

El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) alimenta el proyecto de volver al poder en 2018. Un influyente dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), amigo de larga data del ex mandatario, afirmó que Lula no descarta candidatearse nuevamente a la presidencia de Brasil en cuatro años. Aunque su proyecto actual, al que se dedica integralmente, es la reelección de la presidenta Dilma Rousseff en octubre.
Lula quiere continuar haciendo bien al pueblo brasileño, explicó la fuente, que acompaña al ex dirigente sindical desde hace más de 30 años, cuando el por entonces trabajador metalúrgico dirigía las huelgas en el cinturón industrial de San Pablo. Según ese interlocutor, el ex presidente evalúa que, si Dilma es reelecta, los 16 años del PT en el poder no agotarían el proyecto de transformación del país, y el partido tendría aliento suficiente para seguir.
En 2018 tendrá 73 años El mismo contó a un grupo de aliados que planea su retorno dentro de cuatro años. El 29 de octubre del año pasado, durante una visita al Senado, el ex presidente afirmó, en tono de broma, que había comenzado a hacer dos horas diarias de ejercicios físicos para entrar en forma. Según contaron algunos presentes, señaló que si me rompen mucho las pelotas volvería en 2018. La confidencia tuvo lugar en un almuerzo con los senadores del Partido Laborista Brasileño (PTB) y del Partido de la República (PR).
Lula analiza candidatearse en cuatro años para, en caso de ser necesario, enfrentar al gobernador de Pernambuco y presidente del Partido Socialista Brasileño (PSB), Eduardo Campos. Parece un proyecto distante, considerando la elección de este año, que es la prioridad. Sin embargo, Lula calcula que Campos no vencerá a Dilma en octubre, pero volverá a intentar ganar la presidencia en 2018.
Lula y la cumbre del PT interpretan como una traición el vuelo solo que Campos decidió iniciar este año. El ex presidente le habría prometido al gobernador de Pernambuco que lo apoyaría en la disputa presidencial de 2018. Sin embargo, Campos anticipó su candidatura y se reunió con otra ex ministra del gobierno de Lula, Marina Silva, para enfrentar a Dilma. Innegablemente, esa unión debilita el bloque oficialista, admitió el dirigente del PT, reproduciendo el pensamiento de Lula.
Ni Lula ni la alta dirigencia del PT evalúa que la eventual continuidad de un partido en el poder por dos décadas implique una especie de dominación o dictadura. El argumento es que la eventual relección de Dilma y el posible retorno de Lula tendrían lugar a través de las urnas, con el aval de la mayoría del pueblo.


