

Uruguay fue votado ayer para ingresar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) como miembro no permanente.
El cargo será ocupado por el hasta ahora embajador en Canadá, Elbio Roselli, según anunció el canciller Rodolfo Nin Novoa.
El canciller reveló que se lo ofreció al ex ministro y ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, pero este desistió por razones de edad y salud.
Roselli asumirá en enero, según fuentes de la cancillería y al país le tocará presidir el Consejo de Seguridad.
Esta será la segunda vez en la historia que Uruguay ocupará un asiento en ese lugar.
En la ceremonia se elegieron cinco de los diez miembros no permanentes para el período 2016-2017.
Uruguay representará al grupo de América Latina y el Caribe. Ya había ocupado ese puesto en el año 1966. En febrero de este año fueron 33 los países de la región que dieron el respaldo.
Egipto, Japón, Senegal y Ucrania son los otros cuarto países que ocuparán su lugar como miembros no permanentes.
La candidatura de Uruguay obtuvo 185 votos, solo detrás de los 187 conseguidos por Senegal, en el escrutinio celebrado en la Asamblea General de Naciones Unidas, integrada por 193 estados.
Uruguay reemplazará a Chile a partir del 1 de enero de 2016 por un mandato de dos años.
"Uruguay hará un gran esfuerzo por la vigencia estricta del derecho internacional y por la búsqueda de la solución pacífica de los conflictos", dijo el vicencanciller uruguayo José Luis Cancela en declaraciones a la prensa tras la votación. Cancela destacó el "largo y serio compromiso" de su país con la ONU, recordando que "40.000 soldados uruguayos han pasado por las distintas misiones de paz de Naciones Unidas" y el "75%" de las fuerzas armadas "tiene al menos una experiencia en misiones de paz".
Durante la votación, también hubo tiempo para los regalos. Según informó el diario New York Times, Uruguay obsequió pelotas de fútbol a los diplomáticos. Egipto, por su parte, regaló juegos de cartas con imágenes de las pirámides.
El Consejo de Seguridad es el único órgano de la ONU cuyas decisiones están obligados a cumplir los Estados miembros, conforme a la Carta.
Cuando se presenta un conflicto internacional, la primera medida del Consejo es, normalmente, recomendar a las partes que lleguen a un acuerdo por medios pacíficos.
De todas maneras, si no se llega a un acuerdo de ese tipo, el Consejo puede imponer embargos o sanciones económicas, o autorizar el uso de la fuerza para hacer cumplir los mandatos de la ONU. Puede, en definitiva, aprobar invasiones o desaprobarlas.












