Muy merecido el premio que recibieron la semana pasada en Washington Luis Caputo y Santiago Bausili por parte de la revista Latinfinance, galardonados como Ministro y Presidente del Banco Central del año. Lograron, nada menos, convencer al Secretario del Tesoro de los Estados Unidos de que el dólar estaba caro en la Argentina. También, que las bandas de flotación en los niveles actuales, el cepo a la plata grande y las tasas de interés al triple de la inflación resultaban un esquema adecuado para lograr el éxito político y económico de su valorado aliado Javier Milei.
Contaban, claro, con una ventaja:Scott Bessent no vive en la Argentina y seguramente desconoce lo extremadamente caro en dólares que están la mayoría de los bienes y servicios en el país; y lo atractivo que resulta el atraso cambiario para los sectores medios y altos de la sociedad argentina que aprovechan la ventaja para viajar y consumir en el exterior, o engrosar siempre los colchones. Mucho más en los tiempos electorales. Hasta le hicieron creer a Bessent el relato que vienen repitiendo hace meses, que no hace falta acumular reservas y que no hay pesos para presionar sobre la cotización del dólar.
Hasta ahora, los mercados le respondieron a Bessent como alguna vez lo hizo el propio Caputo: si creés que el dólar está caro, "vendé campeón, no te la pierdas!". Conviene igual tener presente que el partido recién empieza y tiene varios tiempos por transcurrir. En el boxeo, para saber quién gana la pelea, hay que esperar hasta que suene la campana al final del decimoquinto round. Una sabia recomendación en Wall Street es nunca enfrentarse a la FED (Never fight the FED)

Se supone que, en los cinco días de mercados desde hoy al viernes, el combo Bessent + tesorería argentina + Banco Central van a vender lo que sea necesario para evitar que el dólar mayorista sobrepase el techo de la banda cambiaria. Sin embargo, parece difícil que los tipos de cambio verdaderamente libres y sin cepo -el MEP y CCL-caigan por debajo de 1550, salvo que el rescate de Washington sea mucho más agresivo de lo visto hasta el viernes en la recompra de bonos, como para amortiguar la suba de los dólares financieros.
La batalla será más decisiva en las semanas posteriores a la elección del próximo domingo, en la medida en que siga sin aparecer la oferta de divisas, mientras el sector privado, que nunca dio señales de freno, se mantenga del lado de la demanda. Se calcula que las compras de dólares por privados en lo que va de octubre superaron u$s 4000 millones.
Lo que anticiparon los exportadores en septiembre por el acuerdo de retenciones cero ya no está disponible entre octubre y diciembre. La cosecha de trigo, que son los dólares del verano, viene muy alentadora; pero el grueso de la oferta de divisas llega con la soja y el maíz recién a fin de mayo. Larguísimo plazo para la Argentina de hoy.
Está claro que para calmar la ansiedad de los mercados y lograr bajar el riesgo país, el éxito de toda esta puesta en escena entre el Gobierno argentino y la Casa Blanca es que Bessent intervenga lo menos posible. Sin oferta de dólares privados, habrá que verificar hasta dónde se hace operativo el swap anunciado de 20.000 millones y cómo se utilizaría, y si se confirman los otros 20.000 millones prometidos por bancos internacionales y fondos soberanos tantas veces soñados que llegarían ahora de donde nunca llegaron antes: el lejano oriente y los países árabes.
Hasta el jefe supremo del JP Morgan, Jamie Dimon, que visitará Buenos Aires en las próximas semanas, será presentado como renovado mecenas, esperando que se le caiga por estas tierras alguna moneda de los u$s 1,5 billones que anunció en Wall Street, disponibles para financiar en el mundo a inversiones críticas para la seguridad de EEUU.
Si el Gobierno se dispone a aprovechar el apoyo de EEUU para corregir los errores económicos y políticos que llevaron la situación al límite actual, debería comenzar por clarificarse cómo hará el Banco Central para recomponer reservas. Sumar al menos u$s 10.000 millones que en 2026 se necesitan para pagar los servicios de la deuda.
Con o sin Bessent, habrá que ir descubriendo cuál será el nuevo dólar de equilibrio tomando en cuenta cuánto va a comprar la gente hasta diciembre y todo 2026, y cuánto va a comprar el Gobierno. Casi nadie cree en el mundo económico que se pueda vivir de Bessent hasta el final del actual mandato del Presidente. Por esa razón se renuevan con mayor fuerza semana a semana las apuestas a un nuevo régimen cambiario con un nuevo valor del tipo de cambio de equilibrio que tarde o temprano habrá que sincerar.
Los resultados de la elección del próximo domingo y cómo sean interpretados por el oficialismo y las distintas oposiciones juegan un papel importante en la dinámica del problema cambiario. Podrán acelerar o demorar definiciones que a la larga deberán ser adoptadas. No está tan claro si un triunfo o una derrota del oficialismo ayudarían a resolver el problema. En particular porque si se trata de corregir errores, nunca se sabe qué es lo mejor con funcionarios que han hecho de la soberbia y el dogmatismo una tribuna de conducta.
Los analistas políticos más serios y experimentados aseguran que la elección en Santa Fe y Córdoba será decisiva para el Gobierno, de manera de compensar las esperadas derrotas que tendría en Buenos Aires, las provincias del norte y la Patagonia. En Capital el triunfo luce asegurado, pero no está claro que Patricia Bullrich pueda superar el 50%, lo que históricamente logró Juntos por el Cambio en el distrito. Lo que sumen por derecha y por izquierda Ricardo López Murphy, los radicales y los representantes de Elisa Carrió, será todo en detrimento del espacio que lleva los colores de Milei.
Más incierta se presenta la posibilidad de verdaderos acuerdos políticos post electorales entre la Casa Rosada y la oposición alguna vez dialoguista. Mauricio Macri le reclama al Presidente que haga lo que él nunca hizo cuando le tocó gobernar, abrir el juego. El ascendente Santiago Caputo ya le respondió al ex Presidente que se abstenga de querer comprar el concurso preventivo del Gobierno y se dedique exclusivamente a respaldar los proyectos de Milei en el Congreso. Pretende tratarlo a Macri, que siempre fue dueño, como a un empleado
Los gobernadores de Provincias Unidas y el propio Macri, que ya actúa como un vocero del sector, directamente reclaman cambiar el plan económico y a quienes los ejecutan: "Dejar atrás el estancamiento para pasar de la estabilidad al crecimiento", posteó en las redes el ex presidente de Boca. Mientras los mandatarios moderados de Córdoba, Santa Fe, Jujuy, Chubut, Santa Cruz y próximamente Entre Ríos y otros tantos juran que respaldan el superávit fiscal, pero reclaman baja de retenciones, menos restricción monetaria, basta de carry trade y sinceramiento cambiario.
El Gobierno deja trascender que están dispuestos a ser flexibles siempre que no se ponga en riesgo el equilibrio presupuestario. En medio de feroces internas por la integración del futuro Gabinete y los sillones clave en el Congreso, hasta el inquisidor Bertie Benegas Lynch, flamante titular de la comisión de presupuesto y hacienda en Diputados, dice ahora que acepta dialogar con quienes siempre consideró réprobos e impresentables.
Llamó a juntarse con los líderes de la oposición para iniciar negociaciones orientadas a acordar el Presupuesto. Será acompañado por Carlos Guberman, que como un implacable secretario de Hacienda hace las veces del satánico Dr. No cada vez que le piden fondos. Será todo tan incierto como el salvataje financiero: ver para creer.






