Las diez luces amarillas que complican a la nueva YPF

Una vez sancionada en el Congreso su reestatización, la nueva petrolera de bandera deberá enfrentar una serie de desafíos que determinarán en gran medida la suerte hidrocarburífera de la Argentina en el mediano y largo plazo. Además de ponerle freno al descenso de la producción y elevar la oferta de combustibles, la empresa deberá reducir las importaciones energéticas y lograr el acceso al mercado de capitales, una tarea complicada hasta tanto no resuelva con Repsol el pago por la expropación.

Tras la sanción en el Congreso del proyecto de ley presentado por la presidenta Cristina Kirchner para reestatizar YPF -según la conformación actual del Parlamento, con amplia mayoría oficialista, la aprobación no acarrearía inconvenientes-, el Gobierno tendrá que abordar una serie de cuestiones relativas a la actualidad operativa de la petrolera que determinarán, en buena parte, la realidad hidrocarburífera de la Argentina a mediano y largo plazo. Integran esa nómina la recuperación de la alicaída producción de petróleo y gas; el incremento de la capacidad de refinación de combustibles; la elección de un management profesional capaz de encarar de forma eficiente los múltiples desafíos que tiene por delante YPF; la reducción de las importaciones de energía, que han erosionado el superávit comercial; y el acceso al crédito para financiar los planes de exploración de reservorios no convencionales, entre otros ítems. Aquí las claves:

1| Frenar la baja de la producción A contramano de lo que muchas veces se piensa, el descenso de la oferta de hidrocarburos no sólo obedece a la caída de la exploración. En los 80 se perforaban, en promedio, alrededor de 100 pozos exploratorios por año. Desde 2000, esa cifra no supera la media de 45, según cuestiona Alieto Guadagni, ex secretario de Energía. Sin embargo, el descenso de la producción de hidrocarburos de YPF -de 2004 a la fecha, la de crudo cayó un 33,7% y la de gas, un 29,7 por ciento- también se debe a la madurez de los principales yacimientos. Loma La Lata, el mayor campo gasífero del país, entró en explotación en los '80, con lo cual tras 30 años de operación ya ingresó en su fase de declinación por su madurez. Lo mismo sucede con Chihuido de la Sierra Negra y Manantiales Behr, otras importantes áreas petrolíferas de la empresa.
La merma extractiva de YPF -que explica un 34% de la oferta de crudo de la Argentina y un 23% de la gasífera- fue más pronunciada que la del país en su conjunto, que desde enero de 2004 se redujo un 18,5% y un 8,6%, respectivamente.
La petrolera estatizada deberá apuntar, entonces, a incrementar la exploración para descubrir, a mediano plazo, nuevas reservas y expandir el horizonte de consumo. En la coyuntura, en tanto, tendrá que desplegar modelos de explotación que maximicen la oferta de los campos maduros e incrementen los aportes de yacimientos marginales que fueron desantendidos por la dirección anterior, en manos de Petersen Energía, el grupo de la familia Eskenazi, que a pesar de ser el accionista minoritario se hizo cargo del management de la petrolera en 2008.
2| Elevar la oferta de combustibles A la par de reactivar la producción de crudo, YPF deberá mejorar la situación del downstream, es decir, la destilación y comercialización de combustibles, uno de los puntos que más complicaciones le ha causado al Gobierno debido a los recurrentes faltantes en surtidores. La petrolera es, por lejos, el mayor jugador del mercado de refinación, con un share del 54,4% para naftas y 59,2% para gasoil. Tendrá que enfrentar una demanda que no para de crecer: desde 2004, el consumo de naftas se duplicó (creció un 102,4%) y el de gasoil -el principal combustible del país- se elevó un 24,9%. Para correr a ese ritmo, YPF apura la ampliación de sus refinerías, que permanecen casi sin modificaciones desde la década del '90. Tiene en marcha proyectos para incrementar la capacidad de sus refinerías por u$s 838,82 millones, por lo que deberá encontrar los fondos para solventar esas iniciativas estratégicas para cubrir el alza de la demanda en surtidores, que crece un 5,5% anual desde 2004.

3|Gestión profesional Durante su alocución en el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada, Cristina Kirchner dedicó varios minutos a resaltar la necesidad de conformar un equipo de técnicos y profesionales de primer nivel para marcar el nuevo rumbo de YPF. Tal preocupación tiene asidero: la petrolera es la mayor compañía del país, de la cual dependen -de forma directa e indirecta- más de 40.000 trabajadores. Se precisa, además, de un grupo de profesionales con experiencia que defina las líneas de acción para recuperar la producción de crudo y reponer las reservas de gas, que cayeron a la mitad desde 2000. Pero la designación de Exequiel Espinosa, titular de Enarsa -a quien se asocia al empresario K Cristóbal López y quien integraba la lista de pasajeros del avión en el que llegó Antonini Wilson al país-, no despertó confianza entre los directivos del sector. "Espinosa es un ingeniero reservorista. No tiene experiencia en materia de exploración, que es una de las áreas que debe reactivar YPF", critica un encumbrado ejecutivo.

4| Contener y evitar las represalias internacionales
Desde Madrid, Antonio Brufau, presidente de Repsol, ya avisó que recurrirá a la Justicia local y a tribunales internacionales (posiblemente al Ciadi) para defender el valor de las acciones expropiadas a la petrolera española. En tanto, el gobierno de Mariano Rajoy presiona a la Unión Europea para que aplique represalias contra la Argentina. Serán clave las negociaciones diplomáticas entre países y los lazos de entendimiento que puedan tenderse con Repsol para desactivar cualquier reacción que complique las exportaciones locales hacia el Viejo Continente. El mayor obstáculo en esa dirección consiste en determinar un valor de las acciones expropiadas que satisfaga a ambas partes, una tarea que a priori parece muy complicada, debido a que el Gobierno quiere tomar como referencia la cotización de la empresa, según sus libros contables, mientras que Brufau ya declaró que, en base al valor de YPF en la Bolsa hace un año, quiere u$s 10.500 millones de indemnización.El Gobierno, en cambio, pretendería pagar en función del patrimonio neto de la compañía, que asciende a unos u$s 2100 millones. Otro criterio sería tomar el valor según los libros contables de YPF. En ese caso, la indemnización rondaría los u$s 4000 millones.

5| Buscar socios con capacidad técnica y financiera
Para dinamizar las inversiones en exploración y producción, YPF planea cerrar acuerdos con petroleras de porte mundial interesadas en radicarse en el país. Para atraerlos, cuenta con los notables recursos hidrocarburíferos de la formación Vaca Muerta en la cuenca Neuquina, señalada por muchos como el tercer mayor depósito de gas no convencional (shale gas) del planeta. Para de-sarrollar esos campos -con recursos por más de 760 trillones de pies cúbicos (TCF), según el Departamento de Energía de los EE.UU.- hará falta desembolsar más de u$s 30.000 millones. En esa dirección, YPF podría sellar convenios de inversión con varias compañías, entre las que figuran ExxonMobil, Total, Statoil, Sinopec, Chevron, EOG Resources y CNOOC, entre otras.

6|Rápida articulación con proveedores petroleros
Aunque las productoras de crudo son la cara visible de la industria, detrás de ellas se encolumnan una enorme cantidad de empresas de servicios petroleros que resuelven los desafíos tecnológicos que requiere la explotación de los yacimientos. El management entrante de YPF debería definirse sobre la continuidad de los contratos de servicios firmados por la gestión anterior, uno de los puntos que más preocupa a los proveedores petroleros. "A la fecha, la deuda de YPF con el sector de servicios ronda los $ 500 millones. Esperemos que la nueva gestión de la empresa no atrase demasiado la cadena de pagos", confían desde una de las grandes compañías de perforación, que sustenta gran parte de su negocio con servicios para YPF.

7| Reducir las importaciones energéticas
Según denunció la propia Presidenta, el alza exponencial de las importaciones energéticas -que el año pasado le costaron al país u$s 9397 millones, más del doble que en 2010- fue el elemento que disparó la embestida del Gobierno para reestatizar YPF. Como principal referente de la industria, la petrolera tendrá ahora la difícil tarea de retraer las compras en el exterior de combustibles líquidos -gasoil y fuel oil- y de LNG (gas licuado or barco). Pero Jorge Lapeña, otro ex secretario de Energía, afirma que a corto plazo, ese partido ya está jugado. "Las importaciones crecerán este año por encima del 20% y superarán los u$s 11.000 millones", pronostica el ex funcionario radical. Es decir, por encima del equivalente al superávit comercial anotado en 2011, que fue de u$s 10.347 millones.

8| Conseguir financiamiento externo
YPF invirtió el año pasado u$s 2990 millones y este año preveía desembolsar más de $ 15.000 millones. Durante su exposición en el Congreso, Axel Kiciloff, viceministro de Economía, subinterventor de YPF y autor del proyecto de expropiación, resaltó que "se viene un proceso muy fuerte de reinversión de las utilidades".
Si se tiene en cuenta que la empresa ganó en 2011 u$s 1283 millones, es evidente que la gestión estatal deberá acceder a fuentes de financiamiento por más de u$s 2000 millones para solventar los planes de reactivación y expansión de la producción. Sin embargo, el combo "deuda con el Club de París y expropiación en curso de activos de una empresa española con respaldo de la UE" dificultará ese objetivo. "A la YPF estatal le será casi imposible acceder al mercado de capitales hasta que no resuelva con Repsol el pago de una indemnización por la expropiación de sus acciones", señala Fausto Spotorno, director de Orlando Ferreres & Asociados.

9|Definir un nuevo esquema de precios y tarifas
Aunque Kiciloff criticó con dureza a Brufau por exigir mejores precios internos del petróleo y el gas y se mostró reticente a acoplar los importes domésticos a los internacionales, lo cierto es que la nueva gestión de YPF tendrá que definir un esquema de precios que permita poner en valor las reservas no convencionales de hidrocarburos, cuyo desarrollo es mucho más costoso. Es difícil sostener en el tiempo el amplio desfasaje entre el precio que reciben los productores locales (u$s 2,10 por millón de BTU) y el que se paga por traerlo desde Bolivia (u$s 10,50) y por barco (u$s 15), sin que esos márgenes negativos sigan desincentivando la inversión del resto de las petroleras privadas que operan en el país. La recomposición del sistema de precios de los hidrocarburos está atado, a su vez, al de tarifas de gas y luz, que se mantuvieron congeladas desde la devaluación de 2002. Con el control de la mayor empresa de energía de la Argentina, el Ejecutivo deberá avanzar también hacia un ordenamiento de los subsidios eléctricos y gasíferos, que hoy representan un 4% del PBI (más de $ 60.000 millones).

10|Extender el horizonte de reservas
Si YPF apunta a convertirse en una petrolera de clase mundial deberá incorporar nuevas reservas, en especial de gas. Es que los depósitos comprobados de crudo y gas descendieron en 2010 hasta los 663 millones de toneladas equivalentes de petróleo (MTEP), un 38% que las existentes en 2001, cuando ascendían a 1066 MTEP. La caída se explica, fundamentalmente, por el derrumbe de las reservas de gas, el principal insumo energético del país, dado que cubre un 51% de la matriz nacional. Pasaron de 763.526 millones de metros cúbicos (MMm3) del fluido en 2001 a 358.727 MMm3 en 2010, con un salto al vacío del 53 por ciento. La evolución negativa de los campos de crudo fue, en cambio, más moderada. Las reservas cayeron en la última década un 12 por ciento. "Como consecuencia de la caída, el horizonte de reservas comprobadas de hidrocarburos era en 2010 de 8,1 años, es decir, cinco años menos que en 2001", advierte para concluir Lapeña.

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