Las medidas del ministro de Economía Luis Caputo fueron la primera iniciativa relevante del presidente Javier Milei. Adoptadas antes de cumplir una semana de gobierno, marcaron una orientación clara. Fue un ajuste clásico, pero éste se aplica cuando al inicio del gobierno el 60% tiene imagen positiva de Milei y el 30% negativa.
Es una situación que se da por lo general: cuando se asume se tiene una popularidad aún mayor que los votos obtenidos. Pero a partir de ahora, para la población la cuestión serán los efectos de las medidas sobre la tasa de inflación. El mismo ministro de Economía reconoció el 14 de diciembre que la inflación está en el 1% diario. Sobre ello, algunas estimaciones hablan del 60% para el bimestre diciembre-enero y otras de 100% para los tres primeros meses de gobierno.
Este es el punto crítico y el desafío inicial de Milei: contener el malestar social que genera la escalada de la inflación que ya ha comenzado a darse. Cabe señalar que esta situación tiene lugar cuando la inflación estimada para fin de diciembre sería superior al 30%. Es una situación socialmente riesgosa, pero que el gobierno parece asumir a conciencia. Busca así afrontar el mayor costo cuando se encuentra en el punto más alto de su popularidad.
Si a 90 días de asumir, el 10 de marzo de 2024, el presidente ha perdido la mitad de su popularidad, la que caería en esta hipótesis al 30%, pero ha logrado quebrar la inercia inflacionaria, podría ganar en términos políticos, y eso es lo que hay que ver si logra durante el verano.
En lo social, el 20 de diciembre tuvo lugar la protesta convocada por los sectores sociales opositores contra el gobierno de Milei y sus primeras medidas de ajuste. Se trató del 22° aniversario de la caída del presidente De la Rúa, precipitada por la violencia de la protesta en las calles, en un contexto en el que se generaron en un día treinta muertos. Fue el hecho que puede mencionarse como el nacimiento formal de los llamados piqueteros como actor político.
El Partido Obrero, de ideología trotskista, -que obtuvo menos del 4% de los votos en la reciente elección presidencial- fue el eje convocante. Su instrumento más relevante es el Polo Obrero, que reúne a los movimientos sociales (piqueteros), que son el eje de "Unidad Piquetera", que congrega a los sectores más combativos en este ámbito. Aunque con poca presencia, se sumaron a la protesta el movimiento estudiantil contra el ajuste en la educación pública, las organizaciones de derechos humanos, el sector más extremista del movimiento feminista, la comunidad LGTBQ y los sindicatos de orientación kirchnerista.
Frente a esta situación, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó el 15 de diciembre el "protocolo" para impedir el corte de rutas y vías públicas como forma de protesta social. Apunta a recuperar el control de este ámbito, que en la Ciudad de Buenos Aires, como en otras localidades del país, se ha visto interrumpido frecuentemente por los llamados movimientos sociales. El peronismo en el ámbito social -sindical y movimientos sociales- se mantuvo al margen esperando el desgaste del gobierno, y la participación en la protesta fue por eso menor de la esperada.
Pero en el ámbito político, los primeros pasos del gobierno le han resultado favorables. En el Congreso, pese a que el partido del presidente (La Libertad Avanza) tiene sólo treinta y nueve legisladores, logró antes de asumir la presidencia de la Cámara de Diputados para Martín Menem, sobrino del ex presidente. En el Senado, tras un traspié inicial, y pese a que el partido del presidente tiene sólo siete de setenta y dos senadores, logró imponer un candidato propio con 39 votos afirmativos.
De esta manera, pudo mantener bajo control la llamada "línea sucesoria", es decir, quienes sustituyen al presidente y el vicepresidente. En cuanto a los gobernadores, están mostrando en general una actitud inicial dialoguista. El peronismo K cuenta con ocho gobernadores propios. Entre ellos ha comenzado a tomar cuerpo la idea de formar un bloque propio en el Senado para negociar con el gobierno nacional.
Es una reedición de lo que sucediera durante el gobierno de Macri y que fuera organizado por el entonces senador Miguel Ángel Pichetto, quien permitió entonces la gobernabilidad. En los gobernadores de lo que fue Juntos por el Cambio predomina una actitud similar, la que no se vería afectada por la crisis del PRO ni por la elección de un nuevo presidente del radicalismo (Martín Lousteau), que tiene una posición crítica al gobierno de Milei. Dentro del peronismo, el kirchnerismo mantiene una actitud opositora, aunque con matices. El gobernador bonaerense Axel Kicillof es el núcleo hoy de esta corriente política. Su provincia hasta ahora se niega a adherir al protocolo de la ministra Bullrich y ha sacado a la policía provincial de la represión del narcomenudeo para trasladarlo al ámbito federal, lo que ya rechazó la ministra de Seguridad.
A fines de diciembre el gobierno avanzará con nuevas iniciativas en el marco de su estrategia de pagar los costos inicialmente, cuando se tiene la popularidad más alta. El gobierno firmó un DNU centrado en medidas de desregulación. Se trata de competencias del Congreso que el Ejecutivo puede asumir en situaciones de crisis.
Pero deben ser convalidadas por una Comisión bicameral ya elegida, en la cual se verá obligado a negociar. A ello se sumará una ley de reforma del Estado que espera mandar al Congreso antes del 31 de diciembre. Se trata de una norma amplia que contiene media docena de leyes, al estilo de la que Menem logró que fuera sancionada en 1989, cuando no tenía mayoría en el Congreso. Quien fuera el cerebro político de dicha norma hace treinta y cinco años es quien la redacta en este momento, Rodolfo Barra, el actual Procurador del Tesoro.
En política exterior, el nuevo gobierno adoptó su primera decisión: en la Asamblea de la ONU se votó el 12 de diciembre para exigir un alto el fuego humanitario inmediato en Gaza. En forma mayoritaria, ciento cincuenta y tres países votaron a favor, en contra lo hicieron sólo diez, encabezados por Estados Unidos e Israel, y se registraron veintitrés abstenciones, una posición que reunió a los países cercanos a la de Israel, entre ellos la Argentina, pero que evitaron un apoyo irrestricto a la causa israelí. Una gran tormenta que provocó daños en diversos lugares del país mostró al presidente activo para enfrentar el problema.
Viajó a la ciudad de Bahía Blanca, donde la caída del techo de un club provocó trece muertos y decenas de heridos. Lo hizo vestido con uniforme de combate, en el contexto de las actividades que cumplían efectivos de las Fuerzas Armadas para paliar los efectos de esta situación. Personas próximas al presidente sostienen que la personalidad del presidente ucraniano Volodimir Zelensky ha dejado huellas en su colega argentino.
Las protestas frente a las medidas económicas de Milei comienzan a materializarse, aunque por ahora a nivel local y sectorial.




