El gobierno brasileño "está cambiando el mix de política económica", usando más rigor fiscal y menos intereses para controlar la inflación, dijo el ministro de Hacienda, Guido Mantega, a Valor.

Mantega afirmó que el fortalecimiento de la política de control del gasto público este año fue exactamente en esa dirección, a partir de la decisión de cumplir la meta de superávit primario "llena", es decir, sin deducir los gastos con inversiones del Programa de Aceleración del Crecimiento, de R$ 32.000 millones.

El ministro garantizó que se trata de un cambio permanente. "Vamos a continuar en esa ruta de solidez fiscal porque ella es importante principalmente en momento de inestabilidad internacional".

Afirmó que como ministro de Hacienda buscará cumplir la meta fiscal integral durante todo el mandato de la presidenta Dilma Rousseff y negó que el gobierno tenga la decisión de flexibilizar el gasto público en 2012, como publicó Valor en base a informaciones de un ministro.

"Sólo la presidenta y yo tenemos autoridad para hablar sobre eso. El resto es especulación", dijo. "Yo trabajo para cumplir la meta llena hasta 2014 y eso no sacrificará ningún proyecto de inversión. El costo (de gastos de administración) crecerá menos".

El ministro admitió que hubo momentos, en el pasado reciente, en que "lo fiscal entraba en conflicto con lo monetario", en referencia a las ocasiones en que el Banco Central (BC) subía los intereses para enfriar la demanda y controlar la inflación y al mismo tiempo el Tesoro expandía los gastos, calentando la demanda. Eso terminó.

"Cambiamos el mix de forma permanente. No solo por causa de las turbulencias externas. Creo que es mejor así, porque es más barato para el erario público y más eficiente. Con eso, tenderemos a tener, en el futuro, intereses más bajos, cuando el BC defina que las condiciones son adecuadas", comentó, en sintonía con lo que piensan muchos economistas.

Si por causa de una recesión global -escenario cada día más probable-fuera necesario estimular la economía, la reacción del gobierno deberá ser distinta en relación a 2008. "Deberemos tener una reacción más monetaria (reducción de intereses) que fiscal (expansión del gasto)". Pero si la situación se agravara aún más, a punto de derribar la economía, "tenemos el arma cargada tanto en lo monetario como en lo fiscal. No dudaremos", dijo Mantega.