Después del "reset", se están cargando las actualizaciones
Las reformas impulsadas por el gobierno de Javier Milei cambiaron la agenda de los empresarios argentinos. Tras un primer semestre con caídas en consumo y producción, ya se empiezan a ver señales de reactivación y anuncios de inversión
El 14 de diciembre de 2023, Paolo Rocca hizo su clásica aparición anual en el seminario de Propyme, el programa de desarrollo de proveedores del grupo Techint. Todos los años, la palabra del hombre de acero del mayor grupo industrial de la Argentina en ese evento siempre es esperada como proclama real o pronunciamiento pontifical. Esa vez, la expectativa era, incluso, más especial. Apenas cuatro días antes, había asumido un gobierno, al que, además de cierta afinidad ideológica, podía despertarle algún tipo de simpatía personal, a juzgar por la cantidad de exejecutivos de su holding que ocuparon cargos claves.
Ese mediodía, sobre el escenario del Centro de Convenciones Buenos Aires, Rocca -tal vez, el CEO más influyente de la Argentina- no lo disimuló. En un diálogo con el, todavía, sólo ministro del Interior, Guillermo Francos, el jefe de Techint abundó en elogios al rumbo político y económico que emprendió Javier Milei y, habitualmente mordaz según quienes lo tratan, no ocultó críticas -sutiles y no tanto- a la administración anterior. En ese explícito respaldo, Rocca acuñó un término para definir lo visto en esos primeros cuatro días de gobierno que, a esa altura, según Francos, ya habían "parecido cuatro años". "Reset", repitió una y otra vez Rocca. "Ríset", sonaba en su inglés de acento italiano. "Veo la posibilidad de un reset de la Argentina, que abra el camino del desarrollo de las oportunidades que tiene el país", definió. Auguró que, a partir de ese reseteo, se abriría un período "muy complicado".
Fue una metáfora acertada para describir lo que ocurrió en los negocios durante 2024. También, qué es lo que se prevé en 2025. La comparación con una computadora que "se cuelga", a la que sólo se la recompone reseteándola para volver a empezar ajusta a la realidad de lo que vivió la mayoría de las empresas durante este año.
La industria automotriz es un ejemplo. Los pilotos del sector empezaron el año con luces altas, ante la nula visibilidad en el camino. Endeudados con sus casas matrices, a esa altura, aplicaban suspensiones en sus plantas por la falta de insumos para seguir produciendo, impagos por el cepo. Además, el ajuste cambiario que Luis "Toto" Caputo definió el 12 de diciembre las impactó en lo comercial. Como los autos cotizan a dólar oficial, de trasladar ese sinceramiento, de $ 360 a $ 800, a sus listas, todos los modelos del mercado local habrían estado alcanzados por el impuesto interno que grava a los bienes suntuosos. Entre devaluación y tributo, los autos deberían haber subido más de 150%, lo cual paralizó el mercado desde mediados de diciembre, ante la falta de precio.
El Gobierno recién ajustó el gravamen a fines de enero. Para entonces, las automotrices ya habían perdido su mejor mes de ventas.
El contexto tampoco era el más alentador. La consecuencia inmediata de las primeras decisiones macro -sinceramiento cambiario, descongelamiento tarifario, eliminación de los controles de precios- fue una inflación que escaló del 12,8% en noviembre al 25,5% en diciembre y del 20,6% en enero. Impactó en las decisiones micro. Mientras el Gobierno les ofrecía a las empresas un bono, el Bopreal, para cancelar -parcialmente- la deuda comercial del retrovisor, fijó -y, según el caso, acortó- plazos y, fundamentalmente, eliminó peajes burocráticos para el pago de insumos hacia adelante. Pero, normalizado el flujo de abastecimiento, las automotrices ahora enfrentaban otro problema: el desplome de demanda. Más de una terminal prolongó la vuelta de las vacaciones y, después, aplicó nuevas suspensiones de actividad, ya no por la falta de piezas del exterior -al menos, la mayoría de las veces- sino para ajustar sus stocks a la nueva realidad del mercado local, comprador del 46% de la producción nacional de vehículos. En marzo, el mercado automotor tuvo una caída del 36,6%, a 25.294 patentamientos ese mes, según la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara). Así, acumuló en el primer trimestre una baja del 30,2%, a 84.261 vehículos.
En la carrera industrial, la producción entre enero y marzo cayó 23,2%, a 103.293 unidades, informó la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa). Las exportaciones se redujeron apenas 7,9%, a 62.370 envíos. Las ventas mayoristas al mercado interno se retrajeron 12,1%, a 90.324 entregas. Las ventas mayoristas al mercado interno -es decir, de fábricas a concesionarias- se retrajeron 12,1%, a 90.324 entregas.
El sector, que había cerrado en 2023 el mejor de nueve años, con 610.715 vehículos fabricados, 325.894 exportaciones y 449.438 patentamientos, proyectaba un volumen de ventas domésticas en torno a las 350.000 unidades. Un mercado que, para la Argentina, "es bastante de piso; complejo", definía en esos días Martín Zuppi, presidente de Adefa y número uno de Stellantis, grupo que vende dos de cinco autos comercializados en el país, entre ellos, los dos líderes del ranking: Fiat Cronos y Peugeot 208. Sin embargo, ya en aquel momento, Zuppi anticipaba recuperación para el segundo semestre, con retorno al crecimiento en 2025.
Es que, al mismo tiempo, se estaban produciendo tres fenómenos. En paralelo con la gradual reducción de la inflación, la agresiva reducción de tasas de interés que aplicó el Banco Central hasta mayo -la redujo del 118% al 40% anual; en noviembre la retocó de nuevo, al 35%- estimuló las ventas financiadas. Ya en abril, las operaciones de autos nuevos con crédito crecieron 7,2% interanual. La curva siguió en ascenso, cada vez, con mayor velocidad. En julio, treparon 32,4%, a 17.990 unidades. En septiembre, último dato disponible al redactar estas líneas, escalaron 43,5%, a 16.524 unidades. En algunas marcas, la financiación llegó a representar más del 60% de sus ventas del mes.
La estabilidad cambiaria y la mayor previsibilidad de la cadena de abastecimiento tendieron a estabilizar los precios. Algo a lo que también contribuyó la reducción, en septiembre, de 10 puntos en el impuesto PAIS. Las automotrices hicieron bajas de entre 2% y 4%, casi como un gesto de agradecimiento al Gobierno, ya que, en términos concretos, el recorte del tributo no tenía impacto inmediato: los autos que estaban en las concesionarias ya habían sido facturados con el impuesto pleno. Lo mismo, los vehículos que aguardaban en Aduana o las piezas ingresadas -y por ingresar- a sus fábricas para cumplir con el plan de producción de ese mes.
Sin embargo, la supresión de peajes administrativos favoreció la recomposición de gama, con la ampliación de una oferta que había estado muy restringida en los años previos. En 2023, el 67% de los autos vendidos en el mercado local habían sido de producción nacional, una proporción que no se veía, por lo menos, desde inicios de los '90, antes de la firma de la Política Automotriz Común del Mercosur. A octubre, los nacionales pasaron a ser el 56% del mercado. Los brasileños, que un año atrás representaban sólo el 27%, pasaron a ser el 36%, según los datos de Acara. En el país vecino se fabrican los autos chicos, modelos de entrada de gama -es decir, más baratos- que, en más de un caso, habían discontinuado su venta en la Argentina por las restricciones a la importación.
Las perspectivas para el sector, hoy, son otras. Las ventas de autos tuvieron en octubre su tercer mes consecutivo de crecimiento interanual. Ese mes, fueron 5% superiores a las de un año antes. Ese mes, fueron 5% superiores a las de un año antes, cuando el cocktail de "Plan Platita" e incertidumbre electoral, agitado con cepo, aceleración de la inflación y del dólar blue, y una brecha cambiaria del 150%, hicieron que en octubre de 2023 las ventas de vehículos nuevos hayan subido 28,5% interanual, su mayor crecimiento en todo el año pasado. Así, el mercado interno recortó su caída en el acumulado al 9,9%, con 394.942 unidades comercializadas al público desde enero. "Desde el principio del año, me ilusionaba con cerrar 2024 con una cifra que empiece con 4. Pero, hoy, ya tenemos la certeza de que vamos a tener más de 410.000 unidades, algo que, allá por marzo, parecía impensado", reconoció Sebastián Beato, presidente de Acara.
Los ejecutivos de la industria automotriz comparten los pronósticos. Prudentes, ya hablan de crecimiento del 15% para 2025. Pero esa mejora del corto plazo ya apuntala -y reactiva- decisiones del mediano y largo. Mercedes-Benz Camiones y Buses anunció la construcción de una nueva planta de camiones en Zárate, a inaugurar a inicios de 2026. Será una inversión total de u$s 100 millones. Stellantis lanzó el Peugeot 2008, en el que invirtió u$s 270 millones, y confirmó un plan de u$s 385 millones para desarrollar una familia nueva de vehículos en la ex planta de Fiat, en Córdoba. También Renault sacó de stand-by un proyecto postergado, por lo menos, dos años y confirmó el desembolso de 300 millones de euros para producir una nueva pick-up, también en Córdoba. Volkswagen, que completó su paquete de u$s 300 millones en los últimos dos años, ya inició la producción de camiones en Córdoba, amplió la de motos en esa misma planta y, después de renovar la pick-up Amarok, definirá entre fines de año e inicios de 2025 qué ocurrirá con el futuro (o eventual sucesor) de Taos. Ford culminó el programa de u$s 660 millones con la inauguración de su nueva planta de motores -hará dos modelos y no uno, como se esperaba- y, este mes, anunció la incorporación de 160 personas para ampliar 15% la producción de Ranger. En el año, Toyota sumó un tercer modelo a su planta de Zárate -el Hiace, en el que invirtió u$s 50 millones- y, tras un ajuste de sus volúmenes de producción este año, vuelve a pensar en máximo potencial -principalmente, de Hilux- para el siguiente.
Ley muerta, mercado vivo
"Murió la Ley de Alquileres". El título se repitió una y otra vez desde el 20 de diciembre, cuando Milei firmó el decreto de necesidad y urgencia 70/2023. Suerte de acta fundacional de su gobierno que, entre muchas otras cosas, eliminó la norma que regía el mercado inmobiliario de renta.
Sancionada en 2020, establecía contratos de tres años y ajustes semestrales. Su mayor mérito había sido una fuerte suba de los precios como consecuencia de una abrupta caída en la oferta de propiedades. Según datos de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), en el último bimestre de 2023, los valores habían subido 40% por encima de inflación. La mayoría de los propietarios quería cerrar contratos en dólares. De acuerdo con las inmobiliarias, el stock de inmuebles en alquiler se había contraído a mínimos históricos.
A octubre, un relevamiento del Colegio Único de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires (Cucicba) informó que, en términos reales, los precios de los alquileres bajaron un 40,4%, tras un crecimiento del 175% en la oferta de inmuebles desde diciembre. El 90% de los contratos se pactan en pesos, resaltó el informe.
El renacimiento del mercado de renta también estimuló al de venta. En septiembre, hubo 5157 escrituras, según el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, por un monto de $ 484.692 millones. Un crecimiento del 30,4% contra septiembre de 2023 -incremento del 232,7% en monto- y la mejor performance para el mes desde 2018. Jorge De Bártolo, presidente de la entidad, destacó que también hubo un alza del 30% en el acumulado anual. El mercado inmobiliario tuvo otros dos aditivos. Por un lado, la vuelta de los créditos UVA, que, en cuatro meses, dieron un salto superior al 500%, resaltó. Por otro, el blanqueo, que desde septiembre empezó a volcar más fondos hacia los ladrillos. Con los más de u$s 20.000 millones registrados en el sinceramiento fiscal que promovió el Gobierno, se podría comprar el total de propiedades a la venta en AMBA, calcularon las immobiliarias.
El renacimiento del mercado de alquileres también estimuló al de venta. En septiembre, hubo 5157 escrituras en la ciudad de Buenos Aires, por un monto de $ 484.692 millones. Un crecimiento del 30,4% contra septiembre de 2023 -incremento del 232,7% en monto- y la mejor performance para el mes desde 2018. Además, hubo un alza del 30% en el acumulado anual. El mercado inmobiliario tuvo otros dos aditivos. Por un lado, la vuelta de los créditos UVA, que, en cuatro meses, dieron un salto superior al 500%. Por otro, el blanqueo, que desde septiembre empezó a volcar más fondos hacia los ladrillos.
Los que la ven (y los que no)
Según la reglamentación, los fondos del blanqueo pueden financiar proyectos de pozo que estén hasta en un 50% de su concreción. Aire fresco para los desarrolladore, que vivieron el año con un mayúsculo signo de interrogación sobre sus proyectos. La expectativa de despegue, en un escenario bosquejado de crecimiento económico y vuelta (fuerte) del crédito, llevó a Eduardo Elsztain, número uno de IRSA, a lanzar proyectos inmobiliarios por u$s 2000 millones en la ciudad. Entre ellos, algunos emblemáticos, como la ex Ciudad Deportiva de Boca (bautizado Ramblas del Plata), la recuperación y reconversión del Edificio del Plata (en sociedad con Alfredo Coto), dos torres frente al DOT, el shopping al aire libre de La Plata y el complejo M35, en Caballito. Será su retorno al segmento residencial después de 15 años concentrado en shoppings y oficinas.
Elsztain es uno de los más tempranos creyentes en Milei. Su optimismo contrasta con la foto que mostró en el año la industria de la construcción, visiblemente afectada por el "No hay plata" presidencial que cortó la obra pública desde el día 1 de gestión.
En marzo, el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) tuvo su mayor caída del año: 42,2% interanual. Ya el mes previo, el Consejo Federal de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) había declarado el estado de emergencia en todo el país, en alerta por el futuro de 1400 empresas y 200.000 empleos bajo riesgo por la desaparición de la obra pública, uno de los más relucientes estandartes del León. No fue el único grito de advertencia. El semáforo de la Unión Industrial Argentina (UIA) indicaba 15 de 16 sectores de actividad con luz roja. En agosto -último dato disponible al cierre de esta edición-, la industria cayó 7,4% interanual, con lo que acumuló 15 meses de retroceso consecutivo y una acumulación del 12,1% desde enero, reportó la entidad.
Sin embargo, sin estacionalidad, pareció haber encontrado piso contra el mes anterior: abajo sólo 0,9% contra julio.
Un indicio que lo que, un par de meses después, mostró el Indec. En septiembre, el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) cayó 6,1% contra el mismo mes de 2023 y acumuló, en nueve meses, un retroceso del 12,7%. Pero, informó el organismo, el índice de la serie desestacionalizada muestra una variación positiva de 2,6% respecto al mes anterior (agosto) y el índice tendencia-ciclo tuvo una mejora del 1,4% (también contra el mes previo). Algo similar a lo que ocurrió con la construcción. El ISAC de septiembre cayó 24,8% interanual y 29,5% desde enero. Pero, desestacionalizado, subió 2,4% contra agosto. Lo propio pasó con el índice serie tendencia-ciclo: 2,2% arriba.
Dependiente directo de la construcción (hace hierros redondos), Acindar, filial local del gigante siderúrgico global ArcelorMittal, trabajó sólo dos meses de un semestre. Ternium Argentina, productora de aceros planos -muy utilizados en la construcción pero, también, en la industria-, negocia con el gremio un ajuste a la nueva realidad. En nueve meses, despachó 1,2 millones de toneladas, un 28% menos que en igual periodo de 2023.
No obstante, en el tercer trimestre (julio-septiembre), entregó 472.000 toneladas de acero. Si bien es 19% menos que un año antes, representó una mejora del 16% contra el trimestre previo (abril-junio). "La demanda de acero en la Argentina mantuvo su trayectoria de recuperación, desde una base muy baja, tanto entre clientes del sector industrial como en el mercado comercial", consignó la empresa en su reseña del periodo. Su presidente, Martín Berardi, también titular de la Cámara Argentina del Acero, proyecta una caída "muy fuerte", del 30% al 32% en el consumo general de ese insumo para este año. Pero, también, un rebote del 33% para el próximo. "Esto es a causa del reset de la economía", explica, tomando como propio el término que acuño Rocca.
"Estamos en una primera etapa: el reset de la economía. Fue exitoso; estamos todos sorprendidos por este presente. Volvimos a ser un país normal en muchos aspectos, con oportunidades para volver a invertir", celebró Berardi en Alacero, cumbre regional de la industria siderúrgica que se hizo a fines de octubre en Buenos Aires. Fue paradigmático. El evento, en el que Rocca y sus ejecutivos celebraron el ordenamiento económico que impulsó el Gobierno, se realizó el 30, día de paro de transporte, que, fundamentalmente, paralizó la actividad aérea en el país. Precisamente, el sector en el que, hasta ahora, más se concentró la cruzada desreguladora del Ejecutivo.
Pero no sólo los hombres del acero predican el sufrimiento presente en pos del paraíso futuro, casi un canto al "estamos mal pero vamos bien" que popularizó Carlos Menem en los '90. El Coloquio de IDEA fue una muestra del efervescente optimismo que viven los CEO. "¿Yo, Bayer, vendo más? No, vendo menos. Pero, para mí, este escenario ‘de dolor' sí nos habilita a, en el futuro, tener un negocio realmente basado en lo relevante: producir. No un negocio financiero. Si me desesperase por el hoy, es un problema. Pero, si sé que me va a permitir tener un escenario más sustentable a futuro, es un proceso por el que tenemos que pasar", opinó Juan Farinati, número uno del grupo alemán en el país. "A los empresarios, nos toca tener un poco de paciencia, en la medida que eso (lo hecho por el Gobierno) sea en pro de mantener la estabilidad económica", observó Gabriela Renaudo, country manager de Visa en el país y presidenta del Coloquio este año.
En ese sentido, fue revelador el testimonio de Luis Perez Companc. El referente de la actual generación de la familia compartió sobre el escenario de Mar del Plata un diagnóstico que repitió pocas semanas después sobre otro estrado, en el Foro Abeceb de Puerto Madero, y, también, en un breve diálogo con este cronista: "Se ve que hay un camino, un norte. Estoy convencido de que es el correcto. Es cuestión de darle tiempo". Perez Companc preside Molinos Río de la Plata, una de las mayores alimenticias del país. En el primer semestre, sus volúmenes cayeron más de 8%. En el tercer trimestre, frenaron la caída.
"Se tocó piso en junio, julio. Ya en agosto, e vio recuperación. Aunque en niveles inferiores a los del año pasado", indicó Javier Goñi, CEO de Ledesma, otro gigante del consumo masivo. El ejecutivo contrastó el segundo semestre de 2023 con el primero de 2024. "Por un lado, una dinámica marcada por una inflación en alza y desesperación de la gente por no tener pesos en la mano y convertirlos en bienes que se depreciaran en menor medida", explicó. "Por otro, una caída de actividad y, para las fábricas, menor venta al cliente final, que tuvo menor interés en acumular más stock inmovilizado", agregó. La reactivación comenzó a medida que se depuró ese sobrestock en la cadena, apuntó.
"Nos comimos pronósticos de dólar a $ 2300", se sincera el CEO de un gigante del consumo masivo, en relación al overshooting de precios en góndolas posdevaluación, una de las mayores causas de la inflación y, en consecuencia, el derrumbe del consumo. Ese tsunami ya pasó. A agosto, la encuesta de supermercados del Indec mostró una caída del 10,1% contra igual mes de 2023 y una acumulación del 11,5% desde enero. La de shoppings, registró una baja del 10,9% en ocho meses. Pero, si se va a la comparación mensual, hubo freno (0,2%) positivo contra julio, en el caso de los súper. En shoppings, ya hubo crecimiento interanual: 5,3% contra agosto de 2023. La Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) indicó que, en octubre, las ventas minoristas subieron 5,8% interanual (acumularon caída del 16,3% en 10 meses). Marcos Galperin, fundador y CEO de Mercado Libre, y uno de los más fervientes apóstoles de Milei, ya había difundido su buena nueva: en agosto, su plataforma alcanzó el record de 20 millones de productos vendidos en la Argentina, por un valor equivalente a u$s 916 millones. "Cuando se consolide el crecimiento económico en la Argentina no diremos nada, pero habrá señales...", volvió a postear después de CyberMonday. Mostró un gráfico que indicaba el crecimiento, del 34%, en las ventas de MELI durante el evento, al récord de 7 millones de productos, con un 55% financiado en cuotas. Aunque lo más vendido -en volumen- haya sido jabón para ropa, seguido por protector solar y toallas y toallones.
En septiembre, Galperin anunció, con la presencia de Milei, una inversión de u$s 75 millones para construir su segundo centro de abastecimiento en el Mercado Central. A inaugurar en 2026, duplicará su capacidad logística. "Tuvieron que pasar cinco años y más de 20 centros construidos en otros países, para que volvamos a tener las condiciones para volver a invertir en el país", le dijo el empresario al Presidente.
"Tuvieron que pasar cinco años y más de 20 centros construidos en otros países, para que volvamos a tener las condiciones para volver a invertir en el país", le dijo el empresario al Presidente, aún sin saber que, un mes y medio después, habría de recurrir a la Justicia para mitigar el "riesgo Espinoza".
Más allá del contexto político, la apuesta de MELI es para capitalizar la expansión del comercio que proyecta para la próxima década. Lo mismo vio Carrefour, que a inicios de noviembre le anunció a Milei una inversión de u$s 300 millones para abrir 27 nuevas sucursales Maxi y 60 Express hasta 2026, con la creación de 2500 puestos de trabajo. Ejemplos del movimiento que tiene el sector consumo, con fuertes reacomodamientos: Newsan se quedó con activos locales y marcas de P&G. Apex Capital, con los de Clorox. La francesa Makro buscó comprador para su operación argentina.
"Cambiaron las reglas. El gerente comercial ya no va a tener que esperar que un funcionario le diga qué, cuánto y a qué precio vender. Va a tener que tomar esas decisiones él", celebra un CEO. "Todos esperan contexto más favorables. Pero, en retail, todavía nadie se anima a llevar una carpeta con un proyecto para la Argentina. Por eso, veremos cada vez más este tipo de acuerdos: una multi cediendo la operación a un local que, más que licenciatario, será un socio", apunta un player local que se prepara para esa mayor competencia.
"El ejecutivo más importante ya no será el financiero, sino el de operaciones", definió Gonzalo Tanoira, presidente de San Miguel, empresa que, tras su vuelco estratégico al negocio industrial, alcanzó hitos como un follow-on de u$s 67 millones y la inauguración de dos plantas en el exterior (Sudáfrica y Uruguay).
La salida de jugadores internacionales -decisiones tomadas en casas matrices no por uno ni dos años, sino varios- no es exclusiva del retail. El Banco Galicia compró la operación local del HSBC. Mercedes-Benz sondeó grupos locales -Mirgor, Newsan y BST- para la venta de su negocio de autos y vans, planta de González Catán incluida. También en farma hubo casos. Pluspetrol se quedó con los activos de ExxonMobil en Vaca Muerta, a cambio de unos u$s 1700 millones.
Hay movimiento en energía. YPF -ya sin Petronas- avanza con ese sueño llamado "Argentina LNG". Para el petróleo, lanzó el Oleoducto Vaca Muerta, un proyecto de u$s 2500 millones. Pan American Energy (PAE) se posicionó primero para exportar GNL, con su acuerdo con la noruega Golar. GeoPark volvió a la Argentina para explotar shale oil, un proyecto de u$s 1000 millones en sociedad con Phoenix. Tecpetrol tiene todo en punto para iniciar la explotación de petróleo no convencional. Vista invertirá u$s 1100 millones el próximo año; Pampa Energía, u$s 1500 millones en dos. Shell sumó u$s 600 millones de inversión en 2024. CGC inició con YPF la exploración de Palermo Aike, la "Vaca Muerta" de Santa Cruz. TotalEnergies, PAE y Harbour Energy pusieron en marcha Fénix, megaplataforma gasífera offshore de u$s 700 millones en Tierra del Fuego. YPF ya firmó nueve contratos de su Proyecto Andes: licitación de áreas convencionales maduras, cedidas a players como Aconcagua Energía y Pecom, lo que marcó la vuelta de Perez Companc a la extracción de hidrocarburos. Otra que podría volver al país es Petrobras, que miró con interés a Tecpetrol y firmó un memo de entendimiento con YPF.
Otro cilindro adicional al motor económico argentino es la minería. Sólo en litio y cobre, el Gobierno espera prospectos por u$s 25.000 millones vía RIGI, dijo el Secretario Coordinador de Producción, Juan Pazo.
El funcionario lo comentó en la cumbre de Alacero. En ese evento, Techint -de Rocca a Berardi, pasando por Máximo Vedoya, CEO global de Ternium- volvió a elogiar el rumbo económico. Pero, para el holding, se trata de una segunda fase. Ahora, planteó, se abre una segunda, en la que se necesita la apertura del cepo, un tipo de cambio "que refleje el intercambio de bienes y servicios, y no esté distorsionado por el flujo de capitales de corto plazo" (Rocca dixit) y, fundamentalmente, un "apoyo a la industria", en especial, contra la causa de los desvelos de Rocca en la última década: China. Pero, siguiendo al analogía de la computadora o el smartphone, eso ya no será parte del "reset", sino de qué actualizaciones se carguen.
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