BRASILIA – La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aprovechó el pronunciamiento sobre el Día del Trabajo la noche de ayer en cadena nacional de radio y televisión para retomar la defensa vehemente del combate a la inflación de parte de su gobierno.

En caída en los sondeos electorales de cara a las presidenciales de octubre, donde disputará su reelección, Dilma fue objeto de críticas, principalmente, por el ascenso de los precios, que indica una pérdida de control de la inflación.

En su manifestación, Dilma admitió el aumento de los precios de los alimentos, pero afirmó que se trata de un episodio estacional, y afirmó que esa excepcionalidad la oposición la está utilizando para crear la sensación de “cuanto peor, mejor”.

“Mi gobierno también será siempre el gobierno de crecimiento con estabilidad, del control riguroso de la inflación y la administración correcta de las cuentas públicas”, dijo la presidenta.

“En algunos períodos del año, sé que hubo aumentos localizados de precio, en especial de los alimentos. Esos aumentos causan incomodidad a las familias, pero son temporarios”, destacó. “La mayoría de las veces motivados por factores climáticos”, justificó.

Rechazó las críticas de la oposición a la aparente pérdida de control de la política fiscal y a los que están en contra del gobierno y estimulan el pesimismo. “Puedo garantizarles que la inflación continuará rigurosamente bajo control, pero no podemos aceptar el uso político de la inflación de parte de aquellos que defienden ‘cuánto peor, mejor’”, aseguró.

Dilma agregó que tiene “credibilidad política para decir eso”, porque en los últimos once años, los sucesivos gobiernos petistas habrían garantizado el “período más largo de inflación baja de la historia brasileña”.