El Gobierno anunció ayer que impulsará el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la vía del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), el cual le posibilita saltearse la aprobación de ambas cámaras del Congreso para poder terminar de ratificar ese programa.
Así las cosas, la Casa Rosada decidió utilizar una herramienta más rápida para primero firmar el acuerdo y que la etapa de negociación y consenso con la oposición sea posterior. Dado que en el Senado cuentan con una amplia minoría -y Unión por la Patria, con 34 bancas, controla casi la mitad del recinto-, la clave estará en Diputados, donde el Gobierno cree que la oposición dura no tendrá los votos para voltearlo o que hasta que suceda aquello podrá lograr torcer algunas voluntades.
Se trata de una nueva estrategia del gobierno que juega al fleje de las reglas institucionales. El acuerdo con el FMI autorizado vía DNU tuvo por objetivo saltearse la denominada Ley Guzmán, impulsado por el entonces ministro de Economía de Alberto Fernández, que establece que el endeudamiento en moneda extranjera y bajo ley extranjera debe autorizarse por el Congreso.
"La Ley Guzmán es inútil, no tiene sentido en los tiempos institucionales", afirmaron desde la Casa Rosada ante la consulta de El Cronista. ¿Está en los planes la iniciativa de derogar esa ley? Por el momento no hay planes a la vista, aunque desean que así sea.

Tal y como lo menciona un informe de la consultora financiera 1816, hay solo un antecedente: en 2022 la administración del Frente de Todos envió el acuerdo técnico con el staff (el actual Programa de Facilidades Extendidas, EFF por sus siglas en inglés) a los legisladores como un anexo al proyecto de ley. Pero el mismo Congreso solicitó que se apruebe esa misma iniciativa sin mencionar ese mismo anexo.
De esto se agarra el Gobierno para afirmar -por lo bajo- que el trámite por el Congreso iba a traer más ruido en los mercados: primero, por la simple incertidumbre sobre si se iba a aprobar o no; y segundo, porque la oposición determinante para movilizarla iba a pedir conocer las condiciones del programa antes de votarlo.
"Es mucho más fácil sostener el DNU que conseguir los votos para aprobarlo", confirmaron desde Balcarce 50, desde donde buscan que los números en verde que comenzaron a aparecer en el mundo financiero se prolonguen en la semana.
Si el acuerdo con el Fondo se pone en riesgo, esta senda podría retrotraerse y el Gobierno utilizará aquello para apuntar a la oposición de atentar contra el rumbo económico. En el PRO avisan que no adelantarán ninguna posición hasta que no se conozca el DNU. Hay bloques opositores que mantienen posturas similares.
Hasta la semana pasada, según datos de PPI, el S&P Merval acumulaba un retroceso del 17,7% en el mes y del 24,9% desde el último máximo (u$s 2387, el pasado 9 de enero). Los Globales cayeron 5,5% en promedio durante en febrero.
Tanto desde la Casa Rosada como desde el Palacio de Hacienda decidieron acelerar con la noticia del FMI con el fin de generar expectativas sobre el rumbo del programa económico, que tiene como uno de sus puntos clave la salida del cepo cambiario.

El ministro de Economía, Luis Caputo, reconoció al ser entrevistado por LN+ que este es un caso de "necesidad y urgencia" y que el kirchnerismo iba a retrasar ese acuerdo. "No es un tema que se puede demorar y mucho, no podemos estar dando vueltas, es lo mejor para la gente", reiteró.
Por su parte, el presidente Javier Milei solo debe firmar el texto que saldrá por el Boletín Oficial en las próximas semanas. No descartan que, incluso, pueda llegar a ser la próxima semana. "Entiendo que sale en los próximos días", dijeron desde dos altos despachos distintos.
Hasta ahora no se sabe el monto del desembolso. "Están definidos el programa y el monto. Hemos modelado muchos escenarios para aprobarlo, el staff estuvo de acuerdo y ahora lo manda al board, que decide si le pone el gancho", adelantó el ministro Caputo. Después de esa cuestión llegaría el sello presidencial.



