

El Palacio do Planalto detectó la resistencia del empresariado nacional al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y lanzó una ofensiva para intentar neutralizar ese distanciamiento. Por un lado, Dilma abrió más espacio en su agenda al sector productivo; por el otro, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva se puso al frente del diálogo con los empresarios y afilió a líderes del segmento a partidos aliados, para afinar las conversaciones con el gobierno, e incluso con el comando de la campaña a la reelección.
Lula dirigió, personalmente, la afiliación de Josué Alencar, hijo de su ex vicepresidente José Alencar, de Coteminas, exponente de la industria textil, al PMDB, aliado del gobierno. Ayudó a llevar a José Batista Júnior, del grupo JBS/Friboi, al PMDB, y condujo al PR al empresario del sector de caña de azúcar Maurilio Biagi Filho, cotizado para acompañar al ministro de Salud, Alexandre Padilha, del PT, en su disputa por el gobierno de San Pablo.
La afiliación de Biagi Filho al PR fue un cálculo meticuloso, para preservar el espacio de otro aliado en San Pablo: el presidente de la Federación de Industrias local (Fiesp), Paulo Scaf, pre-candidato al gobierno por el PMDB. Una fuente oficial destacó que la afiliación de la presidenta de la Confederación Nacional de Agricultura (CNA), senadora Katia Abreu, al PMDB fue una operación que condujo directamente Dilma junto al vicepresidente de Brasil, Michel Temer, titular de la sigla con licencia. Rousseff considera a Abreu una fiel interlocutora con el sector de agro-negocio.
Finalmente, Lula auspicia la candidatura del ex presidente de la Confederación Nacional de Industria (CNI), senador Armando Monteiro Neto, del PTB, al gobierno de Pernambuco, con el respaldo del PT. De esa forma, el ex presidente distribuye interlocutores con varios segmentos de la iniciativa privada, y los líderes de sus representaciones, la CNI, la Fiesp y la CNA.
Para mejorar el diálogo y aproximarse a esos segmentos, Lula y la cúpula del PMDB evalúan la posibilidad de acomodar a Josué Alencar al frente del ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio (Mdic), en la reforma ministerial prevista para diciembre. Sucedería a Fernando Pimentel (PT), que disputará el gobierno de Minas Gerais. Pero esa estrategia enfrenta algunos obstáculos, como el grupo político que sostiene a Alencar, que busca que compita por el Senado el próximo año, para preservar la herencia política de su padre.
Fuentes del gobierno reconocen, entre bastidores, las reservas del sector productivo con respecto a la gestión del PT, clasificada como intervencionista y estatista. Internamente, los dardos apuntan al ministro de Economía, Guido Mantega; al secretario del Tesoro, Arno Augustin y a Pimentel, a quién no consideran una voz del segmento.
Dilma también realizó un esfuerzo para aproximarse a los empresarios, que inclusive, puede traducirse en números. Un relevamiento del consultor Ulisses Rapassi, de Macropolítica, mostró que la presidenta prácticamente triplicó, de 2012 a 2013, las audiencias con empresarios, según datos de la agenda oficial. Este año, hasta octubre, se reunió con 61 representantes del sector productivo. En el mismo período del año pasado, hubo 21 encuentros.
A mediados de octubre, Dilma inauguró una fábrica en Itajubá (Minas Gerais) al lado del presidente de la CNI, Robson Andrade, y exaltó la asociación del gobierno con el sector privado. Ser socio de la industria nacional en su desarrollo y en su expansión es uno de los grandes objetivos de mi gobierno, afirmó en la ocasión. En marzo, había lanzado el programa de Innovación Empresarial, destinando R$ 32.500 millones para las empresas nacionales.
Simultáneamente, abrió las puertas del palacio para empresarios dispuestos a anunciar inversiones en el país. Entre septiembre y octubre, Dilma recibió a ejecutivos de Audi, Mercedes-Benz y Volkswagen, que colocarán, juntos, R$ 1.500 millones en el país. El presidente mundial del Grupo Santander, Emilio Botín, fue en dos ocasiones al palacio este año. En septiembre, divulgó la liberación de u$s 10.000 millones para inversiones en infraestructura.