

Además de los problemas de siempre, entre ellos el perjuicio a raíz de la venta subsidiada de nafta y gasoil, el gran desafío de Petrobras en 2013 es contener la abrupta caída de la producción de petróleo que tuvo lugar a partir de 2009 en los campos antiguos.
La reducción de la producción significa más dificultad para transformar las pesadas inversiones de la compañía en ingresos, y el tamaño del déficit alcanzó niveles alarmantes en los últimos tres años.
En 2012, la estatal brasileña de petróleo podría registrar la tercera caída de la producción total en sus 59 años de existencia. La primera tuvo lugar en 1990, durante el gobierno de Fernando Collor, y la segunda en 2004, cuando la compañía produjo 3% menos que el año anterior.
A pesar de haber registrado un aumento de 1,5% en la producción en noviembre, Petrobras cerrará 2012 y pasará todo este año sin registrar ninguna gran alteración en la producción de petróleo y condensado por tercer año consecutivo. Hasta noviembre, la producción de 2012 estaba en 1.968 millones de barriles diarios, 2,3% por debajo de los 2.021 millones de barriles diarios registrados en 2011.
Para entender la caída de la producción de Petrobras, Bradesco Correctora analizó el movimiento de petróleo en los 8.878 pozos productores en tierra y mar registrados en el Banco de Datos de Exploración y Producción (BDEP), de la Agencia Nacional de Petróleo (ANP), a lo largo de seis años, entre agosto de 2006 y agosto de 2012. En agosto de 2011 el país produjo 2.052 millones de barriles de petróleo y condensado.
Doce meses después, la producción era de 2.006 millones. Pero una vez descontada la producción (500.000 barriles) de nuevos pozos que entraron en operación en el período, lo que se ve es que la tasa de caída de la producción fue de 40% entre un año y otro. En volúmenes, ese porcentaje significó una reducción de 679.000 barriles por día, más de un cuarto de la producción nacional, de la cual Petrobras responde por 91,5%, seguida por Statoil (1,9%), BG (1,3%) y Sinochem (1,2%).
Los números muestran una aceleración de la baja de la producción más acentuada de lo que puede explicar la geología. El promedio histórico de baja registrado en la industria, verificado por la estatal, varía entre 7% y 10% de la producción anual. Pero esa tasa se refiere al denominado agotamiento natural de los campos, que es la reducción de la productividad causada por la caída de la presión de los depósitos o de las reservas como consecuencia de la extracción de líquidos.
Los datos de Bradesco Correctora compilados por los analistas Auro Rozembaum, Bruno Varella y Marcos Dong con base en el BDEP sorprenden. Entre 2005 y 2010 la caída de la producción fue de 32%, porcentaje que subió a 38% entre 2010 y 2011, llegando a 40% entre 2011 y 2012. No solamente la caída es más alta que el promedio, sino que se está acelerando. El tema preocupa mucho a la ANP.
Rozembaum explicó que para analizar las causas de esta caída se dividieron los pozos en dos categorías: los terminados o discontinuos (sea para mantenimiento o por falta de equipamiento) y los que fueron continuados, además de los nuevos.
Si no se toma en cuenta la producción de nuevos pozos que fueron sustituyendo a los que estaban en baja o fueron cerrados, la caída en la producción en un año fue de 27%. Es decir, que si Petrobras no hubiera colocado ningún pozo nuevo en operación, los 2.052 millones de barriles/día producidos en Brasil en agosto de 2011 estarían en apenas 1.506 millones de barriles/día un año después, una caída de 27%. Como se agregaron 500.000 barriles producidos por 834 nuevos pozos perforados (algunos en campos antiguos), finalmente la caída líquida fue de 2,2%.