En el mundo empresariose percibe una incomodidad manifiesta ante los vaivenes de la coyuntura. La mayoría entiende que la macro va por el camino correcto, pero en ese camino hay un embotellamiento que los pone nerviosos. El salto que tuvo el dólar en julio, seguido por el impulso que tomó la tasa de interés en agosto, pone en aprietos a la mayoría de las compañías. Porque con la excepción de un puñado de sectores, el nivel de actividad está planchado, y no hay ningún desvío a la vista que ayude a descomprimir este escenario.

Días atrás, la UIA eligió encender alguna señal de alerta. La entidad hizo foco en la pérdida de empleo en el sector fabril causada por la competencia que abren las importaciones. La estimación que hizo su centro de estudios apunta a la desaparición de unos 1500 puestos al mes. Para la central fabril, hace falta crear oxígeno por el lado del financiamiento, ya que entiende que las reformas de segunda generación vendrán recién en el 2026, en el mejor de los casos.

La pérdida de empleo en el sector fabril es causada por la competencia que abren las importaciones. (Fuente: archivo)
La pérdida de empleo en el sector fabril es causada por la competencia que abren las importaciones. (Fuente: archivo)

Aunque las entidades que agrupan a las pymes manifestaron la misma preocupación, es válido remarcar que la economía todavía no volvió a caer en un contexto recesivo. Sí hay un estancamiento visible, y por eso el tiempo aumenta los nervios de los dirigentes empresariales.

Las elecciones bonaerensesde septiembre y las generales de octubre pueden ayudar a despejar el horizonte. Pero hasta entonces, habrá que atravesar las pulseadas que desata la política electoral con peleas que enturbian las expectativas, como sucedió la semana pasada con la sesión de la Cámara de Diputados y el blindaje del equilibrio fiscal que prometió ejecutar Javier Milei.

La Cámara Argentina de Comercio se puso del lado delGobiernoante leyes que vulneran el superávit. Los bancos y otras entidades hicieron lo mismo cuando el Congreso avanzó sobre el régimen de sociedades de garantía recíproca. Aceptan el momento difícil, pero no se desentienden de un dato esencial: las correcciones que aplica hoy el Ejecutivo son la respuesta a décadas de despilfarro fiscal, causantes en el fondo de una economía empobrecida.

Los empresarios esperan que, en primer lugar, el equipo económico consiga descomprimir la tasa de interés. Porque no solo complica el financiamiento de corto plazo de las compañías. También encarece el costo del crédito y achica el ingreso disponible de las familias para el consumo.