Proteger su imagen en Internet es una de las grandes preocupaciones de empresas y famosos. Parte de la cruzada contra la piratería digital se libra en la lucha diaria contra la ciberocupación, que consiste en la apropiación indebida de nombres de dominio, práctica que en los últimos años también se expandió a las redes sociales.

Los ciberokupas registran nombres de dominios a sabiendas de que estos pertenecen a otras personas o empresas, buscando la mayoría de las veces el pago de un rescate. Otras veces, buscan extorsionar, desviando el tráfico web hacia un sitio externo, para lucrar, aprovechando la notoriedad de una marca o figura pública. Así, numerosas empresas y famosos emprenden a diario la ardua tarea de recuperar dominios ciberocupados.

A nivel global, la Icann -organización administradora de nombres de dominio de nivel superior- implementó, a principios de 2013, un mecanismo de alerta y custodia en Internet que consiste en conformar una base de datos mundial de marcas bautizada Trademark Clearing House. Quien registre su marca en este sistema será alertado cuando un tercero solicite algún nombre de dominio de nivel superior que coincida con ella.

Además, la Icann aplica la Política Uniforme de Resolución de Controversias en Materia de Nombres de Dominio, normativa privada de adhesión obligatoria, en el caso de los registros de dominios de nivel superior (.com, .net., .org, entre otros), que establece un mecanismo de reclamo ante controversias sobre titularidad de nombres de dominio a través de un arbitraje como el Centro de Arbitraje y Mediación de la Organización Mundial de la Propiedad Industrial (OMPI).

La gran cantidad de casos que, anualmente, atienden esos centros de arbitraje evidencian la pandémica proliferación de casos: mientras que, entre 2.000 y 2.005, las estadísticas de la OMPI arrojaban un promedio de 2.000 reclamos anuales, en 2012, el promedio era de 4.600 casos, un aumento del 230%, correspondiente en su mayoría a extensiones ".com" (más de un 70% sobre el total).Los casos localesAlgunos de los casos de empresas y famosos argentinos, que han recurrido al arbitraje internacional y recuperaron sus nombres de dominio, fueron la láctea Mastellone Hnos. S.A. (laserenisima.com), Artear (tycsports.com), el otrora Banco Río de la Plata S.A. (bancorío.com, bancarío.org, bancarío .net), Bodegas y Viñedos López S.A. (bodegaslopez.com), y hasta el tenista David Nalbandian, quien recuperó el dominio davidnalbandian.com, registrado por un habitante de California, EE.UU., mientras el tenista peleaba las semifinales de Wimbledon 2002.

En el marco local, la ciberocupación de los dominios argentinos (.ar) sigue siendo una práctica frecuente y rentable, que excedió los límites de la mera picardía criolla. La gratuidad del registro .com.ar -que favorece a los particulares y pequeños emprendedores que, genuinamente, buscan lanzar sus marcas al mercado online mediante la activación de una página web- también allana el camino a otros que, astutamente, se aprestan a registrar dominios de terceros, para después lucrar con ellos.

De acuerdo con la información suministrada por la base de datos de NIC Argentina, ente administrador de nombres de dominio argentinos, algunos próceres históricos (como manuelbelgrano.com.ar, josedesanmartin.com.ar o juanmanuelderosas.com.ar) se encuentran registrados por particulares y, aparentemente, sin uso. Lo mismo sucede con algunos afamados escritores como juliocortazar.com.ar o ernestosabato.com.ar; celebrities internacionales como bradpitt.com.ar, tomcruise.com.ar, britneyspears.com.ar, jenniferaniston.com.ar o melgibson .com.ar. Y ni Dios ni la Patria quedaron indemnes: dominios como republicaargentina.com.ar se encuentran a nombre de particulares, e incluso el dominio papafrancisco.com.ar acumuló, en dos meses, nada menos que 42 solicitudes.

En un principio, NIC Argentina no intervenía en los conflictos sobre uso de dominios que se suscitaban entre registrantes y terceros, quienes debían dirigirse a la Justicia para resolver sus disputas. Sin embargo, ante la proliferación de casos de evidente ciberocupación, la entidad optó por implementar un mecanismo administrativo que habilita a personas y empresas a recuperar un nombre de dominio registrado de mala fe siempre que puedan demostrar mejores derechos sobre él y que de las constancias surja claramente que se trata de ciberocupación (mediante, por ejemplo, el título de la marca registrada).

Así, el sistema implementado -si bien no importa un control preventivo ni abarca todos los casos de conflicto- suma una herramienta informal, gratuita y de relativamente rápida ejecución para el recupero de dominios.