con la misma óptica: "Asumiendo un refinanciamiento del 30%, septiembre implicaría dejar pesos en el mercado por el equivalente al 43% de las divisas con las que el gobierno cuenta para defender el techo de la banda".

Riesgo país

Un triunfo por casi 10 puntos del oficialismo nacional será leído como señal de fortaleza y traerá una baja del riesgo país, una mejora en el Merval y un relajamiento de la tasa de interés con una menor demanda del tipo de cambio, analizaron desde Romano Group.

Un triunfo moderado del oficialismo nacional es considerado el escenario base, sin colapso ni euforia con un riesgo país en torno a los 750 puntos.

Un triunfo amplio del oficialismo provincial es leído desde Romano como una señal negativa para los mercados en el que "el riesgo país se eleva hacia la zona de 900/1000 puntos y bonos argentinos y equity continúan su sendero bajista. Una derrota en PBA sería un gran golpe simbólico para el oficialismo, debilitando su capacidad de sostener reformas en octubre".