París, en palabras de Balzac, es un abismo insondable. Anchas avenidas, palacios, catedrales, fachadas góticas, museos y los márgenes del Sena que invitan a caminar lentamente. Es una ciudad que ha sabido realzar y conservar su ejemplar perfil de glamour urbano, ofreciendo una seducción comprobable en particularidades y atractivos clásicos que se filtran en la memoria como realidades inolvidables.


Entre decenas de deleitables entretenimientos, los paseos de compras reflejan un hechizo que lleva a pasar varias horas en las calles. Pero, aunque desmenuzar con la mirada a la moderna estética de las vidrieras parisinas sea esencial, lo ideal es comenzar retrocediendo por unos momentos en el tiempo, hasta aquel París medieval que ha quedado simbolizado incomparablemente en la Catedral de Notre Dame. El estilo gótico del siglo XIII se aprecia en las anchas ventanas ojivales y en un decorado con relieves que generan un nada casual juego de luces y sombras. Subir a las torres permite el paso por la galería donde duermen las gárgolas y los monstruos fantásticos que adornan la balaustrada. Además, las panorámicas circundadas por el Sena son únicas y pueden sustituir a las vistas ofrecidas por la torre Eiffel: es que, en esta última edificación, la espera para subir a los ascensores queda demorada por una frecuentemente larga fila de turistas.


A la derecha de la catedral está el célebre Hotel De-Ville y bordeando el río se llega al Museo del Louvre, para más tarde alcanzar los Jardines Des Tuileries que conducen a la ancha avenida Champs Elysees. Entramos entonces en la cream de las compras, en un paraíso de colores y diseño, de tiendas y marcas exclusivas que a su vez dan paso a restaurantes de primer nivel y a cafeterías y a más tiendas y a locales de souvenirs y a los más variados presentes para obsequiar u obsequiarse.


Otro rito ineludible es descubrir en el boulevard Haussman la monumentalidad de las Galerías Lafayette (Blvd. Haussmann, 40), cuyo edificio fue renovado y ampliado hace dos años con la adición de tres nuevos pisos. A unos metros, por la misma calle se encuentra Printemps (Blvd. Haussmann, 64) que, si bien es un poco más pequeña, explota el costado exclusivo de la moda ofreciendo prendas únicas. Con el lujo como factor predominante, otra elegante propuesta puede hallarse en Bon Marché (Rue de Sèvres, 7).

Un recorrido de lujo

Acercarse hasta la tradicional Place Vendôme será otra de las alternativas del tiempo libre. Se ahorra tiempo con el metro, bajando en la estación Tuilerieses para acceder en escasos minutos a casas del prestigio de Chanel, Piaget, Van Cleef & Arpels, y el mismo local de Cartier que ha creado joyas y piezas de arte desde 1847. Para enfocar la búsqueda en refinados objetos decorativos, Les Puces de Saint-Ouen, el mayor mercado de la ciudad, espera junto a la terminal Porte de Clignacourt con diversas colecciones y creaciones antiguas, artesanías, exóticas piezas ornamentales y trabajos en mueblería siempre con un extra de diseño y funcionalidad.


Otra opción es inmiscuirse por los laberintos parisinos desde el Sena abordando el crucero fluvial Batobus, que permite subir y bajar en cualquiera de sus ocho embarcaderos. Será agradable apearse en boulevard St. Germain o en las calles laterales de alguno de los viejos distritos paralelos al río, como Marais y St. Michel, aunque tan sólo sea para disfrutar de un café o algún aperitivo en algún pub de amplios ventanales.
El imponente Arco de Triunfo también será un paso que habrá que observar de cerca, para luego tomar la avenida D'iena y llegar a la Torre Eiffel. Si resta tiempo para almorzar, lo ideal es cambiar de rumbo y llegar hasta Monmartre, el barrio de los artistas. Frente a la plaza principal, donde los pintores realizan y venden sus obras, hay clásicos restaurantes de toldos rayados y mesas en la vereda con vistas a la Basílica del Sagrado Corazón.


Para una cena de lujo habrá que reservar mesa en restaurantes de la talla de Ambroisie, Dessirier, Laserre o Maxim's, aunque no puede descartarse la oferta gastronómica de algunos hoteles cuya cocina ha cobrado particular fama en los últimos tiempos. Entre estos últimos, el Hotel Royal Monceau alberga bajo sus palaciegos perfiles -fundados en 1928- a Le Jardin, un oasis de distensión que se centra en los sabores de la región de Provenza. z we

Datos útiles

* "Rive Gauche" es la zona que queda a la izquierda del Sena mirando hacia el lado del mar. La separación del río hace referencia a distintos estilos de vida y de expresiones de moda. El Rive Gauche se identifica con la movida de calles como Boulevard Saint Germain des Prés, Saint Michel y Rue d'Ulm.


* "Rive Droite" es el otro sector, y es asociado a zonas como Place Vendôme, y a la elegancia y sofisticación de Champs Elysées, además de otras calles como Rue de la Paix, Rue de Rivoli y Av Montaigne, que gozan de un bien ganado prestigio.


* Batobus: Tel.: 4411 3399. Web: www.batobus.com. Estación terminal en Port de la Bourdonnais. Es un práctico placer utilizar esta embarcación que recorre el Sena.
* Usualmente no hay que esperar más de 15 minutos entre barco y barco. Los embarcaderos son ocho y están a pasos de la Torre Eiffel y otros puntos turísticos. El costo ronda los 14 euros.
* El metro puede ser el medio más rápido de transporte..


* L'Office de Tourisme de Paris : 127, avenue des Champs-Elysées. Tel. : 4952 5354