La búsqueda de competitividad por sobre la agenda del corto plazo

En un contexto regional y local cada vez más desafiante, la industria automotriz argentina enfrenta importantes retos y aunque las urgencias del corto plazo pueden dominar momentáneamente la agenda, la estrategia sectorial de largo plazo no pierde su norte hacia la implementación de políticas públicas que atraigan inversiones, mejoren la competitividad, generen empleo y potencien las exportaciones.

Estamos cerrando un año complejo que podemos dividir en dos. Un primer tramo que, por arrastre de medidas implementadas por la gestión anterior, fue particularmente difícil producto de la imposibilidad de hacer frente a los pagos al exterior, aumento de la exposición y paradas de planta, entre otros temas. Ya con la nueva gestión, la implementación de varias medidas disiparon esas dificultades y el sector comenzó a registrar mejoras en el comportamiento de sus variables hacia la segunda mitad del año.

A nivel productivo, con una mejora a partir a partir de abril-mayo, el sector automotor cierra el año mejor de lo proyectado y es una tendencia que espera mejorar el año próximo gracias a la consolidación de los nuevos proyectos en danzas. El comportamiento observado en materia de exportaciones también fue fluctuante principalmente por la caída de la demanda de mercados de peso como Colombia, Chile y Perú.

Al analizar el comportamiento de las ventas en el mercado interno, también se registró un cambio de ese clima negativo del primer semestre cuando se proyectaban bajas interanuales de hasta 25-30% como sucedió particularmente entre enero y en marzo. La evolución favorable de los patentamientos se explica por la recuperación de la actividad, la oferta de crédito, la estabilidad del tipo de cambio y la reducción impositiva como por ejemplo el impuesto PAIS, y el aumento de la base imponible del impuesto interno.

Con esas fluctuaciones, la industria cierra este año con volúmenes cercanos al orden de las 505.000 unidades de producción (-16,9% vs. 2023), 300.000 de exportación (-8,7 % vs. 2023) y 405.000 patentadas (-9% vs. 2023).

Rumbo a 2025

El 2025 se proyecta como un buen año, aunque los puntos de comparación serán moderados si avanzamos hacia una dinámica estable pero sostenida. Si bien es prematuro, las proyecciones iniciales coinciden en una mejora de la actividad en torno al 10% anual para las principales variables. Como siempre remarcamos, son estimaciones que deberán ser revisadas cerrado el primer trimestre.

Para que las proyecciones se mantengan en el terreno de lo positivo, es fundamental que se avance en la estabilización de la macro y un escenario económico más estable porque son procesos fundamentales que contribuyen a la mejora de la competitividad de nuestras operaciones, y a la toma de decisiones estratégicas de largo plazo.

Nuestra industria cuenta con una larga y fructífera historia en nuestro país. Es un jugador estratégico por la representatividad y el derrame que genera en el desarrollo económico y social de la Argentina y ese posicionamiento implica un gran compromiso y trabajo.

Nuestro sector, integrado por 13 terminales automotrices y una cadena de valor fuerte y articulada, forma parte de un grupo selecto a nivel mundial de 28 países con producción automotriz de más de 500.000 unidades y nos posiciona como el 4° productor de pickups medianas en todo el mundo.

Sector relevante

Con ello, el sector automotor representa 9,2% del producto bruto industrial, aporta el 14% total de las exportaciones al mundo con un volumen de US$9.233 millones, y el 45% de las exportaciones de manufactura de origen industrial (MOI), siendo el principal complejo industrial exportador al mundo.

Además, es un sector que ha invertido US$2600 millones en los últimos cuatro años, participando con el 10,6% del total de las inversiones extranjeras el último año y siendo número uno en el ranking de inversiones en innovación y desarrollo.

Todos estos datos, que dan cuenta del peso y la importancia de nuestra industria, traen aparejado el gran desafío asumido por el sector de trabajar para que la falta de competitividad no nos aleje de esa senda.

Sin dudas, eso nos permitirá incrementar nuestro flujo de operaciones con el exterior y para ello es indispensable contar con una estructura impositiva menos compleja y distorsiva. Si continuamos avanzando hacia una macroeconomía más ordenada es posible empezar a pensar en una política focalizada en la inversión, y la innovación de productos y procesos.

Proceso de transformación

Como industria y siendo jugadores de peso en el desarrollo económico del país, seguimos trabajando para acoplarnos al proceso de transformación de la industria automotriz reafirmando nuestro rol como productor regional y exportador de largo plazo.

Aunque el contexto nos lleve a veces a demorarnos en las urgencias del corto, estamos convencidos de que trabajando en la articulación del sector público y privado podremos avanzar y ganar protagonismo en el mapa de nuevas asignaciones.

La industria automotriz argentina enfrenta desafíos, pero también tiene múltiples oportunidades. A través de una reforma fiscal, la mejora de la infraestructura, la inversión y la innovación, podremos recuperar la competitividad en el mercado automotor global. El futuro del sector depende de nuestra capacidad de adaptarnos a un entorno cambiante y trabajar de manera colaborativa para seguir en la senda sin perder el rumbo.

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