La profundización de la crisis en Europa, con riesgo de colapso del sistema bancario de Grecia, y la desaceleración abrupta en China encuentran a la economía brasileña debilitada y pueden perjudicar la recuperación del crecimiento en el segundo semestre.

Por otro lado, ese escenario puede también acortar el camino hacia el objetivo de la presidenta Dilma Rousseff, de llevar la tasa básica de interés (Selic) al 2% real hasta 2014.

El crecimiento de la actividad en el primer trimestre fue más bajo de lo esperado; fuentes oficiales calculan en torno de 0,5% sobre el trimestre anterior, y por los indicadores antecedentes, no hubo reacción en abril ni está ocurriendo en mayo.

La recuperación de la economía brasileña, incluso después de la caída acentuada de la tasa de interés y de los estímulos fiscales concedidos, está más atrasada con respecto a la expectativa del área económica. La expansión del Producto Bruto Interno (PBI), este año, no será mucho mejor que el avance de 2,7% de 2011.

Importantes economistas oficiales consideran que el modelo de crecimiento global pos crisis será inferior, y que lo mismo ocurrirá en Brasil. Como las inversiones no aumentaron, el producto potencial encogió en relación al período anterior a la crisis de 2008.

Las preocupaciones del Palacio do Planalto enfocan el 2013. Hasta recientemente el gobierno esperaba que la economía estadounidense estuviera recuperando el dinamismo, que China tuviera un aterrizaje más suave y que Europa se encaminara hacia una solución que la sacara de la recesión en 2012 y avanzara hacia un crecimiento bajo en los próximos años.

Pero ese escenario se está desvaneciendo. Si la economía brasileña no se acelera en el segundo semestre, generando un buen carry-over de crecimiento para el próximo año, el ejercicio 2013 también será difícil. En enero del próximo año, por ejemplo, el salario mínimo no se corregirá en 14% como sucedió este año, inyectando en la economía cerca de R$ 50.000 millones y manteniendo el crecimiento del consumo, según un asesor de la presidenta.

Analistas del mercado evalúan que la salida de Grecia de la zona del euro, en caso de concretarse, tendrá el mismo efecto inmediato de la quiebra de Lehmann Brothers en septiembre de 2008: una abrupta suspensión de flujos de capitales para los países emergentes y caída de la liquidez.

La diferencia tal vez pueda verse en la duración de la crisis. El período de pánico, ahora, tiende a ser más corto, aseguran, suponiendo que Alemania reaccionará para sustentar el euro y dar plazo a otros países para ajustarse, como Portugal y España.

La dramática situación externa, con sus efectos desinflacionarios, y la dificultad de recuperación de la economía doméstica, impactaron en el corte de la tasa de interés básica. En el mercado, se habla de una tasa de 7% e incluso por debajo de ese porcentaje este año.

La desvalorización del real, que presiona la inflación, se compensa por la caída del precio de las commodities. Pero el Banco Central (BC) no sancionó esos pronósticos. Al contrario, reiteró en los últimos días que la flexibilización monetaria adicional se realizará con parsimonia.

Fuentes oficiales recordaron que el BC, hasta ahora, a pesar de todas las críticas, no se equivocó con respecto a los cortes de la Selic y pretende llevar la inflación a la meta o muy cerca de la misma a final de 2012.