En momentos en que los mercados emergentes pasan por turbulencias, lastimada por la venta a escala mundial de activos de esos países, el gobierno de Brasil estudia medidas para diferenciar a Brasil. La principal de ellas es el fortalecimiento de las cuentas públicas por medio del aumento de la meta de superávit primario hasta el 2% del PBI.

El plan consiste en ahorrar alrededor entre R$ 40.000 millones y R$ 50.000 millones en partidas previstas en el Presupuesto General de la Unión y producir un superávit primario de R$ 80.000 millones este año, equivalentes al 1,5% del PBI. El porcentaje restante sería realizado por los Estados y los municipios. Aunque, como estos últimos no tienen obligación legal, el gobierno estaría dispuesto a cubrir la diferencia.

Los números son preliminares, pero un esbozo de propuesta ya fue entregado a la presidenta Dilma Rousseff, que anunciará en el mes de febrero los recortes en el Presupuesto y la meta de superávit fiscal. El viernes pasado, en el discurso del Foro Económico de Davos, en Suiza, la presidenta se comprometió a cumplir una meta suficiente para reducir el endeudamiento de la Unión en proporción a su PBI.

El presidente del Banco Central, Alexandre Tombini, distinguió a Brasil de otros mercados emergentes. Dijo que el país tienen una respuesta bastante clásica a los efectos de la reducción de los estímulos monetarios en los Estados Unidos: apertura de la política monetaria y uso de las reservas internacionais como amortiguar las variaciones cambiarias. También señaló que otros emergentes también deberán elevar las tasas de interes, aunque algunos todavía se puedan resistir.

Los ajustes de precios relativos no deberían ser confundidos con fragilidad, declaró Tombini al diario Financial Times, asegurando que, si es necesario, el BC elevará nuevamente las tasas de interés.

En la reunión pasada, el Copom subió la tasa de interés de referencia (Selic) 0,5 punto porcentual, a 10,5% al año. Cuánto más alto el esfuerzo fiscal, menor necesidad tendrá el BC de subir la Selic, que tuvo un alza de 325 puntos-base desde abril de 2013 a ahora. Según interlocutores del mercado, si Mantega divulga una meta creíble, el Copom podría, inclusive, comenzar a desacelerar las subas de la Selic.

Antes de definir el compromiso oficial con la meta fiscal -considerando que 2014 es un año de elecciones presidenciales, lo que torna más difícil recortar los gastos públicos-, los economistas del ministerio de Hacienda están haciendo una ronda de consultas con el mercado financiero.

La semana pasada, el secretario ejecutivo del ministerio, Dyogo de Oliveira, tuvo un encuentro con economistas del bancos que acercó Roberto Padovani, de Votorantim Correctora.

En los últimos días, asesores que trabajan con el secretario de Política Económica, Marcio Holland, sondearon a economistas jefes de instituciones financieras acerca de lo que esperan y evalúan como factible para la política fiscal este año.

El esfuerzo fiscal en ese caso tendría que ser más alto, por encima del 2% del PBI, sin considerar una eventual devaluación de la tasa de cambio. Sin embargo, entre 1,9% y 2% del superávit primario es suficiente para mantener la deuda estable.

La novedad que se recoloca en discusión es si el gobierno federal compensaría una eventual frustración de los resultados de los estados y municipios. Algunos defienden que, aunque legalmente el gobierno no pueda hacer esa compensación, que se comprometa a hacerla este año, si fuera preciso.

Datos prácticamente cerrados de 2013 indican que el superávit primario del gobierno central fue de 1,6% del PBI pedaleando, es decir, con la transferencia de algunos gastos para este año. Sin considerar esas maniobras, el primario habría sido de 1,5% del PBI, según fuentes.Mantega: no está definidoAún no está definido cual será el recorte al presupuesto 2014, afirmó el ministro de Hacienda, Guido Mantega, al llegar a la sede de su ministerio. Todavía estamos evaluando los datos para definir que número finalmente será anunciado, dijo.

Según el ministro, el plan de contingencia va a mantener la estabilidad de la deuda líquida brasileña. En respuesta a los cuestionamientos que le hicieron sobre las consultas que realizó al mercado respecto al corte proyectado, Mantega afirmó que esa es una práctica normal. Siempre conversamos con el mercado, no hay nada exepcional en eso, dijo.

En este momento el gobierno federal se empeña en analizar los gastos que podrían ser cortados de las partidas presupuestarias del año.