

La negociación salarial en la industria de la alimentación quedó ayer a un paso de definirse, con lo que se despejó el escenario de conflicto con nuevos paros y protestas en la actividad. El acuerdo se sellaría esta misma semana y establecerá una mejora salarial para los operarios del sector varios puntos por encima del 30%, perforando como los convenios de bancarios y aceiteros el techo oficial del 27%.
El avance de las conversaciones informales entre representantes de la Federación gremial que nuclea a los trabajadores de la actividad y de la Federación Industrial de Productos Alimenticios (FIPA) fue confirmado ayer por fuentes del sector, que se mostraron optimistas en la posibilidad de cerrar un entendimiento en el transcurso de esta semana. "Se está muy cerca, faltan definir algunos detalles pero creemos que se van a resolver rápidamente", indicaron los voceros tras las negociaciones mantenidas durante toda la jornada de ayer.
Referentes sindicales y empresarios volverán a reunirse hoy en una audiencia oficial en el Ministerio de Trabajo.
Desde el sector anticiparon que las discusiones se acercaron en torno a un incremento total y escalonado que superaría por varios puntos el 30%. Ese esquema se acerca a los aumentos del 36% y 33% que acordaron aceiteros y bancarios respectivamente, y representaría un nuevo revés para la pretensión del Gobierno de extender a la mayoría de las paritarias del sector privado el tope del 27% que logró imponer en las negociaciones de la UOM, estatales de UPCN, comercio, construcción, obras sanitarias y encargados de edificio.
El acercamiento entre el gremio y la industria alimenticia, que posibilitó recortar la brecha entre el reclamo inicial de un aumento de 42% y la propuesta empresaria de una mejora de 24%, también despejó la preocupación por posibles medidas de fuerza en el sector, que generaran faltantes de algunos productos. Es que el avance en las negociaciones se produjo a la par del vencimiento del plazo final de la conciliación obligatoria dictada por la cartera laboral en el conflicto y en medio de las amenazas sindicales de iniciar una ola de protestas, con paros por turno de producción y bloqueos en los accesos en las fábricas de alimentos de todo el país.



