El sector de hoteles para ejecutivos es uno de los primeros en sentir los efectos de cualquier crisis y eso es lo que está ocurriendo en sitios como Europa o los Estados Unidos. Si se agrega a esta situación el buen momento que vive Sudamérica en la última década, no resulta extraño que las grandes cadenas hayan volcado inversiones y esfuerzos en la región. Así, ciudades como Bogotá, Lima o San Pablo exhiben una oferta cada vez más interesante, en la que los hoteles enfocados en el turismo de eventos y negocios empujan el crecimiento.

En Bogotá, por ejemplo, los números son elocuentes. En un país con paraísos turísticos como Cartagena de Indias, el 51% de los visitantes tiene a la capital colombiana como destino. Y de ellos, la mitad viaja por negocios. Así es posible alimentar tasas anuales de ocupación que rondan el 70%, y lo mejor del caso es que el momento con menor cantidad de alojados coincide con los meses de diciembre y enero, cuando los turistas los reemplazan. Lo mismo puede decirse respecto de cada semana. Para quien busca relax, nada mejor que aprovechar las ofertas de fin de semana de hoteles que de lunes a viernes se ven poblados de ejecutivos.

Por supuesto, en el mapa económico de Sudamérica el papel de Brasil es central. Y esto se nota en su oferta de hoteles. San Pablo y Río de Janeiro, con estilos diferentes, concitan la atención de la industria. La primera porque es el mayor centro de negocios del país y uno de los más grandes del mundo. Entonces es fácil de entender que florezcan en ella las inversiones en habitaciones para ejecutivos. Especialmente en el formato de departamentos. En el barrio Cerqueira César, por caso, aparece el Fortune Residence Executive Flat, levantado sobre la elegante Rua Haddock Lobo.

Por supuesto, en la ciudad también hay hoteles de lujo como el Sheraton São Paulo WTC, que debe su nombre a su presencia en el World Trade Center junto al célebre Centro de Convenciones, el más grande de Brasil emplazado en un complejo hotelero.

Otra excelente alternativa es el Novotel Center Norte, próximo a los principales centros de negocios y exposiciones de la ciudad.

En Lima, Perú, no hay barrio mejor ubicado que San Isidro, centro empresarial de la ciudad. Allí es donde se levantó el Novotel Lima, un alojamiento que se declara pensado para el viajero de negocios. El Bar Lumière y el restaurante no solo permiten disfrutar de excelente gastronomía, sino que además son sobrios, ideales para encuentros de trabajo.

En Buenos Aires, por ejemplo, se puede ir aún más allá con la idea. El grupo venezolano Eurobuilding abrió el primer hotel exclusivo para ejecutivos. Es un alojamiento moderno, con lujos que suelen buscar los hombres y mujeres de negocios, pero que no harían daño a otros viajeros. ¿Quién se negaría a disfrutar de plasmas en los cuartos, colchones con densidades ajustables al gusto del usuario y un sistema de "no molestar" electrónico?

Al revés, uno podría imaginarse que un hotel como el Sofitel La Reserva Cardales, a 60 kilómetros de Buenos Aires, es un resort pensado solo para el placer. Sin embargo, cuenta con siete salas de convenciones y reuniones que van desde el pequeño Louis Pasteur para 14 personas hasta el enorme Bernardo Houssay, capaz de albergar 540 personas en el formato de teatro. Así, las líneas entre el trabajo y el placer se desdibujan fácilmente. z we