La velocidad y cuantía de la remonetización de la economía, el impulso que le dará a la demanda de dinero la reactivación de la actividad y cuánto influirán los acuerdos comerciales y los anuncios por delante marcarán en los próximos meses, entre otros, el ritmo de acumulación de reservas.

Forma parte de la incógnita que decanta después de la “resaca de la fiesta financiera” posterior a las elecciones legislativas y que todavía habrá que ver cómo sigue, según el diagnóstico de uno de los principales bancos de inversión. La secuencia corresponde a la visión del economista jefe del Citi, Ricardo Dessy, quien definió el momento con “optimismo moderado”.

Dessy se juega porque, en cualquier escenario, por delante hay una recuperación de los activos argentinos, en principio porque se disipan algunas -no todas- las chances de una reversión de las políticas del Gobierno tras las elecciones legislativas. Al fin y al cabo, permanece la chance de que cada dos años se ponga el rumbo económico en tela de juicio.

El economista del Citi elogió la capacidad del Gobierno de haber aprendido lecciones, como la de la apuesta sin miramientos a bajar la inflación aún a costa de poner en riesgo otras variables, ignorando experiencias internacionales, como las estabilizaciones de Israel o Uruguay, en el que operaron más gradualmente.

“Ahora me parece muy interesante el planteo del ministro que pareciera querer tener todos los estudios antes de elegir qué terapia aplica al enfermo. Y por eso no es tan fácil tener seguridad de cómo será el esquema de conformación de reservas”, indicó Dessy.

Es comprensible y saludable que el ministro de Economía quiera tener todo el diagnóstico antes de definir todas las políticas.

Al respecto, y contrariamente a gran parte de los analistas, el economista del Citi cree que se llegará a cumplir los objetivos planteados con el FMI, que implican una acumulación de reservas del orden de los u$s 9000 millones. “Los acuerdos están para ser cumplidos, y si no sería una mala señal”, opinó. “Pero tampoco tengo señales de que no se pueda cumplir el objetivo”, recalcó. Y en ese sentido, volvió sobre la incertidumbre, por el momento, de conocer cómo se producirá la remonetización de la economía.

Contrario sensu, respecto de la tasa del riesgo país, Dessy consideró que, en lo inmediato, no habría que esperar los niveles de Uruguay o Perú. “A ellos les costó 25 años llegar a este nivel; el riesgo país se nutre de dos elementos. Uno, que es el que está más próximo, es el de las correcciones, que de por sí es muy difícil y más sacrificado que la primera etapa de estos años, que implica las reformas laborales, de impuestos, lo microeconómico, la construcción de rutas, y luego la sostenibilidad de estos cambios”, reseñó.

En ese sentido, sí destacó que “lo que el mercado vio en las elecciones es que dos tercios de la población apoyan este modelo y que un 30% se opone férreamente”, lo cual no es poco para la trayectoria del país.