A 120 kilómetros del aeropuerto de Bariloche y a 180 del aeropuerto de Esquel, El Bolsón se ubica en una zona estratégica. Es el paso obligado para cualquiera que viaje por la Ruta 40; está a un paso de grandes centros urbanos y en medio de una de las comarcas más bellas en cuanto a paisajes y pródigas en lo que respecta a sabores de la tierra. Además, esta villa turística rionegrina es la sede de una de las ferias artesanales más importantes de Argentina, donde además es posible conseguir delicatessen, frutas finas, hongos, chocolates caseros y un largo etcétera.

A todo esto hay que sumarle una oferta increíble de terapias complementarias y alternativas, un parque nacional (el Puelo) a menos de 20 kilómetros, casino, un festival de jazz y cerros como el Piltriquitrón que seducen a turistas y montañistas por igual. Quizás el único punto flaco de El Bolsón era su centro de esquí, el Perito Moreno, un sitio más bien familiar, útil para la comunidad o para algunos esquiadores en busca de paz antes que otras aristas del invierno.

Pero hoy la situación de esa montaña está empezando a cambiar. Como parte del master plan a 30 años que pretende sumarlo a las grandes ligas, el cerro ya exhibe cambios sustanciales. Ya en 2011 la montaña se pobló de actividades como las bajadas de antorchas, los festejos por el Día del Niño, la exhibición Free Style, la fecha del Circuito de Rugby Extreme y las carreras homologadas por la FASA (Federación Argentina de Ski y Andinismo).

En 2012, los cambios van más allá de las actividades. Además de la telesilla doble, los tres pomas en intermedia y el T-bar, esta temporada se pondrá en pleno funcionamiento una capacidad de elevación de 3200 personas por hora, lo que permite recibir a unos 650 visitantes diarios. Un número que asegura ese ambiente familiar tradicional que trae aparejado seguridad y un entorno relajado al mismo tiempo.

En la nieve, los cambios se van a notar en la llegada al Plateau, en la ampliación de las pistas que totalizarán 14 kilómetros y en la suma de un nuevo poma. El cerro es uno de esos lugares en los que vale la pena explorar: desde el Plateau, donde antes había que llegar con pieles de foca trepando casi media hora desde la última torre del T-Bar, se obtienen vistas perfectas del Glaciar del Perito Moreno y de la Comarca Andina. Y, luego de asesorarse en el club andino local, es posible avanzar aún más, hasta la cota 1800, donde el azul intenso de la Laguna Pangolín aporta una cuota extra de belleza al paisaje. Volviendo a las novedades, los espacios de servicios sumaron casi mil metros cuadrados a los edificios que ya existían para brindar más comodidad. Más adelante, en una tercera etapa, se planea inaugurar una nueva base y una telecabina que la interconecte con el centro de esquí. Pero estas son noticias del futuro. Lo que importa es el hoy, que suma una opción más al abanico de centros de esquí que no

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