Las tres empresas de carne vacuna más grandes de Brasil, JBS, Marfrig y Minerva, fueron responsables el año pasado por 35,64% de los sacrificios de bovinos del país. En 2009, juntas habían alcanzado una participación más baja, de 21,81% de las matanzas. El aumento del porcentaje refleja la concentración del segmento de frigoríficos, que se profundizó en los últimos dos años, después de la crisis financiera global de 2008.

En dificultades, más de una decena de frigoríficos de carne bovina de Brasil pidieron recuperación judicial, otros tuvieron que unirse a empresas más sólidas y algunos terminaron alquilando activos, alejándose de los negocios.

Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), en 2010 los sacrificios formales de bovinos del país sumaron 29,265 millones de cabezas, 4,3% más que el año anterior. En un año de oferta aún escasa de materia prima, la evaluación de los analistas es que parte de ese crecimiento también se debe a la formalización de los sacrificios. Estimaciones no oficiales indican que la matanza total -incluyendo la informal-es de casi 40 millones de bueyes anuales.

En todo el año pasado, JBS, la empresa más grande de carne bovina de Brasil y del mundo, sacrificó 6,48 millones de animales en el país. El número es muy superior (91,2%) a los 3,388 millones de cabezas de 2009. La razón es que JBS compró Bertin Alimentos en el último trimestre de 2009, con lo cual la participación de JBS en los sacrificios alcanzó 22,15% en 2010 en Brasil -había sido de 12% un año antes-, según cálculos basados en la actividad formal nacional y en los de la compañía antes de la adquisición de Bertin.

Los números de sacrificios de JBS en 2010 deben estimarse porque la empresa divulga los datos de Brasil junto con los de los otros países del Mercosur. Considerando todas las unidades del bloque -además de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay-, JBS sacrificó 6,819 millones de cabezas de bovinos en 2010.

Segunda mayor empresa de carne bovina de Brasil, Marfrig también amplió su participación en las matanzas de bovinas en el país. En el caso de la compañía, ocurrió después del alquiler de 12 unidades de sacrificio de los frigoríficos Margen y Mercosul, también a finales de 2009.

Los sacrificios aumentaron de 1,57 millones en 2009 a 2,65 millones el año pasado. La participación en el total subió de 5,6% a 9%, también según cálculos que consideran los números divulgados por la compañía y el IBGE.

Otro gran productor de carne bovina, Minerva sacrificó 1,170 millones de cabezas de ganado en el país en 2009. El año pasado, la cantidad pasó a 1,305 millones, elevando la participación de la empresa en el total nacional de 4,16% a 4,45%.

Los números muestran que todavía hay una pulverización en los sacrificios del país, a pesar de que la participación de las mayores compañías sea expresiva, especialmente la de JBS. Pero la situación fue diferente. En 2005, antes de la ola de apertura de capital del sector en la bolsa -y cuando había gran oferta de crédito en el mercado para los frigoríficos-, la participación de las empresas en el sacrificio de animales era más equilibrada.

José Vicente Ferraz, de Informa Economics FNP, estima que la participación de cada una de las empresas grandes era de alrededor de 12%. En aquella época, estaban entre las consideradas grandes además de JBS, Bertin, Independencia y Margen.

El cambio de escenario no solo puede atribuirse a la crisis de 2008. La oferta elevada de crédito para el sector de frigoríficos terminó contribuyendo para que algunas empresas entraran en dificultades, porque ampliaron la capacidad de sacrificio de bovinos en el país en un período de baja del ciclo de producción de ganado.

Esas vicisitudes derivaron en una depuración del sector y la reducción del número de players en el mercado generó, desde el principio, el descontento de los ganaderos, que tiene menos opciones de venta. La concentración reduce la fuerza de los ganaderos, señaló Ferraz.